Mark Henshaw, The Snow Kimono (Melbourne: Text, 2014). 396 páginas.
El inspector
Auguste Jovert, comisario ya jubilado de la policía parisina, recibe unos 40
años después de su estancia en Argelia (donde dirigió la Unidad de Operaciones
Especiales – operaciones tan especiales que incluían la tortura) una carta que
contiene la fotografía de una joven. La remitente dice ser su hija.
La noticia,
lógicamente, le produce una cierta conmoción. ¿Quién iba a pensar que su vejez
iba a depararle tamaña sorpresa? Además, y para más inri, Jovert sufre un
accidente que le obliga a usar muletas primero, y posteriormente un bastón. En
esa tesitura se encuentra cuando conoce a un vecino. Se trata del profesor de
derecho (también jubilado) Tadashi Omura, prestigioso abogado y docente de la
Universidad Imperial de Tokio. Para su solaz, Jovert podrá ahora departir con
el ilustre letrado nipón. Las suyas son interesantes conversaciones: ambos
tienen mucho que confesar, mucho de lo que sentirse apesadumbrados, si no
arrepentidos.
The Snow Kimono se compone de 9 partes. Unas se centran en el
pasado de Jovert, quien debido a su trabajo conoce al dedillo los escenarios
más habituales del crimen y la desgracia. No es de extrañar que Omura le cautive con sus relatos. En especial, cuando el viejo profesor empieza a hablarle
de un enigmático amigo suyo, Katsuo Ikeda, un escritor famoso en Japón, un hombre
disoluto que carece de pauta moral alguna. Para llevar a cabo sus conquistas amorosas, Katsuo no duda en usar el nombre de su amigo Omura. En la universidad, urde una trampa para ridiculizar y
humillar a su mentor, el Profesor Todo; este episodio recuerda en gran medida al gran engaño
de las letras australianas de finales de la década de los 40, Ern Malley.
En The Snow Kimono, Henshaw efectúa un
experto estudio sobre la naturaleza engañosa de cualquier documento: lo real
ataviado de los ropajes de la ficción, o la ficción disfrazada de autenticidad.
Hay numerosas referencias intertextuales que no parecen ser gratuitas. Hay también un erotismo muy estilizado, dentro de lo que parece
ser una típica trama de novela de misterio. Pero es mucho más que eso. El
misterio es y será por qué hasta 32 editoriales norteamericanas (sí, has leído
bien: 32) rechazaron esta obra de Henshaw, que finalmente, tras su publicación,
fue premiada con el NSW Premier’s Literary Award, que lleva el nombre de
Christina Stead en su vertiente de ficción.
La narración es
una seducción constante, tanto por los elementos de la trama como por el
lenguaje, detallado y gentil: un entramado literario magistralmente diseñado
para cautivar al lector, atrapar su deseo y curiosidad y llevarlo absorto hacia
adelante, capítulo tras capítulo, de París a Japón, de Japón a Argelia y de
vuelta a París, por un sutil laberinto literario deliberadamente engañoso, hasta
la conclusión, con un desenlace tan inesperado y sorprendente que es difícil no
rendirse con admiración hacia el autor.
Los temas de la
amistad, la traición, la pérdida de seres amados, la melancolía y la depresión,
la separación, la crueldad… todos temas inherentes a la condición humana, a lo
que nos hace vulnerables al tiempo que nos empuja a realizar actos de puro arrojo
cotidiano. Rara vez se encuentra uno con un libro de la calidad de The Snow Kimono. Esperemos que encuentre
un hueco en las editoriales que publican en castellano o en catalán. Lo merece,
sin duda.
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