27 dic 2022

Laurent Binet's Civilisations: A Review

Laurence Binet, Civilisations (London: Harvill Secker, 2021). 310 pages. Translated from the French by Sam Taylor.

I have no doubt it must be lost of fun to write fictional History while being fully aware that your reader is not to demand any verisimilitude of what you write. Art for art’s sake, I guess. Binet’s Civilisations is one such work: it’s offhand in its fun, bold in its ingenuity but invariably overambitious in its purpose and meaning.

The premise is simple: instead of the various European powers conquering the continents across the Atlantic, it is the Incas (and subsequently the Aztecs) who sail across the waters eastwards and reach Lisbon in the wake of a dreadful tsunami. Atahualpa, their king, is undefeatable in his thirst for some sort of black drink monks seem to be very good at producing; vanquishing the Spanish emperor is way too easy. The road to Europe lays expedite thereafter.

But centuries before, the Vikings had reached the north with Erik the Red’s daughter as their leader. Her descendants eventually make their way to Panama, only to be stopped by the Darién Gap (the present-day irony of this is magnificent, one must admit!).

The second part of the book takes us with Columbus in his first voyage of discovery. Unlike what actually happened, Columbus does not make it back to Spain, fails miserably in his attempts to convert the locals to what the Incas will later call the weird cult of the “nailed god”. The Spanish Court gives up on the extremely expensive adventure of crossing the ocean and loses its interest in western lands.

A couple of decades later, having been defeated by his brother, Atahualpa the Incan emperor is escaping Peru in Columbus’s ships and heads eastward. Thanks to endless supplies of gold, the emperor succeeds in conquering the lands and the minds of Castilians, Italians, Frenchs and Germans. His trick to unite the continent five centuries before actual History occurred? He does away with feudal taxation and the property of land, decrees religious freedom all over the place (the only mandatory rule is to adore the Sun) and develops the land with a view to eradicate hunger and poverty.

Atahualpa. Would he have really achieved so much in so little time?

But suddenly, another enemy from the West appears: the Aztecs arrive in England and decide to conquer France with their army (led by Cuauhtémoc). Paris is quickly taken, and a huge pyramid is bult near the Louvre, which will become the venue for their favourite pastime: human sacrifice. With the supply chains of gold interrupted, Atahualpa reacts and brings back taxation to fund the war effort. Sounds kind of familiar, doesn’t it?

Nonsensical? Maybe, but it’s good fun to read. The somewhat unexpected coda of the book brings Cervantes, El Greco and Montaigne together in the Frenchman’s castle. Their interaction prophesies modernity in all its expressions and raises the stakes even further by taking the painter and the Spanish novelist to Mexico in search of a better life.

The text was splendidly rendered by Sam Taylor into English, yet one glaring syntactic error kept nagging (quite likely the result of a overzealous proof-reader?) This is found on page 175 of the public library copy I read: “He [Atahualpa] distributed Golden Fleeces, a highly prized distinction that cost him nothing and possessed the advantage of binding him to whomever received it.” My italics.

Publicado en castellano por Seix Barral (traducido por Adolfo García Ortega). Publicat en català per Edicions de 1984 (traduït per Mia Tarradas).

22 dic 2022

Reseña: Seek You - A Journey Through American Loneliness, de Kristen Radtke

 
Kristen Radtke, Seek You: A Journey Through American Loneliness (Nueva York: Pantheon Books, 2021). 352 páginas.

Mitad memoria, mitad ensayo, Seek You desafía las categorizaciones fáciles y pone al lector contra las cuerdas de la soledad como el mal que más aqueja a la sociedad altamente interconectada del siglo XXI. Y fíjate que he utilizado la palabra «interconectada», no «acompañada». Porque no son, evidentemente, lo mismo.

Conectados sí, pero... ¿acompañados?
Radtke divide el libro en cuatro grandes secciones temáticas: ‘Escucha’, ‘Observa’, ‘Haz clic’ y ‘Toca’. Partiendo de la premisa de que “a menudo la soledad resulta exacerbada por la percepción de que uno está solo mientras que todos los demás está conectado. Está exagerada por la sensación de estar al margen de algo en lo que otros participan, sea una familia, una relación o incluso un chiste.” (p. 12, mi traducción)

En un extenso repaso histórico de los avances, movimientos e impulsos sociales comunicacionales del siglo pasado, Radtke une fenómenos tan dispares como la introducción de la risa enlatada en las comedias televisivas, las salas de chat que proliferaron hace un par de décadas, las redes sociales que siguen en pleno apogeo, las matanzas causadas por hombres armados o los experimentos del psicólogo Harry Harlow, cuya dudosa reputación se basa en los ensayos en torno a la separación del bebé, sus necesidades de dependencia y las consecuencias del aislamiento social. Para todo lo anterior, Harlow utilizó macacos en pruebas que implicaban una brutal tortura de los animales.

El libro funciona, principalmente porque Radtke yuxtapone los datos históricos y científicos con sus propias experiencias y observaciones. Pese a tener un formato gráfico, son las palabras las que mejor transmiten el mensaje. Las imágenes realzan e incrementan el texto. La tipografía está más cerca de la caligrafía manual que de la generada por computadora y encaja perfectamente en los fondos blancos, verduzcos pardos, anaranjados y oscuros sobre los que la autora superpone una infinidad de motivos, desde paisajes a titulares, pasando por pantallas o retazos de ambientes.

Cuartel de la National Rifle Association en Virginia. Fotografía de Bjoertvedt.
Hay algo en el libro de Radtke que está indudablemente circunscrito a la realidad estadounidense: las muertes que de forma reiterada causan las armas de fuego en el país. Dice la autora: «Se podría decir con total certeza, como hace la mayoría de todos los que conozco en Nueva York, que el problema son las armas de fuego, y las ilógicas leyes que permiten proliferación. Más allá de los grupos de presión y del dinero están quienes se afligen en grupos, acurrucados detrás de sus ordenadores y teléfonos y en vigilias y por los canales por cable más tolerables, unidos todos por la conciencia de saber que están absueltos, que les escriben a los miembros del Congreso y a sus representantes estatales para decir 'no más' y 'basta ya'. Mis amigos y a veces yo misma diremos en cambio que los otros, esos que repiten lo de «las armas no matan a la gente» o lo de «démosles armas a los profesores», esos que defienden su derecho a tener armamento contra un enemigo inevitable, son en realidad el enemigo, son el mal que ha causado tantas nueva y enorme pérdida de vidas.» (p. 165)

No es Seek You un libro que plantee soluciones o brinde recursos para superar la soledad. Todos sabemos que el contacto humano, sea directamente físico o simplemente visual, nos hace sentirnos menos solos. Es en cierto modo un tratado, un ensayo gráfico, marcado por el rigor y la benevolencia (en el sentido más etimológico de la palabra).

«Para mí, la soledad es como estar bajo el agua, como palpando un mundo mudo en el que el volumen del sonido de tu propio cuerpo es alto frente al silencio de todo lo demás. Los sencillos gestos que con tanta facilidad se hacen en tierra se vuelven dificultosos, como si estuvieras lanzándote contra una carga para la que no está hecho cuerpo alguno». (p. 104, mi traducción)

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