10 oct 2013

Reseña: A Naked Singularity, de Sergio de la Pava


Sergio de la Pava, A Naked Singularity (Chicago: University of Chicago Press, 2008). 678 páginas.

Uno no puede dejar de asombrarse del hecho de que esta novela de Sergio de la Pava fuese rechazada por numerosísimos editores durante varios años, hasta el punto de que el autor se decidiera a publicarla por su cuenta y riesgo en el formato de libro electrónico en 2008. La posibilidad de democratización (léase el boca a boca tradicional, pero con los avances tecnológicos pertinentes) de la literatura que internet ha traído hizo el resto, y finalmente alguien en la University de Chicago Press se dio cuenta de que A Naked Singularity era una novela que valía la pena publicar en papel, y el libro apareció en 2012. Para muchos sigue siendo un autor desconocido, quizás no tanto después de que A Naked Singularity haya recibido el Premio PEN de ficción para nuevos autores. Más vale tarde que nunca, ya se sabe.

A Naked Singularity te atrapa desde la primera página, y a pesar de su longitud y lo variopinto de sus temas y obsesiones, o quizás debido a los meandros y recovecos narrativos por los que discurre (y atención, no digo “se pierde”), el interés prácticamente no decae en momento alguno.

Se inicia con una acotación escénica teatral (‘ruido de fondo’) y una voz que grita de pronto: ‘¿voya [sic, mi traducción] salir o qué?’. La escena la describe el narrador como una ‘particular batalla entre el Bien y el Mal’, y el lugar es los juzgados de guardia de la ciudad de Nueva York. Casi (así se llama el abogado de oficio protagonista y narrador – no quiero desvelar aquí el porqué de su nombre, es mejor que lo descubras en el libro) nos cuenta que lleva más de siete horas tratando de defender a individuos que han sido arrestados/entrampados por la policía neoyorquina. Es una escena prácticamente surrealista en su construcción, pero dramáticamente realista por el afilado detallismo con el que de la Pava va desvelando la trama, lo que logra en parte gracias a unos diálogos perfectos. El mundo de los juzgados de guardia, que durante unos años llegué a conocer en su versión valenciana desde la perspectiva del intérprete, queda fiel y acerbamente retratado en A Naked Singularity.

He hecho mención de la multiplicidad de temas presentes en la novela, de modo que mencionaré algunos, los que me vienen a la cabeza: la obsesión por las series de televisión, la mejor generación de boxeadores de la historia y las muchas peleas que se dieron entre ellos, el cáncer de pelo, la física cuántica, la vida de los inmigrantes colombianos en Nueva York, el rapto y posterior asesinato de un bebé a manos de dos niños, y las apuestas que se dan en la oficina de Casi en torno a lo que le ha sucedido al bebé mientras no se descubre el crimen, la manipulación genética y el concepto de progreso, la lucha legal contra las ejecuciones de discapacitados intelectuales en muchos de los estados de los EE.UU., y muchos otros asuntos que me dejo en el tintero. Y en medio de todo esto, una espeluznante ola de frío glacial y un tétrico apagón que deja la ciudad totalmente a oscuras.

A naked singularity
A Naked Singularity es ciertamente un texto abigarrado, y es precisamente el hecho de que fuera el autor el que lo publicara lo que otorga un cierto carácter asilvestrado, como un resabio a literatura montaraz e indisciplinada. Lo que en un principio semeja ser una estructura argumental errática deviene en una construcción sutil que prepara al lector para lo que es sin duda el plato fuerte del libro: la realización del atraco perfecto con un botín de muchos millones de dólares. Hacia el final de la novela, Casi parece prever el colapso al que se aboca su vida tal como la ha vivido hasta ese momento, en una evocación intertextual que refiere al título. Hay además un delicioso guiño al Moby Dick de Melville, pero de la Pava crea un desenlace más o menos abierto.

A Naked Singularity constituye una demostración de ambición rara vez vista en la literatura contemporánea. Una plétora de episodios humorísticos (la confesión que hace Casi ante un cura católico es una auténtica gema), acompañada de desternillantes disquisiciones filosóficas y ácido comentario social: todo empacado en diálogos que a veces recuerdan a los mejores momentos de Seinfeld. Un caos retratando otro caos (la ciudad de Nueva York), esta es una novela de ritmo endiablado que apenas se rompe, excepto en el cuento en verso que le lee Casi a su sobrina, que habría sido mejor eliminar, sin duda.

Sergio de la Pava es abogado, pero tiene un excelente sentido del humor. Recomiendo la entrevista que le hizo Hermano Cerdo en julio de 2011, y que lleva por título ¿Dónde está el árbitro?

A Naked Singularity la publicará en castellano próximamente la editorial Pálido Fuego. Y ciertamente, no siento envidia alguna por el traductor que se haya estado peleando con un texto que, como mínimo, es de peso superwelter.

7 oct 2013

Reseña: A Man Melting, de Craig Cliff


Craig Cliff, A Man Melting (Auckland: Vintage Books, 2010). 315 páginas.

Hace poco más de un año traduje un cuento del neozelandés Craig Cliff, titulado ‘Offshore service’ (Servicio de alta mar), y que apareció en la revista Hermano Cerdo. No había leído nada más de Cliff hasta ahora, y antes de emprender la lectura de su primera novela, The Mannequin Makers, de reciente aparición, he querido acercarme un poco más a su obra leyendo A Man Melting, su primer volumen de narraciones breves, publicado en 2010.

Un tema común une la mayoría de los cuentos de A Man Melting: el cambio personal, la evolución de los personajes, cambios que muchas veces son detonados por eventos inusuales o inexplicables. Algunos de los cuentos rozan el género del llamado ‘realismo mágico’, como ‘The Sceptic’s Kid’, o la ciencia ficción, como es el caso del cuento que da título a la colección.

Cliff escribe con brío y pulcritud, y el lector lo agradece tanto en los cuentos más breves como en las narraciones más extensas, desarrolladas a lo largo de hasta treinta páginas. Uno de los más llamativos es ‘Copies’, en el que Cliff trata el tema del carácter fragmentario de la memoria. “La vida es una serie de repeticiones imperfectas. Eso es lo que me dijo el psicoterapeuta de mi madre – y ahora lo repito aquí, de forma imperfecta – la única vez que hablamos”, empieza el cuento. El narrador nos describe cómo en su edad adulta le influye la figura de su difunto padre, un artista solitario, obsesionado con las fotocopias de una misma obra de arte, fotocopias que repetía ad nauseam hasta que la imagen original quedaba totalmente distorsionada.

Uno de los relatos que resultaron más extraños (por su temática) es ‘Give Me Bread and Call Me Stupid’, cuyo protagonista es Bembe Hernández, un español que se ha ido a Edimburgo con su novia Rosa para aprender bien el inglés. Al cabo de un tiempo, Bembe se da cuenta de que la chica de la agencia de empleos parece querer algo con él. Tras muchas evasivas y negativas, accede a almorzar una tarde con ella. La chica, Lindsey, le confiesa que conoció a alguien en España, pero ese alguien le rompió el corazón, y le pide a Bembe que le hable en español. Para complacerla, a Bembe solamente se le ocurren refranes.

En ‘Facing Galapagos’ un oficinista entabla una extraña correspondencia con alguien que dice ser Charles Darwin, y tras sospechar de todos los que le rodean, incluso de su mujer, sucumbe a la tentación de acudir a las islas Galápagos. Pero tras llegar a Guayaquil descubre que ha caído en una trampa inexplicable y absurda, y que no está solo.

Para la composición de los cuentos de A Man Melting Cliff ha empleado diferentes técnicas: algunos están escritos en primera persona, mientras que otros hay un narrador omnisciente. Ello contribuye a hacer que su lectura sea amena. Es una colección muy heterodoxa y entretenida: Cliff escoge diferentes escenarios (Nueva Zelanda, Escocia, Ecuador, Londres) y se aplica con concisión a desarrollar cada una de las diferentes tramas de manera realmente impredecible.

Craig Cliff recibió por A Man Melting el Commonwealth Book Award en 2010. Es sin duda un autor a tener en cuenta en el futuro.

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