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29 ago 2018

Reseña: Nobody Move, de Denis Johnson

Denis Johnson, Nobody Move (Londres: Picador, 2009). 196 páginas.
Esta novela de Denis Johnson (fallecido en 2017), cuya The Laughing Monsters reseñé en su momento, la escribió originalmente Johnson como novela por entregas para la revista Playboy en 2008. Nobody Move [Que nadie se mueva] explora el género de la novela negra con una parquedad verdaderamente sublime. El número de personajes protagonistas es el mínimo requerido para una novela de este calibre: son tres. Además, están los secundarios, a los que por supuesto Johnson hace caer como moscas: igualito que en aquellos anuncios de Raid que veíamos en la España de la “Transición modélica” (y que ahora me parecen tan cutres) de los 80.

Personajes secundarios de una novela negra... Todo buen autor los mata bien muertos.

Se abre el telón y aparece Jimmy Luntz, quien con ese nombre no puede ser otra cosa que un perdedor. Además, lleva puesto un esmoquin blanco, el color ideal para que chille la sangre. En el bolsillo de la camisa lleva la hoja de las carreras del hipódromo de Santa Anita. Jimmy ha estado participando con el coro al que pertenece en un concurso. Han quedado decimoséptimos de entre veinte. Podría ser peor.

Y, de hecho, lo es. Porque al salir del centro de convenciones le está esperando Ernest Gambol. Este viene a cobrar las deudas que Luntz tiene con un tal Juárez. Vente conmigo, Jimmy, le dice. En vez de pedirle que espere a que se cambie de ropa, Jimmy se sube al Cadillac con Gambol. Tras un par de horas en el coche, Luntz decide que no va a dejar que le maten, así que se adelanta y le dispara a Gambol. Pero no lo mata. Craso error. Ahora le tocará huir.

En su huida conoce a una mujer que también huye, y curiosamente, se llama Anita. La joven ha sido acusada (y condenada) de un desfalco de 2,3 millones de dólares, que ha cometido su marido. Diríase que ninguno de los dos tiene mucho que perder, siempre y cuando la una consiga deshacerse del ex y del juez con el que éste se ha conchabado, y el otro consiga despistar a Gambol y Juárez.

En un paso subterráneo como este ocurren cosas... Bienvenidos a Alhambra, California. Fotografía de Ken Lund, de Reno, Nevada. 
En apenas 190 páginas Johnson cuenta una enorme historia, y lo hace con muchísimo humor (muy, muy negro), diálogos vibrantes, repletos de ironía, y escuetos esbozos de lugares, ambientes y acciones. Trepidante es sin duda la palabra.

¿De dónde ha salido Jimmy Luntz? No se sabe, pero una anécdota de su niñez lo retrata perfectamente: cuando alguien le ofrece unos dólares por limpiar un remolque, Jimmy lo hace a conciencia, empleando hasta cinco días para terminar la faena. Cuando llega el momento de recibir su pago, le ofrecen dos opciones: el dinero en efectivo o un boleto de lotería. Jimmy elige lo segundo. Y no hace falta que te diga lo que pasa, ¿verdad?

¿Podrán darles el esquinazo a los pistoleros? ¿Es Anita el amor definitivo para Luntz? ¿Quién saldrá vivo de todo este enredo? ¿Quién sale ganando? Pues el lector, claro está: quien disfrute del género, gozará con Nobody Move. Muy recomendable.

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