The Hallmarks of Aging, © Rebelo-Marques, de Sousa Lages, Andrade, Ribeiro, Mota-Pinto, Carrilho and Espregueira-Mendes - edited by Palosirkka. |
Sesenta. Sis dècades! 60 n.o. Es un buen innings, sin duda, pero siempre cabe la
posibilidad de seguir acumulando puntos, o lo que es lo mismo, años.
De los 60 recién cumplidos, 32 los viví en
España, la mayoría en València. 28 los he vivido en Australia: primero, Sydney,
hasta finales del 2000. Luego, un año entero en una granja, en un remoto lugar escondido
en las back roads entre Yass y Gunning, en Nueva Gales del Sur. De allí
a Yass, una (relativamente) pequeña población de Nueva Gales del Sur a 45
minutos de Canberra. A finales de 2007 nos mudamos a Canberra, Ngunnawal
Country, donde seguimos hasta ahora. Por cuánto tiempo más… ¿quién lo sabe?
Los inviernos son un poquito duros en esta zona de Australia. Las casas no
están diseñadas para afrontar temperaturas bajas y el costo de calentar una
casa con cuatro dormitorios es cada vez mayor. Y se me hielan los pies,
hostias.
Aunque en València alcancé logros
profesionales importantes (colaborando en las traducciones del Instituto
Shakespeare y consiguiendo que mi nombre apareciera en el BOE tras aprobar el
examen de Traductor-Intérprete Jurado en 1992), en Australia hubo un cambio,
por supuesto. De haber sido profesor de inglés durante años, me reciclé (¿o me
reciclaron?) y pasé a ser profesor de castellano.
Profesionalmente, vivir en Australia hizo
posible algunos hitos que en España nunca hubiera alcanzado. Los JJ.OO. de
Sydney en 2000, para cuyo comité organizador trabajé como traductor durante
diez meses. Varios puestos en diversas instituciones universitarias en Sydney y
Canberra. Muchos años como tutor y examinador de lengua castellana para la
empresa que hasta hace poco más de un año proveía los servicios de enseñanza de
idiomas al Gobierno Federal. Mi desempeño como intérprete en dos de las rondas
de negociaciones de un tratado de libre comercio y una visita de alto rango
ministerial hace un par de años... Casi cuatro años en la Australian Academy
of the Humanities. Las múltiples colaboraciones con Hermano Cerdo. Y
el colofón: contrato de la FIFA en calidad de traductor durante el Mundial
femenino del año pasado en Nueva Zelanda y Australia. ¡¡¡Golazo!!!
En resumen: Una vida profesional muy
variada, relevante y dinámica; siempre colmada de quehacer. Y ahora… pues va
llegando la hora de aligerar la carga laboral, me digo y me repito casi todas los
viernes al terminar la semana. Y no termino de hacerlo del todo.
Muchos me aseveran que los 60 son los
nuevos 50. “Nah, that’s just moving the goalposts”, I usually reply.
Gracias a la natación, que practico religiosamente (siempre he querido poder
emplear ese adverbio con algo que no sea para nada espiritual) de lunes a
viernes a las 5:30 de la mañana, haga el tiempo que haga, he podido dominar una
enfermedad heredada. Went undetected for years. Huge accolades then to one
Dr Lad, who probably saved my life.
Si me preguntasen por los años venideros, respondería
que es cierto, que sin duda alguna se ve un horizonte. And I would add: Let’s
call it a sunset horizon. Això sembla una mica més poètic, no? Empiezan los cálculos financieros, que incluyen pensiones, ahorros, posibles
ingresos en los próximos años, posible mudanza a otro lugar con un mejor clima… Y
los planes: Viajes. Muchos viajes. Mentre el cos i la salut ho permetin… Y una certeza: Si uno se ha esforzado tantísimo para llegar a
este escenario, no cabe hablar de privilegios, sino de recompensa.
Quedan ahí detrás varios libros traducidos, algunos ensayos y artículos, una mezcla de cosas, entre ellas algunos cuentos… y errores, por
supuesto, como todos. Y por supuesto, un poemario de difícil lectura, con el que de algún modo conseguí no
volverme loco, conservar cierta cordura necesaria para sacar adelante a dos chicos
de cinco años..., and a few other poems: among them, some sonnets of
which I am particularly fond and proud of. Está todo por ahí.
No social media – no effin’ Facebook, Instagram, X/Twitter... no mobile phone (yet)… Pero sí un blog, una pequeña puerta abierta al mundo, este que lees, donde generalmente escribo sobre lo que leo. Y aquí seguiré, mientras me queden cosas que decir. Si dentro de 10 años puedo escribir una entrada titulada 70… pues muy bien. The rest shall be silence.
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