Amit Chaudhuri, Odysseus Abroad (Londres: Oneworld, 2015). 243 páginas.
Londres,
julio de 1985. Un día como hoy hace treinta años. Cálido sin duda, aunque no se
tratara del calor casi asfixiante que están sufriendo estos días los
londinenses. Las olas de calor enmarcadas dentro del cambio climático
resultante del calentamiento del planeta todavía no eran ostensibles, como lo son
en 2015. Un joven estudiante de origen indio, Ananda, despierta en su cama en
el pequeño piso en Warren Street, alquilado a precio exorbitante ya por aquella
época. Tiene por delante otro día más en su rutina habitual: primero lee el soneto
posiblemente más conocido de Shakespeare, y luego acude a pagar el alquiler al restaurante
del casero; más tarde acude a la reunión periódica que tiene con su tutor en la
universidad, a quien le ha entregado algunos de sus poemas para que le dé una
opinión. Después toma el metro para reunirse con su tío materno, Radhesh (o
Rangamama, como se dirige a él de manera más familiar), en cuya compañía
realizará una larga travesía a pie por las calles londinenses.
Warren Street Station |
¿Cuál
es la trama de Odysseus Abroad? Pues
la verdad es que, una vez leída, resulta ser poca cosa. No hay trama en el
sentido más convencional del término. Lo que Chaudhuri hace es navegar en la
nave de Ananda por las aguas de un mar extranjero (Londres) en pos de la
observación y la reflexión. Alguien podrá decir que lo anterior suena a
aburrimiento total, pero me apresuro a asegurarle que no lo es. El retrato de
Ananda tiene sobradas dosis de ironía: es un joven que se debate entre la entrega
a un ideal presumiblemente inalcanzable (la poesía) y la masturbación compulsiva
como sublimación del sexo.
Ah, esos
goces de la juventud, quién los tuviera ahora… al alcance de la mano.
No, no
era fácil la vida para un joven indio en la Inglaterra de la Dama de Hierro, la
Thatcher. Matriculado en una universidad londinense para estudiar literatura
inglesa, Ananda descubre que hay muchas cosas de esa literatura que ni le
interesan ni le resultan atractivas. Esto es algo con lo que, como antiguo estudiante
de Filología Inglesa, me identifico plenamente. Nunca han conseguido atraer mi
atención como lector las hermanas Brontë, por ejemplo. Con Chaucer me entretuve
un par de semanas, tres a lo sumo, pero mi copia del Piers Plowman de Langland pasó a engrosar las huestes de objetos
inmóviles colocados en estanterías y predispuestos a la acumulación de partículas
de polvo milenario.
Estación de Belsize Park. Fotografía de Oxyman. |
Odysseus Abroad es un libro muy literario (en el sentido
positivo del término, tan raro hoy en día), tanto por las conversaciones en
torno a literatura que Ananda entabla con su tutor y con su tío como por el
nada disimulado homenaje que rinde Chaudhuri a Homero y Joyce. Como muestra, un
botón. Hete aquí el listado de los capítulos: 1) Bloody Suitors!; 2) Telemachus
and Nestor (and Manny-loss); 3) Eumaeus; 4) Uncle and Nephew; 5) Heading for
Town; y 6) Ithaca.
Chaudhuri
maneja los hilos de la narración con soltura: hay un triángulo persistente de
personajes en torno a Ananda: el tío Rangamama, su hermana Khuku (la madre de Ananda),
y su cuñado, el padre del joven Ananda Sen. Hay referencias constantes a una época
anterior, en la que los padres de Ananda vivieron en Londres. Estos atisbos del
pasado son un juego constante de reflejos esbozos humorísticos. Chaudhuri construye
sus tres retratos con trazos casi aleatorios, pero la composición de fondo es
rica, compleja y divertida.
Pero es
sin duda Rangamama el personaje central de esta deriva por las aguas jónicas de
la diáspora india en Londres. Admirador de Tagore, es un moderno Odiseo indio,
posiblemente virgen (en un principio porque temía el contagio de la sífilis,
pero para 1985 el sida ya acechaba); hombre soltero que vive solo y de manera
espartana, acaudalado pero generoso en sus propinas (también envía remesas de dinero
a familiares y allegados en India). Su principal pasatiempo lo constituyen los
paseos con Ananda (a pesar de la continua querella que parece darse entre ellos),
las novelistas de ciencia ficción y terror, y ver documentales de la naturaleza
en el televisor de su vecino.
Odysseus Abroad se inscribe en una sugestiva modalidad de
narrativa reciente que invita al lector a seguir a un personaje en sus paseos y
merodeos por la ciudad. En ese sentido, me ha recordado algo a Open
City, de Teju Cole, cuyo personaje
central es también producto de otra diáspora, la nigeriana, pero en la ciudad
de Nueva York del siglo XXI. Son por supuesto dos libros muy diferentes, pero
curiosamente los dos satisfacen.
No
tienen desperdicio las observaciones que Ananda hace de la sociedad británica, en
un tiempo en que Londres todavía conservaba algo de identidad inglesa. El joven
estudiante de literatura detesta saberse fuera de lugar, pero al mismo tiempo ello
le proporciona placer: algo de lo que poder escribir, sin duda. En una librería
de Belsize Park: "Un cliente pasó cerca de él. «Disculpe»,
dijo Ananda, moviéndose
hacia su derecha. En este país, a menudo uno se encontraba bloqueándole el paso
a la gente. Estaba destinado a ello. Si uno no se había interpuesto al menos
una vez al día entre alguien y su destinación, tenía que encontrar el modo de
hacerlo. Frenar a los demás – como a un automóvil, detenido ante un paso de
cebra – afirmaba la sociabilidad." (p. 193, mi traducción)
La
propuesta de Chaudhuri está escrita con elegancia y sin estridencias. Pienso
que es un autor a tener en cuenta en los próximos años.