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12 jul 2021

Reseña: How to Kidnap the Rich, de Rahul Raina

Rahul Raina, How to Kidnap the Rich (Londres: Little, Brown, 2021). 292 páginas.

Esta divertidísima y cáustica novela es el debut de este autor indio. El narrador es Ramesh Kumar, cuyo humilde origen no concluye, como suele ser la norma entre las castas inferiores de la India, en la miseria. Y todo gracias a una monja francesa.

Huérfano de madre al poco de nacer, Ramesh crece a la sombra de un padre violento y alcohólico que hace todo lo posible por mantenerlo en la miseria mientras lo explota en su puesto de venta de té. Pero Ramesh tiene la fortuna de que Claire lo acoja y le dé una educación que ya quisieran muchísimos otros.

Ramesh, prepárale al señor un rico té, elaborado conforme a recetas milenarias...Fotografía de Satish Krishnamurthy, Bombay.

Ya adulto, Ramesh pone en marcha su negocio de consultoría educativa. Consiste en hacerse pasar por los hijos de las clases pudientes de Delhi en los exámenes oficiales, que determinan la jerarquía de acceso a universidades locales y foráneas y permiten mantener sus privilegios a las elites indias.

El problema se produce cuando Ramesh suplanta a Rudraskesh (Rudi para los amigos) en los exámenes y consigue para él unos resultados que le dan el número uno de esa promoción. Esa clase de hazaña supone que la fama es instantánea en la India. De la noche a la mañana será una estrella mediática. A Rudi le llueven las ofertas y Ramesh logra (haciéndoles chantaje a sus padres) convertirse en el manager de Rudi.

A Rudi lo colocan de presentador de un concurso televisivo bautizado como Beat the Brain. El dinero, todos lo sabemos, le puede hacer mucho daño a un joven adolescente, inmaduro y caprichoso. De manera que Ramesh va a tener mucho trabajo si quiere que todo vaya bien y el chiringuito dé sus frutos.

How to Kidnap the Rich se divide en dos partes. La primera narra la historia personal de Ramesh, cómo conoce a la monja Claire y, a pesar de los odios, desprecios y malas pasadas que le juegan diversos personajes de las elites de la escuela donde Claire le enseña, se abre paso en la vida.

La segunda cuenta en cambio los secuestros, las huidas, las interferencias políticas y las falsedades. Es un relato rocambolesco, caótico, alocado. Pero fluye con sobrada energía y humor. Dos muestras: La descripción de una silla en la que sienta un personaje: “… una silla, más blanca que un Panel occidental sobre la diversidad racial…”; y la reacción de Ramesh ante la descripción que hacen los padres de Rudi del muchacho: “… lo habían descrito como «un buen chico que necesita ayuda», pero acaso no reconozco yo una mentira tan grande como aquella de «los británicos solamente están estableciendo un enclave comercial» cuando la oigo.”

El debut de Raina es una excelente sátira de esa India que gobierna la ultraconservadora derecha de Modi y que en meses recientes estuvo en las noticias por las peores razones. Quizás hubiera sido una buena idea incluir un glosario de las palabras del indostaní y el urdu que el autor esparce en el diálogo, que sin duda forman parte del inglés local, pero no son reconocibles por un lector no iniciado, en especial insultos como bewaqoof, anpadh o bhosdike.

Los derechos para llevarla a la pantalla ya están vendidos, por cierto.

Delhi, la ciudad donde creció Ramesh.

“Ni siquiera tiene sentido describirme. Era un niño pequeño con unos grandes ojos marrones. Ahora soy más grande y todavía tengo unos grandes ojos marrones. En aquella época vestía vaqueros de séptima mano con agujeros en la entrepierna y caminaba con unas chanclas de plástico alrededor de las cuales me sobresalían los dedos de los pies. ¿Me entiendes?

Mi padre y yo vivíamos en apenas un cascarón de hormigón de una sola habitación, al final de un callejón que terminaba en otro callejón que daba a otro callejón, en ese lugar del que los guías turísticos occidentales decían que era la verdadera India, la de los montones de especias, mujeres con saris de color mango, hombres que huelen a aceite para el pelo y a incienso y que arrastran vacas detrás de ellos, bestias majestuosas y gordas; esa India en la que los turistas blancos se bajaban de sus jeeps con aire acondicionado y manifestaban que lo que veían y oían los dejaba abrumados.” (p.13, mi traducción). Fotografía de Vyacheslav Argenberg - http://www.vascoplanet.com/

5 jul 2021

Reseña: A Banquet of Consequences - Reloaded, de Satyajit Das

Satyajit Das, A Banquet of Consequences - Reloaded (Australia: Viking, 2021 [2015]). 480 páginas.

El programa gubernamental de ayuda financiera al empleo durante la pandemia, conocido como JobKeeper, supuso un gasto de 130.000 millones de dólares australianos. Los receptores de esta generosísima cantidad de fondos públicos no fueron directamente los empleados, sino los empleadores. Transcurridos varios meses desde que JobKeeper concluyera, las investigaciones de periodistas revelaron que un buen número de las compañías que recibieron esos fondos no solamente no necesitaban la ayuda, sino que en última instancia dedicaron el capital público recibido a pagar dividendos a accionistas, bonificaciones extraordinarias a sus directivos y, en el caso de algunas escuelas privadas, a reducir las cuotas que pagan los padres que deciden enviar a sus niños y niñas a esos centros de elitismo y privilegio.

Moraleja: Para quienes deciden las políticas económicas y recaudan los tributos que costean sus elevados salarios, el dinero (de los demás) cae del cielo y crece en los árboles.

Das es economista de carrera. Nació en Calcuta y vive en Australia desde los 12 años. Este libro es una versión revisada y actualizada tras el hundimiento económico generalizado causado por el Covid-19. En su primera edición, el libro analizaba la situación resultante de la crisis de 2008 y las consecuencias que el sistema actual va a tener en nuestras vidas. El panorama que plantea Das es, sencillamente, desolador: “La posición de la economía global es semejante a un agujero negro, del que la gravedad impide que escape nada, incluida la luz. Los excesivos niveles de deuda y los desequilibrios fundamentales, fuertemente arraigados, impiden ahora escapar del estancamiento o algo incluso peor. Los agujeros negros se forman cuando estrellas inmensas colapsan al final de su ciclo vital: una metáfora adecuada para el reciente periodo de nuestra historia económica.” (p. 92. Nota: Todas las citas que figuran en esta reseña son mi propia traducción).

El arquitecto de la magia financiera saca un conejo de la chistera en menos que canta un gallo. “Los gobiernos utilizan la contabilidad creativa. Durante el periodo anterior a la introducción del euro, Italia y España utilizaron transacciones con derivados, supuestamente para minimizar sus niveles de deuda. […] Para superar la falta de dinero disponible para recapitalizar sus bancos, el Gobierno de España empleó la contabilidad, acordando que pérdidas tributarias de €30 mil millones pudieran utilizarse para apuntalar el capital regulatorio. Mientras la UE buscaba mejorar la solvencia de los bancos aumentando las reservas de capital, España adoptó una estrategia de manipulación fiscal que para nada ayudó a mejorar la verdadera capacidad de absorción de pérdidas de sus bancos.” (p. 59-60) 
El tema de la deuda, que según Das ha alcanzado niveles descomunales, es recurrente en su exposición y denuncia. La deuda, tanto pública como privada, lastrará cualquier tentativa que busque una solución a los múltiples problemas que afronta el mundo en las próximas décadas.

No es el único aspecto alarmante: el cambio climático, la escasez de recursos, en particular el agua limpia, y la incapacidad y falta manifiesta de voluntad de los políticos para obligar a repensar nuestros hábitos de consumo y el viciado sistema de producción que los alimenta.

Aunque es un libro muy especializado en cuestiones económicas, Das escribe en un lenguaje conciso, claro e inteligible. Algo que los lectores agradecen es su costumbre de ejemplificar un punto con una cita o referencia literaria o artística para concluir una sección. Son todas aptas y oportunas. Un ejemplo que describe la destrucción de la industria pesquera del Mar de Aral: “Los barcos pesqueros varados en el Mar de Aral seco son un eco del cuadro surrealista de Salvador Dalí de 1934, Imagen paranoica astral, en el que unos pobladores desatentos están sentados en un bote de remos en un lago o un océano seco. Es el recordatorio de las consecuencias del voraz apetito de la humanidad por el agua.” (p. 127)

El Mar de Aral desde el espacio, en 1989 y en 2008. 
Tampoco le falta la ironía: “Un directivo de un banco central describió la política de la devaluación de divisas de forma muy pintoresca: es como orinarse en la cama. Aunque al principio uno se siente bien, rápidamente se convierte en un desastre.” (p. 156)

Das reitera a lo largo del libro el hecho incontrovertible de que el pato siempre lo pagan los mismos: los que menos poder tienen, los más pobres y vulnerables: “Las políticas diseñadas para hacer frente a la Crisis Financiera Global, tales como la inversión en instituciones financieras para asegurar su solvencia, los recortes en los tipos de interés y los programas de expansión cuantitativa, incrementaron todavía más la desigualdad. El coste de los rescates lo asumieron de manera desproporcionada los grupos sociales con menores ingresos.” (p. 216)

“Tras dejar el Banco de Reserva Federal, Ben Bernanke se lanzó al ruedo de las conferencias con una celeridad que no ha tenido parangón desde que la madre enviudada de Hamlet contrajo matrimonio con su cuñado.” (p. 90). Fotografía de Medill DC.
No es, ciertamente, una lectura de lo más amena. Tampoco va a inyectarte dosis de positividad, que ya quisiéramos muchos en esta época. Pero A Banquet of Consequences – Reloaded advierte de negros nubarrones en el horizonte. La tormenta no se desatará mañana, sino que afectará a las próximas generaciones, que han nacido endeudadas.

Los niños ya no vienen al mundo con un pan bajo el brazo, sino con una carpeta repleta de avisos de cobro de deudas.