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25 jun 2021

Reseña: Providence, de Max Barry

Max Barry, Providence (Sydney: Hachette Australia, 2020). 306 páginas.

A quien esté un poco familiarizado con la trayectoria de Max Barry no debería extrañarle para nada que la novela más reciente (hay una más nueva, The 22 Murders of Madison May, que está a pocos días de ver la luz de las librerías y el universo digital) es un paso adelante hacia el vacío del universo. ¿Un thriller ambientado en una galaxia lejana? ¿Qué clase de locura es esa?

Pero decir que Providence es una novela de misterio situada en el espacio, en un futuro en el que la humanidad ya ha descubierto la presencia de otra especie extraterrestre, que no solamente es inteligente sino que además es hostil, agresiva y destructiva, sería simplificar y minusvalorar a este autor de Melbourne.

Desde su primera novela, Syrup, Barry se ha distinguido por realizar una sátira feroz en torno a temas muy señalados: sean el capitalismo y sus numerosas faltas (la ya mencionada Syrup o Company), sea la humillación de los valores humanistas a la maquinaria de la guerra o la industria armamentística (Jennifer Government o Lexicon), sea la intrusión desmedida de la tecnología en la vida humana (Machine Man), Barry nos muestra lo muy vulnerables y débiles que somos todos, en tanto que piezas de una mecánica sobre la que no ejercemos ningún poder.

Gilly, Talia, Anders y Jackson son los cuatro tripulantes de la Providence 5, una nueva nave espacial supuestamente invencible. El año podría ser 2100, 2200 o incluso 2300, pero realmente ese dato no importa. Es una nave se puede desplazar a velocidades impensables con la tecnología de la que disponemos hoy en día. Los rincones más distantes y desconocidos del universo están a nuestro alcance.

Una simpática y básicamente inofensiva salamandra. Estas no te arrojan pequeños agujeros negros que te trituran. Fotografía de Petar Milošević.

Siete años antes de la partida de la Providence 5 hubo un encuentro con los salamandras. El relato de ese encuentro es el prólogo de la novela. Fue la nave Coral Beach la que se acercó demasiado a esos seres desconocidos: “los salamandras pueden escupir pequeños balines de plasma de quarks-gluones, que esencialmente son unos diminutos agujeros negros, los cuales a su paso dejan un rastro de materia triturada, porque lo que ocurre cuando tanta gravedad te pasa a centímetros del corazón o a metro y medio de los pies es que las diferentes partes de tu cuerpo experimentan unas fuerzas que son colosalmente diferentes. La tripulación del Coral Beach no lo sabe.” (p. 6, mi traducción)

Lo que no todos los cuatro tripulantes de la Providence 5 saben es que la nave se dirige, se gestiona e incluso se repara ella solita, gracias a un sistema de inteligencia artificial que lo controla absolutamente todo, incluso la decisión de perseguir y atacar al enemigo, analizar los resultados de las batallas y configurar nuevas estrategias de cara a la próxima. ¿Qué hacen entonces esos cuatro humanos a millones de kilómetros de distancia? Figurar: son simplemente actores en lo que es un estratagema mediática planificada para justificar la descomunal inversión de dineros públicos en la maquinaria de guerra más costosa y sofisticada que jamás se haya visto. ¿Te suena de algo?

Tras los primeros meses, se imponen la claustrofobia y el hastío en la odisea de los cuatro escogidos. Pero poco a poco las cosas cambian. A Anders le da por jugar a cosas cada vez más arriesgadas y a desaparecer durante días en el interior de la nave. Ciertos errores en el sistema no tienen sentido y Gilly descubre que la Inteligencia Artificial no es tan infalible. Y para colmo de males, los salamandras demuestran haberse aprendido la lección de la múltiples derrotas y masacres sufridas.

Hay quien está dispuesto a gastarse millonadas para irse de aquí en lugar de tratar de solucionar los numerosos problemas que tenemos.
La campaña de destrucción es narrada de manera desapasionada. El número de enemigos abatidos va a permitirles entrar en el Salón de la Fama, sin duda. Hay ecos transparentes a las ejecuciones que drones y otros medios militares llevan a cabo en nuestro planeta en nombre de la democracia, la justicia, la libertad y otras palabras vacías de significado. No hace falta irse a otra galaxia para sentir la misma náusea.

El punto de vista narrativo alterna de capítulo en capítulo. Eso ayuda a que la novela avance rápido aunque los protagonistas no estén realmente haciendo gran cosa. La atmósfera de suspense se mantiene: el lector sabe que algo va a salir mal. Y naturalmente, algo sale muy mal.

De los cuatro personajes, es Gilly quien más simpatías despierta. Al menos en mi opinión: habrá quien se identifique más con Talia, o incluso (¿Por qué no? Tiene una pizca de psicópata y ha de haber para todos los gustos…) Anders. Sobre Gilligan: “Quería saber por qué estaban en guerra. No en términos generales. Esos ya le habían bastado anteriormente, pero ya no le valían. Quería hallarse en una habitación con la persona que había tomado la decisión, que había dicho «Adelante», e indagar si había habido otras opciones. Porque sí había discrepancias. Había protestas. Había gente que decía que las contratistas como Surplex tenían sus tentáculos metidos en todo Servicios, y manipulaban la percepción del público a favor de la guerra, cuyo propósito había en cierto modo cambiado: de obligar a los salamandras a replegarse del territorio de los humanos a su exterminación como especie; ¿era eso estrictamente necesario? ¿Era adentrarse en la Zona Violeta de hecho la misma guerra que todo el mundo había suscrito tras el desastre de la Coral Beach? Porque en aquel tiempo no había esa Inteligencia Artificial corporativa que se volcara en la construcción de naves espaciales acorazadas, además con el 22% del PIB mundial, y que tomara decisiones que resultaban literalmente excesivamente sofisticadas como para cuestionarlas. Esa parte le parecía sospechosa ahora. Verdaderamente sospechosa.

Sabía lo que estaba sucediendo. Se estaba inventando una ficción reconfortante en la cual era aceptable hablarle al salamandra, porque él, Gilly, no le debía nada a la Humanidad. Aun así, los razonamientos siguieron incrementándose en su cabeza hasta que se sintió furioso. Estaban todos en casa, sanos y salvos y felices, excepto él.” (p. 243, mi traducción)

23 jun 2021

Reseña: Wendy, Master of Art, de Walter Scott

Walter Scott, Wendy, Master of Art (Canadá: Drawn & Quarterly, 2021). 273 páginas.

Ah, qué lejanos quedan ahora aquellos tiempos de mis estudios de posgrado. Recuerdo bien el artificio que nos rodeaba, esa improductiva ociosidad disfrazada de muy serio afán invertido en inanes cuestiones académicas. Y sin embargo, fueron dos años extremadamente disfrutados, de logros realizados a base de mucho esfuerzo, sacrificio, insomnio, algo de estrés y renuncias de todo tipo. Todo culminado en un trabajo final de investigación, que incluyó la traducción de dos actos de una sangrienta tragedia jacobina, en la que un obeso mediocre chupatintas me marcó como incorrecto … ¡el uso del futuro de subjuntivo!

¿Alguien quiere decir algo sobre algún tema en alguna parte?
Para esta Wendy, que ha llegado a Hell para estudiar una maestría en Bellas Artes en su universidad (¡Universidad del Infierno!), la entrada en el posgrado es motivo de grandes esperanzas y ambiciones: “Es aquí donde por fin conseguiré ser yo misma y definir lo que significa la práctica artística (y el éxito) para mí.” (p. 14, mi traducción) Unos 90 segundos después, se lanza a la calle en busca de un bar.

El volumen creado por el artista canadiense Scott rebosa humor. Hay sátira a espuertas; la historia no deja títere con cabeza y los dibujos redundan en esa visión mordaz, incisiva y cáustica. Son dibujos sencillos, unas pocas líneas bien marcadas sobre un fondo blanco que resultan ser harto expresivas. La lectura resulta fácil y adictiva: en apenas una hora puedes haber terminado el volumen. Y sin embargo, vas a querer empezar a releerlo al día siguiente.

La creación artística, como bien sabe todo el mundo, puede perfectamente comenzar a engendrarse en la barra de un bar.
Sea el grupo de estudiantes de posgrado, sea la escena nocturna de bares y clubes, sea la atmósfera de charlatanería e impostura que siempre hay en las aperturas de exposiciones y galerías, para Wendy todo se hace una montaña casi imposible de superar. Las crisis existenciales y filosóficas se suceden una tras otra (digamos que a ritmo de cogorza) y, a pesar de ello, consigue crear. Exactamente qué valor tiene lo que crea nunca termina de estar claro.

Mención aparte merecen las clases de Dibujo y Pintura que Wendy tiene que dirigir en alguna oscura escuela de enseñanza secundaria. Ir a dar clase pasado de rosca siempre ha supuesto un reto insalvable, y con el paso de los años se puede convertir en una tumba profesional para algunos.

Los inicios siempre suponen un reto.
En el desenlace Wendy termina y defiende su tesis. Bravo. “Defender” siempre ha sido una palabra que parece estar cargada ideológicamente. ¿Dónde quedan los enemigos o contrincantes de quienes hay que defender una tesis? Wendy quizás lo solucionaría pidiendo otra cerveza.

No, no se trata de un compromiso. Es la toma de conciencia de una derrota.

Wendy, Master of Art es la tercera entrega de Scott con Wendy como protagonista. Puede que algún día consiga leer las dos que la antecedieron. Entretanto, a ver si alguien se anima a llevarla a la pantalla, sea en formato de animación o suplantando sus rocambolescos trazos con actores de carne y hueso. Las risas están garantizadas.

6 jun 2021

Estic escoltant/ Estoy escuchando/ I'm listening to... (2)

 

ZOO POSSE - AVANT (2021)

Un senyor que s'oxida al sofà

Una ment que no troba la boca

Una vida que no sap parlar

Un profeta més de la derrota

Un patriota de la soledat

De deixar-se dur, una mascota

Un imbècil amb autoritat

Un sacríleg de la integritat

Cauen les filles anònimes: mort natural

Fallen les forces, clima hivernal

Tristes i anades, quina postal

Lluny de les llums, dels pedestals

Sense homenatges ni flors en corones

Com si sols foren persones normals

Com si en un món de misèria i de runes

Fora bonic oblidar, i

S'ha intoxicat la mollera

S'han oblidat d'estimar

De veure tan gran la bandera

La vista es comença a cansar

S'ha intoxicat la mollera

S'han oblidat d'estimar

I ara respirar és una quimera

Però estaran

Les nostres sempre estaran

Com pedra dins la sabata

Com la palmera que aguanta l'huracà

I allà estaran

Fent burla i fent sacrilegi

Per sempre bruixa i heretge

Sempre a la contra i avant

Pregueu-li a l'amo que entengui la joventut

Que se'ls perdoni este suïcidi prematur

La seua sort no és vostra, però l’enterro costa

I els han cobrat la medicina i el taüt

Cauen herois baix el pes de la fe en la divisa

Orfes d'amor omplin la missa

Ixen les hordes de les cavernes

Guarden la merda baix la catifa

I, com sempre, pagues tu la seua festa

El resultat era un, la jugada era perfecta

S'ha intoxicat la mollera

S'han oblidat d'estimar

De vore tan gran la bandera

La vista es comença a cansar

S'ha intoxicat la mollera

S'han oblidat d'estimar

I ara respirar és una quimera

Però estaran

Les nostres sempre estaran

Com pedra dins la sabata

Com la palmera que aguanta l'huracà

I allà estaran

Fent burla i fent sacrilegi

Per sempre bruixa i heretge

Sempre a la contra i avant

Però estaran

Les nostres sempre estaran

Com pedra dins la sabata

Com la palmera que aguanta l'huracà

I allà estaran

Fent burla i fent sacrilegi

Per sempre bruixa i heretge

Sempre a la contra i avant

There’s this man rusting away on a sofa

There’s a mind cannot find its own mouth

There’s a life that cannot speak for itself

Yet another prophet of defeat

A patriot of solitude

Of letting go, a pet

A fool with a mandate

A heretic of integrity

Anonymous daughters fall: natural death

Strength fails, wintry weather

Sad and gone, what a postcard!

Far from the lights, away from the pedestals

No homages, no flowers in wreaths

As if they were just normal people

As if in a world of misery and dirt

It would be nice to forget, and

Their brains have been poisoned

They have neglected to love

Seeing such a large flag

Your eyesight becomes strained

Their brains have been poisoned

They have neglected to love

Breathing is now a pipedream

Yet they will be

Our own will always be there

Like a pebble in your shoe

Like the palm tree holding up against the hurricane

And they will be there

Mocking them and committing sacrilege

Forever a witch and a heretic

Always against them and forward

Ask the master to understand the young

That this premature suicide be forgiven

Your fate is not your own, yet the burial will be costly

They’ve charged you for the medication and the coffin

Heroes fall under the weight of their faith in the currency

Orphans of love have crowded the church

The hordes are coming out of their caves

The shit is being swept under the carpet

As ever you end up paying for their partying

The score was one, their play was perfect

Their brains have been poisoned

They have neglected to love

Seeing such a large flag

Your eyesight becomes strained

Their brains have been poisoned

They have neglected to love

Breathing is now a pipedream

Yet they will be

Our own will always be there

Like a pebble in your shoe

Like the palm tree holding up against the hurricane

And they will be there

Mocking them and committing sacrilege

Forever a witch and a heretic

Always against them and forward

Yet they will be

Our own will always be there

Like a pebble in your shoe

Like the palm tree holding up against the hurricane

And they will be there

Mocking them and committing sacrilege

Forever a witch and a heretic

Always against them and forward

 The English is my own translation.