Carretera en Death Valley, (c) Adrille, 2007
Esta semana ha aparecido en Hermano Cerdo la versión que he vertido al
castellano de un breve cuento del autor estadounidense William Dylan Powell.
Road Kill, expresión que suele representar a los animales que mueren con
frecuencia atropellados por los vehículos en las carreteras, narra el encuentro
de un camionero con una anciana en una parte muy remota del estado de Texas.
El desenlace es de por sí sorprendente, pero lo que
más me atrae de la historia son las preguntas que pudiera (casi siento la
necesidad de escribir ‘debiera’) provocar en el lector. Pienso que es imposible
quedarse indiferente ante Road Kill, y la pregunta ‘¿Qué habría hecho yo en su lugar?’
emerge con toda la fuerza y dureza inherentes al estilo directo y conciso de
Powell.
Road Kill comienza así:
Metí a Loco en su jaula de viaje y limpié el asiento
del copiloto, de pralinés sin terminar, de latas vacías de Dr. Pepper y la
tesis doctoral de un viejo amigo mío acerca del racionalismo ético kantiano.
Ayudé entonces a la anciana a subirse al camión, y
luego subí yo. El aire acondicionado resultó ser una bendición mientras yo iba
cambiando marchas para recuperar la velocidad en la carretera 187 de Texas.
—Me llamo Elbow Jones —dije mientras veía por el
espejo retrovisor cómo desaparecía su coche, con el capó levantado y tirado en
la cuneta de la carretera.
—Eve Dawson.
Íbamos dejando velozmente atrás alambradas, campos
de altramuces y amaros. En la radio sonaba George Straight.
Puedes
terminar de leer Road Kill aquí.
Si prefieres leer esta historia en el inglés original, puedes encontrarla aquí.
En cualquier caso, espero que lo encuentres interesante. Como decía antes, dudo
mucho que te deje indiferente.
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Me ha gustado el cuento. El final es formidable, y también el estilo. Se nota el buen hacer del traductor, también. Y cómo se desarrolla la pequeña trama hasta el final.
ResponderEliminar¡Gracias!