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26 may 2022

Reseña: The Mandibles. A Family, 2029-2047, de Lionel Shriver

Lionel Shriver, The Mandibles. A Family, 2029-2047 (Londres: Harper Collins, 2016). 402 páginas.

¿Está el capitalismo tardío en peligro como sistema económico? Todo parece indicar que sí. Y las consecuencias podrían ser… más que negativas, fatales. Es en el marco de esa premisa que Shriver publicó hace ya seis años esta novela de corte distópico en la que una familia acomodada norteamericana sobrevive en medio de la mayor crisis social que el mundo occidental haya visto en su seno desde el siglo XX.

La sociedad civilizada como tal se hunde, el dinero deja de tener valor (nótese ese epígrafe que figura en la portada (‘In God We Trusted’), el crimen y la violencia dominan las calles. Todo el modelo socioeconómico en el que se sustenta la sociedad actual se viene abajo: no hay empleo, no hay apenas elementos del estado del bienestar, la inflación es astronómica…

Como sugería Yuval Noah Harari, esto es un trozo de papel y nada más.
Fotografía de Sysman.

De las cenizas del imperio yanqui surge un estado totalitario que criminaliza la propiedad de oro y se queda con el 90% de tu sueldo. La posesión de divisas extranjeras es también un delito sancionable. Y para colmo, obliga a los ciudadanos a implantarse un chip cerca de la nuca, que automatiza absolutamente todos los aspectos de la vida diaria.

Maravilloso, ¿no? El riesgo existe, eso es innegable. La deuda de los Estados Unidos es astronómica. Si el dólar dejase de ser la divisa fuerte con la que todo cristo paga las mercancías importadas (por algo el dictador del Kremlin obligó a sus compradores a pagar en rublos), ¿Qué le ocurriría a la economía estadounidense? De superpotencia a paria del mundo, sugiere Shriver.

The Mandibles (un juego de palabras imposible de trasladar en la traducción del título) escoge la saga familiar para postular un terrible futuro realmente cercano. Y la fórmula no es necesariamente acertada, en mi opinión. Aunque el ingenio, el humor y la trama no desmerecen, resulta ser un híbrido cuyo subtexto es la provocación a su lector o lectora de clase media y el ataque despiadado a la complacencia reinante.

Viva Las Vegas! Fotografía de LBM1948.
Apunta mucho a esta intención que la alternativa a la que huye la familia desde ese estado dictatorial distópico sea un estado libertario, donde la vida es difícil, sí, pero apenas se pagan impuestos. ¿Y ese estado sería Nevada? ¿En serio?

Y con Elvis de Gobernador, claro.

Disponible en castellano como Los Mandible. Una familia: 2029-2047, traducido por Daniel Najmías y publicado en Anagrama en 2017.

22 abr 2019

Reseña: Property, de Lionel Shriver

Lionel Shriver, Property (Londres: The Borough Press, 2018). 317 páginas.

“Es mío,” está diciendo alguien en alguna parte del planeta en estos momentos. El sentido de la propiedad se desarrolla en nosotros desde bien pequeños, sea por la presión que la competencia natural ejerce sobre los seres humanos, sea por el entorno educativo en el que crecemos, parece que no podemos dejar de sentir algo como de nuestra propiedad. Curiosamente, la palabra ‘propiedad’ en castellano designa tanto la cosa poseída como el estatus de posesión de dicha cosa.

Ese es el hilo temático que une los relatos de este libro de Shriver. El primero, ‘The Standing Chandelier’, es sin duda el mejor de todos los que componen Property, y por su longitud la misma autora lo define como nouvelle. Jillian Frisk y Weston son grandes amigos, a pesar de ser examantes, y tres veces por semana juegan a tenis. Han sido amigos desde hace más de 20 años, de manera que cuando él decide sentar cabeza y casarse con Paige, y ésta lo obliga a renunciar a la amistad con Jillian, se inicia un tira y afloja que Shriver utiliza con excelente efecto. Jillian es una artista amateur, tiene una expansiva personalidad, la cual no tragan muchas personas, en especial la novia de Weston.

Pero es esa amistad inquebrantable lo que le empuja a Jillian a producir un fantástico regalo de bodas para Weston. Un singularísimo candelabro, creación única e idiosincrática tanto por su diseño como por los materiales que lo integran. A medida que se acerca la fecha de la ceremonia, la amistad que los une se va resquebrajando; llegado el momento, Jillian descubre que no está en la lista de invitados.

¿Hasta qué punto es irrazonable la posición de Paige? Y Weston, ¿por qué no defiende la amistad en la que tanto tiempo y esfuerzos invirtió a lo largo de los años? Shriver juega magistralmente con los puntos de vista narrativos, de tal modo que el lector bien pudiera sentir simpatía y respaldar la posición de uno de los tres personajes y cambiar de idea apenas dos páginas más adelante. ‘The Standing Chandelier’ es un relato que te deja con hambre de más, tan fascinante y avasallador resulta.

Lo cual nos lleva a las odiosas comparaciones. El volumen cuenta con cuentos muy logrados, pero no logran despertar la avidez lectora que consigue incitar el primero, que con cerca de 100 páginas casi podría justificar la adquisición del libro.

Tomemos por ejemplo ‘Kilifi Creek’, relato que nos sitúa en su comienzo en Kenia. La protagonista es la joven estadounidense Liana, de Wisconsin. Viaja de gorra tanto como puede, y se hospeda en la casa de amigos de unos amigos, una pareja de jubilados. Liana, haciéndose el sueco, se va a nadar al río cercano a la casa. De pronto la corriente la ha arrastrado. El pánico hace mella y a duras penas, y repleta de heridas, consigue volver, ensangrentada y humillada en su amor propio. En un salto brusco pero lleno de ironía, Shriver nos lleva al apartamento de Liana en Nueva York unos cuantos años más tarde. La trama pega un salto dramático, literalmente. Pero, a mi parecer, es un giro muy forzado, un salto al vacío. Y saltos como ese suelen hacer pupa.

El siguiente relato se titula ‘Domestic Terrorism’. Muy divertido en su planteamiento: Liam tiene 32 tacos, pero sigue viviendo en casa de sus padres, Harriet y Court. Harriet compara constantemente el imparable flujo de refugiados en el Mediterráneo con la negativa de Liam a hacerse un hueco en el mundo, encontrar un trabajo e independizarse. ¿El porqué de la comparación? Vete tú a saber. El caso es que todos los esfuerzos de los padres resultan ser vanos, y se inicia una pequeña guerra de guerrillas, y el campo de batalla termina siendo el jardín delantero de la casa. Es un relato en el que, es cierto, abundan el humor y el sarcasmo, pero la comparación que establece la protagonista (su punto de vista es el preponderante en la historia) con la desesperación de los que huyen de la miseria y de la guerra es cruel (además de estúpida, ¿me hacía falta señalarlo?) y cae en saco roto.

Un simpático mapache puede convertirse en una maldición para tu propiedad... Fotografía de Steve (Washington, DC) 
Otros relatos breves en este volumen resultan ser lecturas agradables: ‘Vermin’. Una pareja decide comprar la casa en la que vivían alquilados, pese a que todo indicaba que iba a ser una mala inversión. Con el paso del tiempo el pronóstico se convierte en realidad, y la presencia de mapaches causa tantos daños a la casa como a la relación entre la pareja. ‘Repossession’ es la historia de un gran fracaso personal revestida de cuento de fantasmas.

En “The Self-Seeding Sycamore”, la trama gira en torno a los vanos esfuerzos de una viuda por declararle la guerra al sicómoro de la casa de su vecino. Los conflictos vecinales en torno a los daños que algunos árboles pueden causar en la propiedad al otro de la cerca son frecuentes en esta parte del mundo, y yo mismo no he estado exento de ellos.

Otro divertido relato lleva por título un interesante juego de palabras: ‘The Royal Male’. Un repartidor de correo lleva tiempo robando cosas de paquetes y cartas que abre en su casa. Cuando intenta sacar tajada de una carta y se hace pasar por un antiguo admirador de una señora, el juego se vuelve en su contra. De cazador a cazado, nada nuevo bajo el sol. Hay en la mayoría de estos relatos abundante ironía, mas el tono predominante, quitando del primero, es una pizca cargante, además de los consabidos dardos tan poco políticamente correctos a los que acostumbra la autora. Un volumen pasable, con nota de sobresaliente para ‘The Standing Chandelier’.

Agregado el 6/12/2020: El libro se ha publicado en castellano, como Propiedad privada, en Anagrama. La traducción corre a cargo de Daniel Najmías.

21 sept 2013

Reseña: Big Brother, de Lionel Shriver

Lionel Shriver, Big Brother (Sydney: Fourth Estate, 2013). 373 páginas.

Durante las cinco semanas de un más o menos reciente viaje a Vietnam pude constatar que no hay apenas personas obesas entre la población vietnamita; en cambio, en países como Samoa el sobrepeso es un quebradero de cabeza para las autoridades sanitarias. La situación de Vietnam (donde McDonald’s no tiene permiso para operar sus restaurantes – solamente vi un KFC en Hanói y otro en Saigón) supone un patente contraste con la de muchos países del (así llamado) mundo desarrollado, en los que la obesidad se ha convertido en un gravísimo problema de salud pública.

Lionel Shriver nos presenta en Big Brother una interesante historia narrada en primera persona por una mujer de mediana edad, Pandora. Casada con un divorciado (Fletcher) que tiene la custodia de sus dos hijos (Tanner y Cody), en su casa de Iowa se presenta un tanto inesperadamente su hermano Edison, a quien no ha visto en años. Al ir a recogerlo al aeropuerto, Pandora no lo reconoce en un primer momento. Edison, pianista de jazz de mediano prestigio en Nueva York, ha casi triplicado su peso desde la última vez que Pandora lo vio.

La familia no sabe muy bien cómo reaccionar ante el cambio que ha experimentado Edison. Aparte del sonrojo que les produce, poco a poco la incomodidad que supone su presencia en la casa da lugar a situaciones no solamente de azoramiento sino también de enfrentamiento entre unos y otros. Lo que en un principio pensaban que iba a ser una breve estancia se convierte en un periodo de dos meses. Cuando finalmente llega el día de su partida, Pandora descubre que la gira musical que Edison decía tener programada por España y Portugal es mentira. Edison está en la bancarrota, no solo financiera y laboral sino también moral y física.

Ante esa situación, Pandora propone hacerse cargo de su hermano mayor (el título es un juego de palabras, puesto que hace referencia tanto a la edad como al tamaño de Edison) y ayudarle a perder peso hasta recuperar la figura que tenía cuatro años antes. Para lograr ese objetivo, los dos hermanos se mudan a un apartamento. No hace falta decir que a Fletcher la idea le parece descabellada, y el proyecto irrealizable.

La novela se divide en tres partes, tituladas ‘Up”, ‘Down’ y ‘Out’. La parte más larga es la segunda, y en ella Pandora narra el largo proceso de pérdida de peso del hermano obeso. Es también la historia del reencuentro con la persona que Edison era antes de su depresión. Los dos se embarcan en un régimen por el cual solamente consumen líquidos en los tres primeros meses. Shriver cuenta por boca de Pandora ese largo año, con sus altibajos: el aburrimiento de las largas horas sin comer, la frustración, los éxitos y los fracasos. El drama personal de Pandora también se refleja en la novela, pues su relación con Fletcher se resiente y está a punto de irse al garete.

Es casi normal esperar un final feliz en una novela dirigida al público mainstream, el más convencional de los EE.UU. Y de hecho, eso es lo que parece proponer Shriver cuando, tras haber logrado su objetivo, Edison y Pandora lo celebran con una gran fiesta en la que Edison piensa hacerle cumplir a Fletcher su promesa de comerse una tarta de chocolate si Edison pierde todo el peso al cabo de doce meses. Pero la autora se ha guardado un as en la manga, que se saca de repente y sin previo aviso en la última parte de la novela, cuando la verdad sale a la luz.

La impresión con la que uno se queda tras leer Big Brother es que Shriver parece decirnos que la obesidad es síntoma de algo más amplio, algo sumamente nocivo y lamentablemente muy extendido entre la ciudadanía no solo de los EE.UU. sino del mundo occidental en general. ¿Qué es verdaderamente el hambre? ¿Se trata de una insaciable ansiedad por llenar el buche con Big Macs y French fries? ¿Por qué hay padres que no asumen la responsabilidad de una nutrición racional y saludable para sus hijos?

Big Brother es una interesante propuesta narrativa de la que destaco sus excelentes diálogos, pulcramente trabajados. Shriver halla con soltura las voces de unos personajes a los que parece conocer íntimamente; con eso y algunos episodios no por verosímiles menos divertidos (el bloqueo del inodoro en la casa familiar de Solomon Drive destaca especialmente) la novela deja un buen sabor de boca sin llegar a deslumbrar.

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