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2 jun 2019

Reseña: Absolution, de Patrick Flanery

Patrick Flanery, Absolution (Londres: Atlantic Books, 2012). 389 páginas.

Una escritora sudafricana de renombre, Clare Wald, sufre una invasión doméstica en su casa de Ciudad del Cabo; aunque las consecuencias bien podrían haber sido letales, los ladrones solamente se llevan la peluca de letrado de su padre, que conservaba en una caja. Tras el incidente, hace caso a sus allegados y se muda a una zona más segura.

Devil's Peak, espectacular telón de fondo de Ciudad del Cabo. Fotografía de Andrew Massyn.
La época comprende los años posteriores al apartheid, y coincide con la primera biografía oficial de Wald, que ha de completar un joven académico procedente de los Estados Unidos, Sam Leroux. Leroux, sin embargo, tiene una fuerte conexión con Sudáfrica: nació allí, pero tras quedar huérfano muy joven, quedó al cuidado de una tía en Beaufort West. Pero Sam se guarda un as en la manga: en los días posteriores a la muerte de sus padres, Clare tuvo la posibilidad de acoger al niño y cuidar de él, pero se negó.

Carrer principal de Beaufort West. Fotografia de flowcomm.

El nexo que los unía era la hija de Clare, Laura, quien en los años anteriores a la caída del régimen racista se involucró en el movimiento de lucha armada. Fue Laura quien salvó a Sam de su tío, un tipo cruel y violento.

Como el mismo título dice, la biografía debería constituir una absolución para Clare Wald. Sam hace las veces de confesor, pero Clare no siempre parece estar dándole la versión más fidedigna del pasado. Y es que son muchos los fantasmas que agobian a la octogenaria escritora: no solamente Laura, desaparecida por la policía secreta del apartheid o huida sin dejar rastro alguno. También está la hermana de Clare, que se casó con un destacado prohombre del régimen, y que fue asesinada junto con él en un ataque brutal e inmisericorde. ¿Fue Clare quien deliberadamente filtró el dato que permitió a los asesinos ejecutarlos?

El caso es que Absolution se construye entrelazando cuatro diferentes hilos narrativos, que en ocasiones se contradicen de tal manera que nunca sabemos cuál es la versión verdadera de los eventos. Por un lado están los recuerdos de Sam, por otro el diario de Laura; hay además una narración incrustada por capítulos en el libro que lleva por título ‘Absolución’ (que coincidentemente es el mismo título de la última novela de Clare Wald, una autobiografía escrita en clave de ficción), y la parte escrita por Clare en la que intenta encontrar sentido a la desaparición (o la muerte) de Laura.

Es pues un thriller literario, aunque la pregunta de si Sam absuelve a la escritora de sus pecados, imaginarios o reales, no encuentra una respuesta definitiva. Como en el caso de las otras dos novelas que Flanery ha publicado (Fallen Land y I am No One, ambas posteriores a Absolution), la escritura es de un altísimo calibre, y el artificio de que el biógrafo sea protagonista de la historia que más dolor le causó a Clare contribuye más si cabe a que el lector disfrute de la novela.

El viaje de Laura y Sam cruzando la cordillera por Montagu Pass es a ratos aterrador. Fotografía de A3alb.
El tema principal es sin duda la engañosa percepción (siempre es subjetiva) de la verdad histórica, pero Flanery también nos lleva a transitar por los caminos de la censura y la autocensura como elementos definitorios de la literatura actual. Solamente un país con una historia reciente tan difícil y dolorosa como Sudáfrica puede ser el escenario de una novela como Absolution, y Flanery escenifica sin reservas la violencia cotidiana de la revuelta en contra de una sociedad basada en la segregación racial que acentúa más si cabe las líneas económicas divisorias entre los desposeídos y los poderosos.

Flanery demostró contar con excelentes dotes como novelista en Fallen Land, aunque ya apuntaba excelentes maneras en esta novela, en mi opinión muy recomendable. Se publicó en castellano en 2012, en traducción de Isabel Ferrer y Carlos Milla, en Galaxia Gutenberg.

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