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19 oct 2011

Reseña: L'alquímia del mercat d'alquímies, de Maurici Pla



Maurici Pla, L’alquímia del mercat d’alquímies (Barcelona: Quaderns Crema, 2011). 146 páginas.

Un dibujo del pintor Paul Klee sirve de motivo argumental para esta curiosa novelita del barcelonés Maurici Pla. Alexander Kahn, administrador del museo de arte moderno de la ciudad que el narrador – el propio Kahn – denomina simplemente como K, se lanza a la búsqueda del original del dibujo de Klee (reproducido en la portada del libro).

Pla dota a la ciudad de una atmósfera inquietante y un tanto enigmática, habitada por personajes que dicen saber poco pero terminan por saber mucho – incluso demasiado. Conforme el lector avanza en la lectura de L’alquímia, la impresión de que las vivencias que narra Kahn en primera persona y en presente pueden ser de hecho un sueño se hace más fuerte. El ritmo narrativo que impone Pla con su elección de tiempo verbal no es nada desdeñable. La inmediatez de lo que nos cuenta Kahn es palpable: hay deseos eróticos, abundan las obsesiones aparentes de los personajes (el calzado en especial), la disponibilidad en el mercado negro de una droga (un somnífero) que el municipio ha declarado ilegal.

¿Se trata de una alucinación o de un sueño? Obviamente, no hay una respuesta clara, y es el lector quien debe trabajar el texto y disfrutarlo. Pla nos hace algunos guiños hacia temas de candente actualidad (la corrupción y la especulación urbanística o el resurgimiento del fascismo en Europa, entre otros) sin entrar en disquisiciones que estarían de más en una novela breve y que, además, no tiene falsas pretensiones de grandeza. Es una obra singular, en la que los personajes quedan desdibujados precisamente porque el autor lo ha querido.

Un relato un tanto excéntrico en ocasiones, esta es la búsqueda alucinada y desquiciada de una imagen, de un paisaje, de una perspectiva. Como arquitecto que es, Pla encuentra los equilibrios necesarios para que el caballo no se le desboque, y el resultado final no defrauda, con unas buenas dosis de valor literario.

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