Akhil Sharma, Family Life (Nueva York, Faber & Faber, 2014). 210 páginas.
Existe en estos comienzos de siglo una sobreabundancia de novelas cuyo
principal tema es la migración y la dureza del empeño que conlleva adaptarse a
una tierra extraña; ciertamente, la diáspora india ha sido una de las más
prolíficas en este sentido. Cabe destacar títulos como The Lowland o The Namesake, de Jhumpa Lahiri, Odysseus Abroad o Afternoon Raag de Amit Chaudhuri; pero también hay otros puntos
de vista, como la perspectiva nigeriana en Americanah de Chimamanda Ngozi Adichie, o la zimbabuense de
NoViolet Bulawayo con We Need New Names.
Sharma es un autor nacido en Delhi pero mudado a los Estados Unidos durante
su infancia, y su creación conforma una corta lista, con una sola novela
ambientada en India, An Obedient Father, ya reseñada en
este blog hace poco más de un año. La historia que narra Family Life está basada en su propia experiencia, aunque sea
primordialmente una obra de ficción. Es difícil, en todo caso, deslindar los
datos autobiográficos de los episodios ficcionales, y quizás nunca quede claro en
cuál de los dos lados está la experiencia auténtica.
Como le sucedió a la familia Sharma, a los Mishra, emigrados a los EE.UU. a
finales de los 70, el sueño americano les parecía posible. Pero todo se
estropea cuando el hermano mayor de Akhil/Ajay, que iba a comenzar estudios en
un distinguido centro del Bronx, sufre un terrible accidente en una piscina
durante las vacaciones de verano, se golpea contra el fondo y queda
inconsciente en el fondo. Para cuando logran sacarlo, los daños al cerebro son
enormes e irreversibles.
Del entusiasmo ante las comodidades y lujos como agua caliente y televisión
que el mundo desarrollado les ofrece a los recién llegados, los Mishra ven cómo
de repente el sueño de Birju, el hermano mayor, se hace añicos en el fondo de
una piscina. El dinero del seguro, cuando llega, nunca será suficiente para
atender las necesidades del chico discapacitado de por vida. Los planes de la
familia cambiarán para siempre.
La historia está narrada en primera persona por Ajay, el hermano menor (en
una reconstrucción exacta de la experiencia vital de Akhil Sharma). Family Life es una comedia negra repleta
de ironía, aunque en sus esfuerzos por dotar a la narración de tonos cómicos
efectivos Sharma se excede en ocasiones y llega a la caricatura, como cuando
Ajay trata de ganarse la simpatía y la amistad de sus compañeros de clase
mediante exageraciones sobre las virtudes que poseía su hermano antes del
accidente, o por medio de descripciones con detalles grotescos cuando no soeces
sobre el tratamiento que recibe Birju.
Es en la visión descarnada del impacto que el accidente tiene sobre los
padres donde Sharma sí consigue, a mi parecer, capturar la atención del lector.
Escrita con sencillez y claridad, el autor busca ponernos a la vista el dolor
irreparable, la congoja interminable de unos padres que nunca van a poder
superar la pérdida, el vacío de una vida (la del hijo mayor) que jamás se
realizará como habían planeado.
Las reacciones de ambos son muy diferentes (como suele ser habitual en
estos casos). Mientras el padre se abandona al alcoholismo y está a punto de
perder el empleo, la madre recurre a curanderos, impostores y parlanchines de
toda guisa y estilo. Los sacrificios económicos serán numerosos, y les conducirán
a situaciones de humillación e indignidad.
La narrativa tiene una clara trayectoria: desde los recuerdos que Ajay
conserva de la India que dejó con pocos años (la escena en la que regala sus
juguetes a los niños más pobres del barrio es sumamente emotiva) al barrio de
Queens en Nueva York al sentimiento de culpa que angustia al niño que de pronto
tiene que hacerse mayor y cuidar de su hermano. Sharma se cuida mucho de dotar
a la narrativa autobiográfica de Ajay de sentimentalismo alguno. Todo el
sufrimiento (si lo hay) está sublimado en las palabras de un adolescente que
nunca termina de explicar sus sentimientos.
Es por eso quizás que al final de la novela (la cual no cuenta con un
desenlace propiamente dicho) Sharma traicione al narrador Ajay. El último
capítulo nos sitúa ante un Ajay situado en un puesto de poderío financiero que
le permite cuidar de sus padres y su hermano, pero la suya es una voz cínica y postiza.
Como lector que conoce muy bien de qué está hecho el dolor, se me hace difícil suscribir
la idea de que el narrador se declare un falsario consumado. Casi que hubiera
sido mejor prescindir del eslabón final de la cadena narrativa.
Family Life se publicó en castellano en Anagrama en 2015, con el título Vida de familia, en traducción a cargo de Jaime Zulaika.