28 mar 2011

Reseña: Itinerari de tendresa, de Maria Carme Arnau



Maria Carme Arnau, Itinerari de tendresa (Alzira: Bromera, 2010).



Gracias a la generosidad de un muy querido amigo, Gustavo, hace unos años pude familiarizarme con un disco de un músico argentino, publicado en 1982 por Piero de Benedectis. El disco se titulaba Canto de la ternura, e incluía una hermosa canción, del mismo título. En ella podemos escuchar (puedes escucharla aquí www.musica4all.com/77551/piero-canto-de-la-ternura.html) lo siguiente:


Para una vida tan bella y tan dura
Mucha, pura ternura…
Claro que mucha ternura,
Ternura para tirar al cielo,
Para dar el buen día,
Para mirar adentro de los ojos,
Con ternura,
Para ordenar las ondas que hay,
Que hay por acá,
para calmar locura...


Hace pocos meses me hice con este poemario, atraído por su título y por el hecho de que hubiera sido galardonado con el Premio Ibn Hazm Ciutat de Xàtiva en 2009. Arnau era una poeta totalmente desconocida para mí; ha escrito un poemario repleto de esperanza, una intensa reflexión sobre la ternura, sobre el lenguaje, sobre la palabra como indiscutible herramienta del ser humano para entender y aspirar a ser entendido.


Arnau elabora una poesía de ideas y emociones, una poética en buena parte definida por la conciencia de que la escritura busca (y debe siempre aspirar a) la belleza; la poesía es siempre expresión de la necesidad humana de capturar lo bello, de compartirlo con el prójimo, con los que nos rodean. La ternura, como decía Piero, para calmar locura: la locura de un mundo donde con demasiada frecuencia imperan el mal y el dolor, donde a cada momento se hace presente también la muerte.

En ‘En el principi’, Arnau declara que la ternura abre a todas las épocas el único itinerario vital y el principio; se trata no solamente del principio de la vida como el instante del brote vital, sino también del precepto moral. La ternura como principio vital para hacerle frente a la dureza de la vida y a la crueldad de la muerte.

Que la palabra sea el recurso humano más cercano para abrirnos a los demás mediante el diálogo y el debate no elude a Arnau. Y la poeta cree vislumbrar algo más primigenio que las mismas palabras:

“Hi ha una veu més antiga que les paraules
esclatant als ulls, vessant aquest desig
al tacte de la pell, un riu de l’univers
recorrent les venes, creixent dins del cos.” (De ‘En el principi’, p. 28)

“There is a voice, older than words,
bursting through my eyes, spilling this desire
on the feel of my skin, a river in the universe
running through my veins, growing inside my body”.

Y de igual modo que las palabras nos acercan al otro, por desgracia también pueden estar rodeadas de sombras:

“És dur saber que les paraules
tenen ombres al darrere,
que som somnis de desitjos
frustrats dintre nostre
i que no sabem com resistir
al dolor de les pèrdues.” (De ‘Riu indispensable’, p. 31)


“It is hard to realise that words
have shadows behind them,
that we’re dreams of desires
thwarted within ourselves
and we know not how to withstand
the pain of our loss.”


Arnau trata también de hacerle frente con entereza y sobriedad a las contradicciones inherentes en la conciencia de nuestra existencia vital. Mientras contempla “la màgia de l’univers”, aspira a situarse lejos del “mar de paraules contradictòries”. Y sin embargo, hay en algunos de los poemas de Itinerari de tendresa un asomo de melancolía y de abandono de la lucha. En ‘Foc invisible’, la poeta declara que el ser humano encuentra en el más profundo interior del ser un sentimiento de derrota, “el desig sense desig”, y se siente náufrago en todas partes.


Muchas son, sin duda alguna, preguntas sin respuesta. Mas son preguntas vitales, esenciales, sobre el sentido de la vida. Y Maria Carme Arnau nos brinda una posible respuesta:


“Ara tots els records, inseparables
com l’alba del temps,
s’han tancat en l’eco de la vesprada.
El sentit de la vida només
rau en el desig de sobreviure.
Potser és més inmensa
la capacitat de sofrir
que de gaudir.” (De ‘Humitat al cor’, p. 60)


“Now all memories, as indissoluble
as the dawn of time,
have closed in an echo at sundown.
The meaning of life is found
only in the desire to stay alive.
Perhaps our capacity for suffering
is even greater than
our ability for pleasure.”


Son muchos los que se refugian en la gratificación de absurdas y ficticias necesidades, creadas por la vorágine consumista, para no tener que pensar en una posible respuesta personal. Otros tienen sin embargo la audacia para intentar rasgar entre las palabras, luchar por descubrir algunas con las que barruntar una respuesta. Itinerari de tendresa es un admirable ejemplo de esa audacia, y como Piero, nos invita a refugiarnos en la ternura, para aquietar la locura que llevemos dentro.

22 mar 2011

Memeces desde el púlpito virtual

¿Una visión ingenua, o anclada en el colonialismo del siglo XIX? 


Memeces desde el púlpito virtual

Puede ser que algunos, que tienen la facultad (o la atroz obligación, vete tú a saber, que todo es posible) de escribir un editorial cada tres meses, piensen que eso les otorga la prerrogativa de divulgar memeces, y de dictar cátedra como si las suyas fueran opiniones expertas y fundadas en un estudio profundo y concienzudo del tema del que escriben.

El editorzuelo de una revista en línea venida a menos exhorta a sus lectores (ignoro cuántos puede tener) a “acercarse a todas aquellas manifestaciones a través de las que se expresa su sentimiento individual y colectivo” para mejorar nuestra “valoración y conocimiento del otro”. El otro, en este caso, parecen ser tanto los ciudadanos árabes (en cuyos países parece estar produciéndose un cambio histórico, no necesariamente de índole cultural), como los de “más allá”, barrunta vagamente el susodicho. ¿Dónde queda exactamente más allá? ¿En el más allá, quizá?

Para de verdad aprender a valorar y conocer al otro no hacen falta embajadores ni embajadas. En realidad, el otro puede ser tu vecino, no hace falta ir tan lejos, y mucho menos “más allá”. A fin de cuentas, toda mediación (la embajada no es sino la interposición de un intermediario) puede resultar superfluo estorbo.

El mejor embajador para poder conocer al otro (si es que de verdad uno quiere llegar a conocerlo) es el otro mismo, no los productos comerciales etiquetados como cultura, los cuales por otra parte suelen ser mediados o estar agriamente tergiversados – cuando no abiertamente manipulados – por intereses ajenos a la cultura que los produjo.

Designar emisarios plenipotenciarios es volver a caer en el error del decimonónico discurso colonial, bien por ingenuidad, o bien por pavonearse de una pretendida superioridad cultural o intelectual.

Lo demás son memeces, perogrulladas simplonas.

18 mar 2011

Reseña: Fin, de David Monteagudo


David Monteagudo, Fin (Barcelona: Acantilado, 2009).


La premisa argumental sobre la que se construye esta novela es potencialmente muy buena. Un grupo de amigos que solían formar una pandilla – lo más natural del mundo – se vuelven a juntar en el solitario refugio adonde solían ir para recordar los viejos tiempos. Todos tienen algo que ocultar, ya sea de su vida actual o de un suceso que aparentemente dejó una marca moral en sus vidas, cuando a un integrante de la pandilla le gastaron una humillante ‘broma’. Hasta aquí, todo parece ser casi ideal para confeccionar una interesante narrativa, y si el autor domina el género del suspense y tiene las dotes necesarias para aderezar la trama con un lenguaje que le resulte atractivo al lector, ¿estamos quizá ante la versión española de un Cormac McCarthy?


La respuesta es fácil, sencilla y tajante: NO.


Tras la cena, y justo cuando comienzan las discusiones y recriminaciones entre los antiguos amigos, algo extraño sucede en el exterior. Qué es lo que sucede exactamente no llega a quedar nunca claro, pero conforme avanza la novelita el escenario en que se mueven los personajes adquiere inverosímiles tintes de apocalipsis, de un fin del mundo en el que los animales han sobrevivido la aparente hecatombe y campan a sus anchas por pueblos, ciudades y carreteras. Incluso se da el caso de que un tigre (sí, has leído bien, los pobrecitos tigres que están en peligro de extinguirse…) se lleva entre sus felinas fauces a una de las chicas que se había parado a hacer un pis en la vereda. En fin…

Por lo demás, aparte de algunos diálogos bastante bien estudiados (en ocasiones, me daba la impresión de que los capítulos parecen seguir más bien un orden teatral, de escenas y actos; es como si Monteagudo hubiera convertido lo que en principio podría haberse ideado en torno a un drama existencialista en una novela), las descripciones suelen ser más bien empalagosas. El tedio que producen en el lector queda compensado por el deseo de saber qué demonios es lo que hace desaparecer uno tras otro a los personajes. Y estoy seguro de que más de un lector habrá quedado si no cabreado, al menos decepcionado por el hecho de que Fin no resuelva las incógnitas con que el autor ha ido tirando del a veces pesado carro de esta novela.

Si lo que Monteagudo buscaba con Fin era realizar un estudio de la condición humana en una situación que produzca miedo, pienso que la novela no lo desarrolla. Hay demasiados tics estereotipados y demasiados puntos suspensivos que no llevan a ninguna parte. Si Fin ha sido un gran éxito de ventas en España – que lo ha sido – cabría preguntarse por qué; al que esto escribe no le queda nada clara la razón.

9 mar 2011

Primera colaboración con la revista Hermano Cerdo


Hermano Cerdo

Primera colaboración con Hermano Cerdo

Cuanta más cerrazón mental e intransigencia política y moral parece uno encontrarse entre los miasmas que surgen de la TV y la prensa convencional, más empeño parece tener uno por soltar unas metafóricas amarras. Los horizontes se abren, las miradas se amplían, y como consecuencia de todo ello, nacen lazos de colaboración y deseos de contribuir a hacer de este mundo un lugar un poco más agradable.

¿Que a qué viene todo esto? Pues porque acaba de aparecer mi primera colaboración con la revista de literatura Hermano Cerdo. Hermano Cerdo dice ser “una revista en español de literatura y artes marciales de regularidad variable, editada en línea y de circulación gratuita. Cuenta con colaboradores en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, México, Perú y República Dominicana. Su primer número salió a la luz en marzo de 2006.” Imagino que algún día añadirán Australia, pero por mí, no hay ninguna prisa.

Esta primera colaboración es la traducción al castellano de una narración breve (o cuento) de la australiana Maria Takolander, ‘The Roānkin Philosophy of Poetry’, que fue galardonado recientemente con el 1er Premio de la revista Australian Book Review.

Si quieres leer el original en inglés de Maria Takolander antes de emprender la lectura de la traducción al castellano (lo cual te recomiendo), puedes encontrarlo aquí: http://www.australianbookreview.com.au/competitions/short-story-competition/175. Maria Takolander es profesora de Estudios Literarios en Deakin University, Geelong.

La versión en lengua castellana puedes encontrarla aquí: http://hermanocerdo.anarchyweb.org/index.php/2011/03/la-filosofia-poetica-de-roankin/. La verdad (y no exagero un ápice) es que me divertí bastante traduciéndola. Por cierto, mi más sincero agradecimiento a Maria.

Reseña: Fora de lloc, de Marta Cardona



Marta Cardona, Fora de lloc (Barcelona: Angle Editorial, 2010). 478 págs.

¿Supone la emigración una transformación radical de la esencia de las personas? ¿En qué modos nos cambia y descoloca? La emigración es siempre una experiencia con diferentes niveles de brusquedad, y supone vivencias que en todo caso dejarán sus huellas, surcos y marcas de una índole compleja. Para muchas personas, la emigración es una experiencia denigrante e indigna. Para otras, en cambio, es una decisión aventurada en la que hacen derroche de valentía y coraje.

Marta Cardona, nacida en Reixac, Cataluña, en 1928, ha publicado su primera novela en su lengua natal, tras haberla publicado en 2008 en inglés, bajo el título de Spanish Rose, Yorkshire Thorns. La trama de Fora de lloc está en gran parte basada en vivencias personales: Marta Cardona y su marido emigraron al Reino Unido también por las mismas fechas que la pareja que protagoniza la novela. Sin embargo, el deleznable personaje de Jaume no se corresponde para nada con la realidad vivida por Marta Cardona, únicamente en el detalle de que, al igual que en la vida real, el matrimonio terminó por romperse.

El principio de Fora de lloc nos sitúa en la España de la fase final de la posguerra, la década de los cincuenta, de la que parten una joven pareja de recién desposados, Jaume y María, muy ligeros de equipaje pero bien cargados de ilusión y esperanzas de labrarse un provenir en el norte de Inglaterra. Al llegar a Leeds entran al servicio de una opulenta familia de origen judío, en cuya casa ella hará de criada, y él, de chófer y mecánico.

Pero la actitud inflexible, egoísta y cerrada de Jaume, quien al principio no domina el idioma local, pronto les acarreará problemas, y a los pocos meses, cuando María está ya embarazada de su primera hija, se ven obligados a buscarse la vida y otro lugar donde vivir, cuando por culpa de la holgazanería y el malhumor de Jaume pierden los empleos con que habían llegado a Leeds.

A partir de ese momento será María quien luche con valentía por sacar adelante a su familia, por conseguir vivir con dignidad en un entorno no siempre amable. Pero el tema central de Fora de lloc no es, ni mucho menos, la dislocación que conlleva la emigración. El tema apenas queda desarrollado mínimamente, en ocasiones como algo accesorio. El título en catalán es por tanto un poco engañoso: se echa en falta una reflexión mucho más profunda sobre el hecho de la emigración, sobre las intensas (cuando no traumáticas) transformaciones interiores del ser humano que es trasplantado a otro entorno sociocultural, cuando la vívida conciencia de estar ‘fuera de tu sitio’ se derrama imparable sobre nuestro ánimo y arrastra consigo emociones y razonamientos.

Fora de lloc narra la historia de las penosas vicisitudes de una mujer casada en la segunda mitad del siglo XX. Desdeñada, denigrada y ninguneada por su marido, quien solo piensa en coches y en ilusorios planes para hacer dinero fácil, María pasa por muchos altibajos anímicos. Añadiendo un hijo tras otro hasta completar cinco, la situación financiera de la familia entra en barrena mientras Jaume evita trabajar y se pasa las tardes y las noches bebiendo cerveza, y sigue acumulando deudas de las cuales María no es consciente.

Es innegable que Marta Cardona tenía una historia que contar – la novela ya la tenía escrita en la década de 1970, cuando la presentó al premio Sant Jordi. Y no deja de sorprender que alguien como Marta Cardona haya publicado su primera novela a los ochenta años. Nunca es tarde si la dicha es buena.

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