Sergio de la Pava, A Naked Singularity (Chicago: University of Chicago Press, 2008). 678 páginas.
Uno no puede
dejar de asombrarse del hecho de que esta novela de Sergio de la Pava fuese
rechazada por numerosísimos editores durante varios años, hasta el punto de que
el autor se decidiera a publicarla por su cuenta y riesgo en el formato de
libro electrónico en 2008. La posibilidad de democratización (léase el boca a
boca tradicional, pero con los avances tecnológicos pertinentes) de la
literatura que internet ha traído hizo el resto, y finalmente alguien en la
University de Chicago Press se dio cuenta de que A Naked Singularity era una novela que valía la pena publicar en
papel, y el libro apareció en 2012. Para muchos sigue siendo un autor
desconocido, quizás no tanto después de que A
Naked Singularity haya recibido el Premio PEN de ficción para nuevos
autores. Más vale tarde que nunca, ya se sabe.
A Naked Singularity te atrapa desde la primera página, y a pesar de
su longitud y lo variopinto de sus temas y obsesiones, o quizás debido a los
meandros y recovecos narrativos por los que discurre (y atención, no digo “se
pierde”), el interés prácticamente no decae en momento alguno.
Se inicia con una
acotación escénica teatral (‘ruido de fondo’) y una voz que grita de pronto:
‘¿voya [sic, mi traducción] salir o
qué?’. La escena la describe el narrador como una ‘particular batalla entre el
Bien y el Mal’, y el lugar es los juzgados de guardia de la ciudad de Nueva
York. Casi (así se llama el abogado de oficio protagonista y narrador – no
quiero desvelar aquí el porqué de su nombre, es mejor que lo descubras en el
libro) nos cuenta que lleva más de siete horas tratando de defender a
individuos que han sido arrestados/entrampados por la policía neoyorquina. Es
una escena prácticamente surrealista en su construcción, pero dramáticamente
realista por el afilado detallismo con el que de la Pava va desvelando la
trama, lo que logra en parte gracias a unos diálogos perfectos. El mundo de los
juzgados de guardia, que durante unos años llegué a conocer en su versión
valenciana desde la perspectiva del intérprete, queda fiel y acerbamente
retratado en A Naked Singularity.
He hecho mención
de la multiplicidad de temas presentes en la novela, de modo que mencionaré
algunos, los que me vienen a la cabeza: la obsesión por las series de
televisión, la mejor generación de boxeadores de la historia y las muchas
peleas que se dieron entre ellos, el cáncer de pelo, la física cuántica, la
vida de los inmigrantes colombianos en Nueva York, el rapto y posterior
asesinato de un bebé a manos de dos niños, y las apuestas que se dan en la
oficina de Casi en torno a lo que le ha sucedido al bebé mientras no se
descubre el crimen, la manipulación genética y el concepto de progreso, la
lucha legal contra las ejecuciones de discapacitados intelectuales en muchos de
los estados de los EE.UU., y muchos otros asuntos que me dejo en el tintero. Y
en medio de todo esto, una espeluznante ola de frío glacial y un tétrico apagón
que deja la ciudad totalmente a oscuras.
A naked singularity |
A Naked Singularity es ciertamente un texto abigarrado, y es
precisamente el hecho de que fuera el autor el que lo publicara lo que otorga
un cierto carácter asilvestrado, como un resabio a literatura montaraz e
indisciplinada. Lo que en un principio semeja ser una estructura argumental
errática deviene en una construcción sutil que prepara al lector para lo que es
sin duda el plato fuerte del libro: la realización del atraco perfecto con un
botín de muchos millones de dólares. Hacia el final de la novela, Casi parece
prever el colapso al que se aboca su vida tal como la ha vivido hasta ese
momento, en una evocación intertextual que refiere al título. Hay además un
delicioso guiño al Moby Dick de
Melville, pero de la Pava crea un desenlace más o menos abierto.
A Naked Singularity constituye una demostración de ambición rara vez
vista en la literatura contemporánea. Una plétora de episodios humorísticos (la
confesión que hace Casi ante un cura católico es una auténtica gema), acompañada
de desternillantes disquisiciones filosóficas y ácido comentario social: todo
empacado en diálogos que a veces recuerdan a los mejores momentos de Seinfeld. Un caos retratando otro caos
(la ciudad de Nueva York), esta es una novela de ritmo endiablado que apenas se
rompe, excepto en el cuento en verso que le lee Casi a su sobrina, que habría
sido mejor eliminar, sin duda.
Sergio de la Pava
es abogado, pero tiene un excelente sentido del humor. Recomiendo la entrevista
que le hizo Hermano Cerdo en julio de
2011, y que lleva por título ¿Dónde está el
árbitro?
A Naked Singularity la publicará en castellano próximamente la
editorial Pálido Fuego. Y ciertamente, no siento envidia alguna por el
traductor que se haya estado peleando con un texto que, como mínimo, es de peso
superwelter.
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