Tash Aw, Map of the Invisible World (Londres: Fourth Estate, 2009). 342 páginas.
Las primeras
páginas de Map of the Invisible World
podrían hacer pensar al lector que se halla ante una Romansbildung con un cierto vuelco de suspense, en un entorno
político de represión militar. El lugar es una isla indonesia, y el
protagonista es un chico de 16 años, Adam, quien, oculto entre la maleza,
observa cómo los soldados se llevan a empellones a su padre. La época en la que
se sitúa la historia es 1964, años después de la independencia, cuya
proclamación se produjo en 1945, dos días después de la rendición de Japón, el
15 de agosto. La Proklamasi fue
seguida no obstante de una cruenta lucha entre los independentistas
revolucionarios y las tropas neerlandesas y pro-coloniales. Finalmente, la
independencia fue reconocida en 1949.
Adam es el hijo
adoptivo del pintor Karl de Willigen, indonesio de origen neerlandés. Cuando
los soldados se llevan a su padre en el curso de una redada contra los revolucionarios
comunistas, Adam decide acudir a buscarlo a la capital del país, Yakarta, y se
presenta en la casa de una americana afincada en Indonesia, Margaret, quien
conoce a Karl desde muchos años antes. Profesora universitaria y perfecta
conocedora de la lengua y la cultura locales, Margaret vive sola. No tiene
hijos, pero al ver a Adam siente una especie de responsabilidad maternal por el
chico. Además, quiere encontrar a Karl, de quien posiblemente estuvo alguna vez
enamorada.
El típico becak con el que se trasladan los personajes por Yakarta |
La Yakarta que
nos describe Aw es una ciudad que comienza a convertirse en un gran centro
metropolitano, pero los problemas inherentes a una gran ciudad asiática
(tráfico, polución, hacinamiento, etc.) no son todavía tan grandes como a
finales del siglo XX o en la actualidad.
Yakarta, años 50 |
Hay no obstante
otro hilo argumental: Adam tiene un hermano mayor llamado Johan, a quien adoptó
una familia malasia. Adam quisiera también encontrar a su hermano, y cuando
conoce a Din, estudiante de posgrado en el departamento de Margaret, un joven
algo taciturno y poco transparente en cuanto a sus ideas políticas, acepta su
invitación de ayudarle a encontrar a su hermano y también a encontrarse a sí
mismo. Pero Din tiene otros designios, y en realidad está reclutando a Adam
para llevar a cabo acciones violentas contra el régimen de Sukarno, el héroe de
la independencia y primer Presidente de la República.
Map of the Invisible World tendría pues en un principio todos los
ingredientes para contar una gran historia que atrapara al lector, despertando
su interés para llevarlo, si no en ascuas, al menos conquistado por la calidad
de la trama y su escritura hasta el final. Pero lo cierto es que Tash Aw no
consigue mantener esa necesaria tensión narrativa a lo largo de toda la novela.
Buena parte del desacierto se debe, a mi parecer, al hecho de que el autor intercala
largos episodios del pasado de Margaret u otros, algo más breves, de la
estancia de Adam y Johan en el orfelinato. Si a eso se añaden los desvíos hacia
elementos de intriga política y diplomática (que en nada se asemejan al impasse actual entre Canberra y Yakarta
a cuenta del espionaje), los altibajos narrativos son llamativos y alargan los capítulos
innecesariamente.
"La caza", de Raden Saleh. 1846 |
Uno de esas
derivas argumentales gira en torno a la propuesta que un extraño operativo de
la CIA, Bill Schneider, le hace a Margaret. Le pide que acuda al palacio
presidencial y, haciendo uso de sus destrezas lingüísticas, trate de convencer
a Sukarno para que acepte dos regalos, dos cuadros del pintor indonesio Raden
Saleh, en un momento en que los estadounidenses han caído muy bajo en la estima
de los dirigentes del país asiático. Aw parece decirnos que, pese al fracaso de
su misión, Margaret consigue su objetivo personal, pues al poco tiempo Karl de
Willigen es encontrado, y se produce su reunión con Adam.
Raden Saleh, "Autorretrato". 1845 |
La prosa elegante de Tash Aw salva en gran medida esta
novela. Sin sus excelentes descripciones, Map
of the Invisible World habría posiblemente naufragado. Con un final más o
menos abierto, algunas de las interrogantes que Aw plantea al inicio no quedan
resueltas en modo alguno, y por eso la novela padece algo de indefinición.
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