Varios autores. 10 Short Stories You Must Read in 2011 (Sydney: Australia Council for the Arts, 2011). 280 páginas.
La producción de antologías
de cuentos o relatos breves suele cumplir varias funciones, entre ellas las de
dar a conocer la obra de autores noveles o menos conocidos. En el caso de 10 Short Stories You Must Read in 2011,
el encomiable propósito era ante todo el fomento de la lectura, pues el libro
se concibió como regalo para todo aquel que adquiriese uno de los 50 libros que
formaron parte de la campaña Get Reading! 2011, auspiciada por el gobierno
federal australiano.
Los autores cuyos
relatos entraron en este volumen son en su mayoría autores ya consagrados en
uno u otro género, y cuentan con varios títulos en su haber. Como suele ser
habitual en las antologías, los resultados son un poco desiguales: junto a
relatos realmente cautivadores por su sencillez o por su calidez humana, como
el que abre el volumen de Cate Kennedy, se incluyen otros cuya presencia es difícilmente
justificable, y que personalmente no me aportaron nada como lector. También hay
narraciones que con una trama bien desarrollada y unas buenas dosis de suspense
atrapan al lector, mientras que de otros es bastante fácil predecir el final.
Laminex and Mirrors, de Cate Kennedy, cuenta la amistad que surge
entre una joven que trabaja como limpiadora en un hospital y un viejo solitario
y enfermo. Narrada en primera persona desde el punto de vista de la chica, es
una historia que rebosa humanidad e ironía. Es en definitiva un cuento que roza
la perfección, en tanto que en pocas páginas relata una historia que satisface
al lector, con un final abierto a la imaginación del lector.
Big Knobs, de Bill Condon, cuenta el primer día de trabajo
de dos amigos adolescentes en una fábrica de puertas, y de cómo sus principios
éticos les encaminan a tomar partido por el más débil, y perder su primer
trabajo.
Larissa Behrendt
explora el vacío que la ausencia de una hija va creando paulatinamente entre la
esposa y el marido, cuyas respuestas son diametralmente opuestas. The Space Between Us indaga en las reacciones
anímicas y en los sentimientos contradictorios del duelo de una madre, cuya
hija adolescente es asesinada por dos jóvenes de su misma edad.
En Piñata, Jessica Rudd cuenta el
encuentro de dos personas a quienes la vida ha herido. Jude Fox es una artista
que se dedica a crear piñatas personalizadas para fiestas, y que perdió a su
mujer al cáncer. Cuando Lucy le llama con un inusual encargo, una piñata para
celebrar su ruptura matrimonial, Jude crea una obra de arte. Pero al llegar a
casa de Lucy para entregársela, Jude tiene un terrible (y torpe) accidente. Por
fortuna para él, Lucy es cirujana quirúrgica y tras administrarle los primeros
auxilios, lo lleva al hospital. Piñata es una buena historia, pero a mi parecer
tiene algunos altibajos en el ritmo narrativo, digresiones posiblemente
innecesarias (la escena que describe cómo Jude espía la fiesta de cumpleaños
del niño para el que ha creado una Catwoman desorienta al lector respecto a sus
motivaciones).
Mientras espera
su turno en una oficina de atención al público, Lisa, enfermera, ve la
fotografía de una antigua amiga, ahora famosa, en el periódico. Lisa rememora
las circunstancias que terminaron por separarlas. Nanoparticles, que firma Charlotte Wood, cuenta dos historias: la
de Lisa y su amiga Olivia, y la de una mujer desesperada y amargada que está
también esperando su turno en la oficina, y en la que Lisa descubre las señales
y síntomas de un tratamiento contra el cáncer.
James Bradley
cuenta en The Flats una durísima historia
que de forma retrospectiva plantea el conflicto que se produce entre el sentido
de la lealtad que exige una amistad verdadera y el sentido de la moral que
reclama que denunciemos los actos criminales cuando somos testigos de ellos.
Con un final sorprendente (en un excelente giro narrativo que, pese a ser
abrupto no incomoda al lector), este relato de James Bradley me sorprendió muy
gratamente. Tanto, que ya le he pedido permiso al autor para traducirlo, y en
un par de semanas aparecerá en la revista de los campeones, Hermano Cerdo.
John Birmingham,
más conocido por He Died with a Felafel
in his Hand, propone al lector un cuento de terror y misterio en The Demons of Buttecrack County. Aparte de
las dosis de humor con el que trata el tema, la narración de Birmingham no
despertará mucho interés en el lector al que la fantasía y el gore no le
resulten atractivos. Una pareja gay de neoyorquinos paran a cenar en un
recóndito paraje, y entablan conversación con la sheriff del lugar; para llegar
a la siguiente ciudad grande tienen que cruzar una marisma, pero el
ayuntamiento ha descuidado mucho el mantenimiento de la carretera, les informa
la sheriff Robertson.
Passage, de Caroline Overington, adopta, sin resultar demasiado convincente, el
formato de una declaración pública ante los medios de comunicación de un
parlamentario que decide relatar sus experiencias como joven bisoño arrastrado
a un culto fundamentalista cristiano. Tras conocer en Melbourne a un extraño
tipo que rebusca entre las sobras de comida arrojadas a la basura, el Hermano
Ruhamah, Paul terminó pasando siete años de su vida en una granja donde se
alojaba la secta liderada por Ruhamah. A mi parecer, es un cuento sin fuerza
narrativa: no engancha al lector porque la narración de los años en la comuna de
los “Jesus People” no contribuye a crear un personaje definido. El Paul de la
juventud es el mismo Paul electo; la ironía que podría haberse explorado y
explotado más en torno al personaje del Hermano Ruhamah (se nos revela que se
pasa la mayor parte del tiempo en un ático de lujo en Gold Coast) queda un poco
desperdiciada en vista del final que Overington decide darle al relato.
James Phelan
contribuye un relato titulado Trust,
en el que personajes acartonados, sin dimensión alguna, toman parte en una
trama de mucha acción y palabrotas, agentes de la CIA, contactos de Wikileaks y
delincuentes de la Costa Azul. Por cierto, sin que se le nombre explícitamente,
hace su aparición Julian Assange. A modo de observación personal, debo confesar
que no logró en ningún momento despertar mi interés.
El relato que
cierra este volumen gratuito, The Existence
of Women, de Miranda Darling, lleva a una joven agente de seguridad de una
empresa privada a Rio de Janeiro, donde le han asignado la protección de
Tatiana, una belleza que aspira a convertirse en Miss Universo. En Rio conoce
al padrone de las chicas, Lazlo, quien
comparte un pasado oscuro con la madre de Tatiana. Una de las chicas del grupo
de Lazlo, Carmen, ha desaparecido. Stevie, la agente llegada desde Londres, tendrá
que descubrir qué ha ocurrido y demostrarle a la madre de Tatiana que puede realizar
su trabajo de manera competente.
Como se han
encargado de repetirme mis hijos en numerosas ocasiones, he leído 10 Short Stories You Must Read in 2011 en
2012. Yo siempre les he contestado que las fechas no importan: lo importante es
leer, y disfrutar de la lectura.