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12 sept 2014

Türkiye'de bir ay


Türkiye'de bir ay. Un mes en Turquía. Desde bien joven he sentido una intensa atracción por este país, y en especial por Estambul/Bizancio/Constantinopla, la ciudad bisagra, el punto donde Europa se abraza, se encuentra y se besa con Asia. Pero este viaje es en realidad un "autorregalo", una especie de "me lo merezco", after Míchel, en un momento vital en el que uno pierde la cuenta de sus años y empieza la década de los "sin cuenta".

¿Qué mejor regalo puede haber que un viaje a un destino con el que uno ha soñado desde su tierna juventud?

Puesto que el viaje lo vamos a hacer acompañados de niños, en nuestro itinerario hemos naturalmente descartado el este del país, demasiado próximo a zonas geopolíticas más que convulsas en estos tiempos. Una pena, porque Ararat es también un nombre cuyos ecos míticos resultan extraordinariamente atractivos.

De Estambul viajaremos un poco al oeste, a la antigua Adrianópolis, para luego dirigirnos al sur hasta el estrecho de Dardanelos. Nuestra hoja de ruta incluye Gallipoli, Troya, Efeso, Fethiye, Antalya y Capadocia, entre otros lugares. Habrá también algunos días de reposo playero en algún pueblecito de la costa oriental, allí desde donde quizá se atisban islas a las que no es posible viajar de manera legal. Será cuestión pues de disfrutar de los últimos días veraniegos en el Mediterráneo, en cuyas aguas hace muchos años no me he bañado. Solamente cabe esperar que no haya tantas medusas como, según informan los diarios españoles, las que infestan las playas del este de la península ibérica.

Será por otra parte interesante estar en Europa (o cerca de ella) cuando los escoceses puedan decidir si mandan the Union a la porra. At least they can decide for themselves. Vivir en un lugar donde, de verdad, nunca pasa nada, como lo es Australia, termina por contagiarle a uno una indiferencia rutinaria hacia casi todo. Lo único que lamentaré perderme será la Gran Final de la Liga de Fútbol Australiano, a la que estoy casi seguro llegarán este año los Cisnes de Sydney. Go the Swannies!!!!

Pero este es un blog de libros, ¿no? Pues bien, para acompañar el viaje y llenar algunas de mis horas de asueto, estos son los cinco libros que llevaré en la mochila. Cinco libros, quizás un número harto ambicioso para un mes de viaje en el que muchas horas las haré al volante de un auto alquilado (el cual, según parece, no te permiten subir a los ferries, al menos en teoría). Veremos en qué queda este ambicioso intento.




                    

Se me dirá que son todos del mismo autor. Bien cierto es. En mi descargo he de confesar que (horreur!) todavía no he leído nada de Pamuk. Dadas mis evidentes carencias respecto a la lengua turca (la cual, por cierto, me da la impresión de que no es nada fácil de aprender bien), me he limitado a adquirir algunas traducciones del Premio Nobel al inglés.
 
    
Y como la casa del último título de esta selección de libros destinados a acompañarnos en nuestro viaje y servir de telón de fondo a nuestras experiencias personales en Turquía, este blog permanecerá callado durante todo el viaje. Nos vemos en octubre.


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