Christine Piper, After Darkness (Crows Nest: Allen & Unwin, 2014) 297 páginas.
Todos guardamos algún secreto que
ocultamos y defendemos contra viento y marea, ¿o acaso no es así? El narrador
de esta novela de Christine Piper, el doctor Ibaraki, conservará ese secreto
hasta su vejez, cuando el hallazgo insospechado de unos restos humanos en los
terrenos de un antiguo hospital le llevará a tomar una decisión que debió haber
tomado muchas décadas antes.
La novela, que constituye el debut de su autora en el género novelístico (tuve el enorme gusto de poder traducir un tremendamente impactante ensayo suyo, titulado ‘Unearthing the past’ para la revista Hermano Cerdo, que ganó el Premio Calibre de Ensayo en 2014 y que puedes leer aquí) comprende la década anterior a la II Guerra Mundial en Japón, los años anteriores al inicio de la contienda en Broome, en la costa norteña de Australia Occidental, y unos cuantos meses del año 1942 en uno de los campamentos para extranjeros “enemigos” internados por las autoridades australianas tras el bombardeo de Pearl Harbour. Australia no fue el único país en encerrar a residentes japoneses (y a ciudadanos australianos de ascendencia japonesa): recomiendo el librito de Julie Otsuka The Buddha in the Attic para una muy original narrativa centrada especialmente en las mujeres que arribaron a los EE.UU. antes de la II Guerra Mundial.
Tras completar sus estudios de medicina, Ibaraki, hijo de un reputado cirujano, solicita un puesto en un centro de investigación biológica y epidemiológica del ejército japonés. Poco después se casa con una joven hermosa e inteligente, Kayoko. Las exigencias del trabajo le alejan del hogar, y cuando Kayoko pierde al bebé que esperaban, el joven matrimonio se rompe. Poco después, Ibaraki se desprestigia en público y es cesado. ¿Dónde puede ir a vivir y trabajar? “Australia beckons”, como dicen en inglés.
Ibaraki llega a Broome para hacerse cargo del hospital japonés de la ciudad, donde prestará atención médica especialmente a los buzos dedicados a la recolección de perlas. En Broome lleva una vida retraída y tranquila: solamente su ayudante, una monja australiana llamada Bernice, parece querer saber algo más que la imperturbable fachada que el doctor ofrece a quien con él conversa. Pero el doctor Ibaraki reacciona de manera agresiva cuando Bernice trata de cultivar su amistad.
Pero tras Pearl Harbour, el hospital cierra e Ibaraki es arrestado y trasladado a Australia Meridional, al campo de prisioneros de Barmera, en el que también están alojados – en secciones separadas – alemanes e italianos.
Piper escribe con un aplomo admirable
para alguien que no había publicado una novela anteriormente. Los capítulos
alternan las diferentes épocas y escenarios siguiendo un ritmo narrativo muy
apropiado al carácter del narrador protagonista, el doctor Ibaraki, un hombre
que es reservado incluso en la retórica y el estilo en el que narra su vida. Como
buen médico, examina sus propias emociones, pero no las demuestra. Lejos de ser
un síntoma, su circunspección es más bien la raíz del problema. El tema central
de la novela giraría en torno al conflicto interno que aflora con la
confrontación entre el valor de lo humano y la adhesión a ideologías intransigentes
y tradiciones mal entendidas, que agresores belicistas convierten en un horrendo
sistema binario, pintado en blanco y negro: si no estás con ellos, estás contra
ellos.
La autora, de padre australiano y madre japonesa, llevó a cabo una investigación exhaustiva de las condiciones en que vivieron los internados en los campos. En la novela se refleja la muy diferente experiencia que tuvieron los japoneses procedentes de las antiguas colonias holandesas (en lo que hoy es Indonesia) o Singapur frente a los hijos de japoneses nacidos en Australia, algunos de los cuales prácticamente no sabían hablar japonés. Se sentían (y se sabían) completamente australianos, pero la justicia nunca es algo que se prodigue durante una guerra.
After Darkness fue galardonada con el Premio The Australian/Vogel en 2014, que está dedicado a manuscritos de autores jóvenes sin publicar. Es un debut brillante, que sin duda animará al lector a esperar una próxima segunda entrega por parte de una escritora con mucho futuro por delante.
La novela, que constituye el debut de su autora en el género novelístico (tuve el enorme gusto de poder traducir un tremendamente impactante ensayo suyo, titulado ‘Unearthing the past’ para la revista Hermano Cerdo, que ganó el Premio Calibre de Ensayo en 2014 y que puedes leer aquí) comprende la década anterior a la II Guerra Mundial en Japón, los años anteriores al inicio de la contienda en Broome, en la costa norteña de Australia Occidental, y unos cuantos meses del año 1942 en uno de los campamentos para extranjeros “enemigos” internados por las autoridades australianas tras el bombardeo de Pearl Harbour. Australia no fue el único país en encerrar a residentes japoneses (y a ciudadanos australianos de ascendencia japonesa): recomiendo el librito de Julie Otsuka The Buddha in the Attic para una muy original narrativa centrada especialmente en las mujeres que arribaron a los EE.UU. antes de la II Guerra Mundial.
Tras completar sus estudios de medicina, Ibaraki, hijo de un reputado cirujano, solicita un puesto en un centro de investigación biológica y epidemiológica del ejército japonés. Poco después se casa con una joven hermosa e inteligente, Kayoko. Las exigencias del trabajo le alejan del hogar, y cuando Kayoko pierde al bebé que esperaban, el joven matrimonio se rompe. Poco después, Ibaraki se desprestigia en público y es cesado. ¿Dónde puede ir a vivir y trabajar? “Australia beckons”, como dicen en inglés.
Ibaraki llega a Broome para hacerse cargo del hospital japonés de la ciudad, donde prestará atención médica especialmente a los buzos dedicados a la recolección de perlas. En Broome lleva una vida retraída y tranquila: solamente su ayudante, una monja australiana llamada Bernice, parece querer saber algo más que la imperturbable fachada que el doctor ofrece a quien con él conversa. Pero el doctor Ibaraki reacciona de manera agresiva cuando Bernice trata de cultivar su amistad.
Pero tras Pearl Harbour, el hospital cierra e Ibaraki es arrestado y trasladado a Australia Meridional, al campo de prisioneros de Barmera, en el que también están alojados – en secciones separadas – alemanes e italianos.
La entrrada al Campamento 14 de Barmera. Fotografía: Australian War Memorial. |
La autora, de padre australiano y madre japonesa, llevó a cabo una investigación exhaustiva de las condiciones en que vivieron los internados en los campos. En la novela se refleja la muy diferente experiencia que tuvieron los japoneses procedentes de las antiguas colonias holandesas (en lo que hoy es Indonesia) o Singapur frente a los hijos de japoneses nacidos en Australia, algunos de los cuales prácticamente no sabían hablar japonés. Se sentían (y se sabían) completamente australianos, pero la justicia nunca es algo que se prodigue durante una guerra.
After Darkness fue galardonada con el Premio The Australian/Vogel en 2014, que está dedicado a manuscritos de autores jóvenes sin publicar. Es un debut brillante, que sin duda animará al lector a esperar una próxima segunda entrega por parte de una escritora con mucho futuro por delante.