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7 ago 2016

Santiago de Chile

Santiago de Chile
La capital chilena es una ciudad muy distinta de la que vi por vez primera hace veintitrés años. Como en el caso de Lima o La Paz, el poblado fundado por Valdivia se ha expandido hasta convertirse en metrópolis, seguramente mucho más allá de lo que cualquier urbanista hubiera predicho hace un siglo.


La capa de partículas en suspensión de Santiago, en un día bueno.
Cientos de impulsivas promesas de amor, ¿candadas en un puente sobre un río desesperado? 
Los problemas de esta gran urbe que es Santiago no se limitan a los habituales: la insoportable congestión del tráfico, las grandes distancias que sus habitantes han de recorrer para atender a sus quehaceres o la carestía de los precios que conlleva la vida en cualquier gran ciudad moderna. Hay un problema acuciante, que se respira a diario. Literalmente.


Desde Sky Costanera hacia Las Condes.
La contaminación atmosférica es un hecho al cual los santiaguinos parecen haberse resignado a soportar, a juzgar por el gran número de personas que suelen hacer ejercicio a orillas del río Mapocho a primeras horas de la noche. El río, cuya imagen me quedó intensamente grabada hace dos décadas debido a los comentarios de un santiaguino con el que departí unos minutos acerca de los cadáveres que aparecían en sus aguas, arrastrados por la corriente en las semanas y meses posteriores al golpe pinochetista, sigue siendo en cierto modo el hilo conductor de la vida en Santiago.


Jardín de las Esculturas
Jóvenes artistas santiaguinos exponen su trabajo en el Patio Bellavista.
Pero Santiago tiene también un alma indudablemente creativa y artística. El arte se percibe, se siente y respira por todas partes. Desde el tranquilo Jardín de las Esculturas junto al Mapocho al Patio Bellavista, pasando por los cafés y bares de Lastarria, la ciudad de Santiago está en una ebullición intelectual constante, a la cual sin duda contribuye la numerosa población estudiantil, que por estos días continúa protestando las reformas gubernamentales y exigiendo la gratuidad parcial de la educación.


La pobreza reside muy cerca del Palacio de La Moneda. ¿La plata del cobre no llega aquí?
Palacio de La Moneda. Las imágenes del 11 de septiembre de 1973 en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos impactan todavía, más de 40 años después.

Their portraits make their absence an ever-present memory.
Es una lucha loable (aunque los métodos empleados puedan a veces ser violentos, como pude comprobar en Valparaíso, donde las ventanas del vagón del metropolitano en el que viajábamos habían sido apedreadas segundos antes, en la anterior estación) que, a menos que me equivoque, perderán en el largo plazo. No me parece probable que ese rumbo siniestro hacia la injusticia y la primacía de los privilegios al que se encaminan las mal llamadas democracias occidentales sea evitado por Chile.


Una casa para Matilde.
La mesa lista para comer, en el interior de La Chascona.
Mientras paseaba por las calles de Santiago de Chile la memoria me llevaba a recordar nombres que mi abuelo pronunciaba con admiración en mi infancia. Hay que visitar La Chascona, la casa de Pablo Neruda a los pies del Cerro San Cristóbal, pese al maltrato que sufre por parte de vándalos que zahieren los versos del poeta con sus repugnantes grafitos.

Su último poema
Es también de obligada visita el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, en las inmediaciones del Parque de la Quinta Normal. No debemos (ni podemos) nunca olvidar quiénes fueron los asesinos, los represores, las alimañas uniformadas, y maldecirlos para la eternidad; mientras que siempre recordaremos a los muchísimos desaparecidos y asesinados. Su presencia nos da alientos a quienes todavía creemos que la humanidad encierra algo muy valioso, aunque sea inexpresable.


La sombra del rascacielos cae en paralelo al Mapocho.

Sky Costanera, la nueva atracción turística santiaguina.
En el transcurso de los últimos años, Santiago ha añadido algo realmente espectacular a su paisaje urbano: Sky Costanera. Este edificio, cuya altura alcanza los 300 metros, ofrece unas magníficas panorámicas de todo Santiago, y en los próximos meses comenzará a albergar oficinas. Su silueta es ineludible en el skyscape santiaguino. Además, según me comentó el guía que acompaña a los visitantes en el ascensor (67 pisos), Sky Costanera ya ha superado su primer gran terremoto (en 2015) con nota sobresaliente. Aun así, no creo que nadie quiera estar allí arriba cuando se vuelva a producir un gran sismo en Santiago. Que lo hará, de eso no me cabe ninguna duda.


Los territorios de la República Independiente del Pisco, hermanados por un delicioso propósito popular.
Una visita a Santiago, por último, nunca estará completa sin un pisco sour (o dos). A quien le guste el pisco, ese gran descubrimiento etílico andino, le recomiendo acercarse a ChPe Libre, el simpático bar que alberga en su interior a la República Independiente del Pisco, una entidad apolítica, rica y bulliciosa, con la probablemente mejor carta de piscos del mundo, y una variedad de deliciosos platos para acompañar tus tragos. ¡Viva la República!


VIVA LA REPÚBLICA INDEPENDIENTE Y POPULAR DEL PISCO. ¡VIVA CHPE LIBRE!

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