¿Quién no recuerda la fantástica escena de Las
mil y una noches en la que, por casualidad, Aladino libera al genio de la lámpara?
El mero hecho de que un ser tan poderoso estuviese atrapado en una botella ya colmaba
tus ansias como lector infantil de que volase tu imaginación hasta tierras exóticas,
pero también la idea de disponer de cualquier deseo, que se haría realidad en
el momento en que lo pronunciases, era todavía si cabe más tentadora.
En realidad, el tema central de Your Wish is my Command apunta hacia la flaqueza inherente al ser humano: la aspiración de conseguir lo que deseamos (sean riquezas, salud o amor – las tres cosas necesarias en la vida según la canción) nos puede conducir al límite. Mohamed comienza el libro plasmando un anuncio informativo del gobierno egipcio en el que se combaten los deseos de baja categoría embotellados (los de tercera clase los venden enlatados). Una mujer compra uno de ellos en una tienda y al llegar a case lo abre y pide al genio que le haga perder ocho kilos. El genio le corta un brazo y una pierna.
Página 90: Aziza ante la Autoridad. Los pobres no tienen derecho a soñar... |
El libro está dividido en tres partes. En la
primera, Aziza es una viuda pobre que arrastra la deuda contraída por Abdo, su
marido, que murió tras desear repetidamente un Mercedes con deseos de tercera
clase. Tras varios fracasos entre los que destaca cuando consigue un Mercedes
de miniatura, a Abdo lo atropella un Mercedes que circulaba
a toda velocidad. Aziza quiere superar el dolor de su pérdida con un deseo de primera clase. Reúne el dinero y lo compra en el
quiosco de Shokry, que tiene tres a la venta.
Sin embargo, Aziza choca con la burocracia
estatal. Para poder utilizarlo, primero ha de registrarlo en el Ministerio de
Deseos. Los funcionarios asumen que una mujer pobre como ella ha debido de
robarlo, lo confiscan y la encarcelan. ¿Quién se cree ella que es? Una mujer desdichada
nunca podría alcanzar el nivel de las clases pudientes, y de ello se encargan
los funcionarios que hacen cumplir la ley a rajatabla. ¿Hay un subtexto
subversivo? Naturalmente.
Nour. Una versión contemporánea del viejo dilema: ¿Ser o no ser? |
Shokry y Hagga. Aquí el burro está enojado, pero al final de la novela es el protagonista inesperado. |
El mundo que traza la autora de Your Wish is my Command contiene magia y fantasía,
pero una lectura cuidadosa te hace ver la dura crítica al sistema económico capitalista
y a las consecuencias que todavía se viven y se sufren por causa del
colonialismo de los siglos XIX y XX. La industria de los deseos, cuenta
Mohamed, la iniciaron las potencias europeas, que en lugares como Egipto descubrieron
cómo extraer y embotellar los deseos para venderlos. Del mismo modo que hay
deseos de primera categoría (que solo los ricos pueden en teoría permitirse), surge
toda una industria dedicada a la venta de deseos de segunda y tercera categoría,
los cuales causan más perjuicios que otra cosa.
Mohamed dota a sus personajes de características esencialmente humanas: la vacilación y la noción del peligro que supone el poder que conlleva concretar tus deseos están presentes en todos ellos (excepto en la vieja Hagga, que sabe que sufre un cáncer terminal). Your Wish is my Command (Shubeik Lubeik en el original árabe) es una representación gráfica llena de matices y ecos de lo que nos hace tan frágiles: la condición humana. ¿Es acaso lo que queremos lo que realmente necesitamos?
Guía informativa sobre la nueva legislación relativa a los deseos. |
Pese a su aparente simplicidad, los dibujos son exquisitos. Tus deseos son mis órdenes.
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