Anyone who knows me well enough should know by now that I
don’t worry too much about my own future. Having (not literally) died once, what
lies ahead for me has lost a great deal of its importance.
But I do worry about the two children I have left. I worry
about the place where they are growing. I worry about the society they will be
part of.
Today the
ugliest side of Australian bigotry and intolerance showed its repugnant face.
They bared their teeth and stretched their claws. They abused
an Australian MP, a Minister of the Government, and displayed their hatred,
their bile, their repulsiveness. What an utterly disgusting example they
have set for the rest of the world.
I worry because I am well aware that these xenophobes vote;
and it is just so easy for them to elect someone who may be prepared to give in
to their vile demands, to their disgusting views in exchange for their votes. I
am worried, but I am not worried for myself. I am worried because I would rather
see my children grow up in a society where the hideous behaviour some moronic
bigots have displayed today is not possible.
Cualquiera que me
conozca lo suficientemente bien ya sabrá a estas alturas que no me preocupa
demasiado mi propio futuro. Al haber muerto (no literalmente) una vez, lo que
me depare la fortuna ha perdido buena parte de su importancia.
Pero sí me
preocupo por los dos hijos que me quedan. Me preocupa el lugar donde están
creciendo. Me preocupa la sociedad de la que serán parte.
Hoy la parte más
fea de la intransigencia y la intolerancia en Australia ha mostrado su faz repugnante.
Han mostrado los dientes y han sacado las garras. Han insultado a un miembro
del Parlamento, a un Ministro del Gobierno, han exhibido su odio, su hiel, lo repulsivos
que son. Vaya un ejemplo tan asqueroso que han dado al resto del mundo.
Me preocupa porque
soy bien consciente de que estos xenófobos votan; y es tan fácil que elijan a
alguien que esté dispuesto a ceder a sus despreciables exigencias, a sus
asquerosas opiniones a cambio de sus votos. Me preocupa, pero no por mí mismo. Me
preocupa, porque preferiría ver a mis hijos crecer en una sociedad en la que no
sea posible la siniestra conducta de la que han hecho gala hoy unos imbéciles intolerantes.