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20 jun 2017

Reseña: The Snow Kimono, de Mark Henshaw

Mark Henshaw, The Snow Kimono (Melbourne: Text, 2014). 396 páginas.
El inspector Auguste Jovert, comisario ya jubilado de la policía parisina, recibe unos 40 años después de su estancia en Argelia (donde dirigió la Unidad de Operaciones Especiales – operaciones tan especiales que incluían la tortura) una carta que contiene la fotografía de una joven. La remitente dice ser su hija.

La noticia, lógicamente, le produce una cierta conmoción. ¿Quién iba a pensar que su vejez iba a depararle tamaña sorpresa? Además, y para más inri, Jovert sufre un accidente que le obliga a usar muletas primero, y posteriormente un bastón. En esa tesitura se encuentra cuando conoce a un vecino. Se trata del profesor de derecho (también jubilado) Tadashi Omura, prestigioso abogado y docente de la Universidad Imperial de Tokio. Para su solaz, Jovert podrá ahora departir con el ilustre letrado nipón. Las suyas son interesantes conversaciones: ambos tienen mucho que confesar, mucho de lo que sentirse apesadumbrados, si no arrepentidos.

The Snow Kimono se compone de 9 partes. Unas se centran en el pasado de Jovert, quien debido a su trabajo conoce al dedillo los escenarios más habituales del crimen y la desgracia. No es de extrañar que Omura le cautive con sus relatos. En especial, cuando el viejo profesor empieza a hablarle de un enigmático amigo suyo, Katsuo Ikeda, un escritor famoso en Japón, un hombre disoluto  que carece de pauta moral alguna. Para llevar a cabo sus conquistas amorosas, Katsuo no duda en usar el nombre de su amigo Omura. En la universidad, urde una trampa para ridiculizar y humillar a su mentor, el Profesor Todo; este episodio recuerda en gran medida al gran engaño de las letras australianas de finales de la década de los 40, Ern Malley.

En The Snow Kimono, Henshaw efectúa un experto estudio sobre la naturaleza engañosa de cualquier documento: lo real ataviado de los ropajes de la ficción, o la ficción disfrazada de autenticidad. Hay numerosas referencias intertextuales que no parecen ser gratuitas. Hay también un erotismo muy estilizado, dentro de lo que parece ser una típica trama de novela de misterio. Pero es mucho más que eso. El misterio es y será por qué hasta 32 editoriales norteamericanas (sí, has leído bien: 32) rechazaron esta obra de Henshaw, que finalmente, tras su publicación, fue premiada con el NSW Premier’s Literary Award, que lleva el nombre de Christina Stead en su vertiente de ficción.

La narración es una seducción constante, tanto por los elementos de la trama como por el lenguaje, detallado y gentil: un entramado literario magistralmente diseñado para cautivar al lector, atrapar su deseo y curiosidad y llevarlo absorto hacia adelante, capítulo tras capítulo, de París a Japón, de Japón a Argelia y de vuelta a París, por un sutil laberinto literario deliberadamente engañoso, hasta la conclusión, con un desenlace tan inesperado y sorprendente que es difícil no rendirse con admiración hacia el autor.

Una hora más o menos después del amanecer, doblamos una curva en la carretera y de pronto, desplegada por debajo nuestro, está Osaka. La ciudad se derrama por las laderas de la montaña hacia la bahía, que reposa inmóvil bajo la neblina de primera hora de la mañana. Más al sur, a lo largo de la costa, resulta imposible ver dónde termina la ciudad. Se disuelve en un lejano horizonte gris e indeterminado. (p. 191, mi traducción)
Los temas de la amistad, la traición, la pérdida de seres amados, la melancolía y la depresión, la separación, la crueldad… todos temas inherentes a la condición humana, a lo que nos hace vulnerables al tiempo que nos empuja a realizar actos de puro arrojo cotidiano. Rara vez se encuentra uno con un libro de la calidad de The Snow Kimono. Esperemos que encuentre un hueco en las editoriales que publican en castellano o en catalán. Lo merece, sin duda.

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