Imaginemos por un instante que existiera la posibilidad de viajar en el
tiempo y que la tecnología necesaria para ello fuera similar al Internet. ¿A
que época del Tiempo irías? Para los tres personajes principales de esta novela
gráfica del británico Paul B. Rainey, lo más provechoso de esa tecnología sería simplemente la posibilidad de ver
episodios futuros de sus series y franquicias favoritas.
Los tres personajes, al comienzo de la obra, están luchando por abrirse camino en la vida, intentando sortear las dificultades que todo el mundo encuentra en esa tercera década (trabajo, vivienda, relaciones estables, etc.). Barry, que vive todavía con sus padres, es el típico nerd enganchado a las series de ciencia ficción, ganándose los cuartos quemando DVD con episodios futuros de series descargados de la llamada ultranet, que es el canal de entrada al futuro. Su mejor amigo se llama Cliff, también aficionado a Dr. Who y series similares. Cliff vive como inquilino en la casa propiedad de Kelly Elegance, adicta al yogur y a los batidos de chocolate. Cuando termina la jornada laboral, se sientan a ver episodios de sus series favoritas.
| No hay mejor momento que el presente, así que fíjate en el menú, Barry. (p. 76) |
No son personajes particularmente excepcionales, ¿verdad? En cierto modo, lo que les une es el hecho de que no han dejado completamente atrás la adolescencia. Las viñetas de Rainey se centran mayoritariamente en circunstancias cotidianas y en las reacciones a los sucesos que les afectan en el día a día mediante primeros planos de sus rostros.
| Cuando el futuro amenaza con ser igual que el presente... (p. 102) |
La novela se compone de siete capítulos, pero la historia comprende, grosso modo, tres partes. La ya mencionada sobre la juventud de los protagonistas, una segunda parte que se sitúa en la misma ciudad (Milton Keynes) unos cincuenta años más tarde, y la tercera, un continuo desplazamiento por el futuro en el que la narración sigue las vicisitudes y aventuras de Kelly en sus viajes por el tiempo.
| Them geezers o'er there... (p. 205) |
Es ciertamente una novela gráfica entretenida y de muy fácil lectura. Confieso, no obstante, que no me convenció la tercera parte. No porque crea que el recurso narrativo del viaje a través del tiempo es imposible además de absurdo; más bien, es el hecho de que los hilos que debieran ajustar la madeja de esta historia de manera más firme se antojan un tanto improvisados y sueltos.