15 ene 2023

Reseña: The New Nomads, de Felix Marquardt

Felix Marquardt, The New Nomads: How the Migration Revolution is Making the World a Better Place (Londres: Simon & Schuster, 2021). 278 páginas.

Hace ya más de una década que participé en calidad de intérprete en dos rondas (la primera y la tercera) de negociación de un TLC. Los Tratados de Libre Comercio abogan por la libre circulación de productos, servicios y capitales entre países. Es la expresión jurídica y política de la fuerte ola globalizadora iniciada en la segunda mitad del siglo pasado e intensificada en este siglo XXI.

Un TLC es el triunfo más obvio y palpable del modo de producción y gestión capitalista. Australia, por ejemplo, ha hecho de los TLC un ‘modo de vida’: es país signatario de dieciséis TLC firmados y en marcha con otros veintiocho. Es innegable que los australianos nos hemos beneficiado mucho de ellos. El nivel de vida que hay en Australia es ciertamente envidiable.

Sin embargo, la libre circulación de productos, servicios y capitales no incluye a las personas. Y a pesar de ello, la gente sigue emigrando. A países como Australia, sí, pero también a la Unión Europea, a Estados Unidos o a cualquier otro lugar donde alguien con las ganas, las destrezas, los conocimientos o las aptitudes que sean requeridas podrá labrarse un futuro.

La tesis que expone Marquardt en The New Nomads es, en cierto modo, palmaria. La Historia nos (de)muestra que el hecho de cambiar de lugar de residencia para tratar de encontrar una vida mejor forma parte de la experiencia de los seres humanos desde siempre. El fenómeno que Marquardt señala es el hecho de que los desplazamientos en el siglo XXI no siguen las mismas rutas o direcciones que solían seguirse en siglos anteriores (para muestra un botón: pongamos por caso las masivas salidas de irlandeses, italianos o españoles en el siglo XIX). La migración es ya, de hecho, multilateral y multidireccional.

El libro presenta infinidad de casos personalizados, gente joven a la que el autor entrevista. Explica que, aunque históricamente la posibilidad de emigrar estuvo siempre reservada a las elites, “Hoy en día, cualquier europeo de todos los orígenes, salvo los más pobres, puede posiblemente coger un autobús rumbo a un país extranjero y experimentar algo del mundo al otro lado del horizonte. […] Todos hemos oído alguna vez la frase ‘saber es poder’, pero para la mayoría de las civilizaciones antiguas, saber era viajar. Para los griegos o los fenicios, literalmente no existía la educación sin viajar, ni se daba el viajar sin una educación. Lo que convertía a alguien en educado (y poderoso) era el hecho de que había viajado.” (p. 57, mi traducción).

Una curiosa observación que realiza Marquardt en torno a las tendencias migratorias en esta segunda década del siglo XXI es el hecho del rápido crecimiento que está teniendo la migración entre países del hemisferio sur: “Esta migración no es del tipo que obsesiona a los economistas, ni tampoco del tipo que irrita a los votantes y lleva a los populistas al poder en Occidente. Pero representa una herramienta esencial para el desarrollo en los países que cuentan con las más pequeñas emisiones de gases invernadero (las de África representan entre 4 y 5 por ciento de las emisiones globales” (p. 90, mi traducción). Es decir: puesto que los desplazamientos poblacionales siempre acarrean movimientos de capital, este tipo de migración resulta ser una suerte de ayuda al desarrollo mucho más eficaz que los métodos empleados hasta ahora. “Se precisa dinero, tesón y coraje para convertirse en migrante, y quienes escogen hacerlo nunca son los más vulnerables en sus países de origen y, por esa razón, la ayuda exterior que se gasta con la esperanza de disuadir la emigración tiene el efecto opuesto: el desarrollo exitoso en casi todos los países que antes eran pobres ha dado lugar a un incremento, en lugar de una reducción, de la emigración.” (p. 91, mi traducción)

The Monument to Migrants, Lake Vasto, Perth, Western Australia. Fotografía de Calistemon.

Hay también espacio para algunas críticas (más que probablemente justificadas) hacia las elites y las “Mentes Brillantes” que de forma periódica se reúnen en algún lugar del mundo para hablar de soluciones a los muchos males que nos afectan. Denuncia el escritor multinacional la profunda inmadurez de lo que él denomina solucionismo: “la idea de que todo lo que nos hace falta hacer es ponernos a pensar todos juntos e ‘idear algo’ que nos permita ‘lidiar con’ los principales problemas de nuestro tiempo. Esos problemas, desde la migración al colapso climático y la sexta extinción de especies que está ya en marcha, desde los asombrosos niveles de desigualdad en el mundo a la naturaleza inherentemente ecocida del súper-organismo metastatizado al que llamamos economía global, no son ‘problemas’. Son situaciones precarias. Los problemas tienen soluciones […] las situaciones precarias no. […] En este contexto, nuestra tendencia moderna a buscar ‘soluciones’ no es solamente equivocada. Es un pasivo, una deuda. No podemos ‘solucionar’ esos problemas, por muy brillantes que podamos ser. Hemos de vivir con ellos.” (p. 216, mi traducción)  

Aunque este libro de Marquardt se aleja mucho de la teorización e incide mucho más en los testimonios y las impresiones que decenas de personas le han aportado para su escritura, no está exento de algunas importantes reflexiones. Por ejemplo, la que hace en la página 121: “No obstante, quizá lo más importante que nos enseña la emigración es que el lugar de donde uno venga y el lugar al que uno se dirija no son más que meras proyecciones de los verdaderos interrogantes de la vida: ¿Quién eres? ¿Quién deseas ser?”

No es que The New Nomads revele algún dato o razonamiento espectacularmente novedoso. Sin embargo, es una lectura amena y fácil que aporta perspicacia y muchos matices personalizados al tema de la migración en esta época tan convulsa. Imagino que no entrará a formar parte de la lista de libros indispensables de los dinosaurios intelectuales que militan en partidos políticos xenofóbicos. Eso significa que, de entrada, es un buen libro.

27 dic 2022

Laurent Binet's Civilisations: A Review

Laurence Binet, Civilisations (London: Harvill Secker, 2021). 310 pages. Translated from the French by Sam Taylor.

I have no doubt it must be lost of fun to write fictional History while being fully aware that your reader is not to demand any verisimilitude of what you write. Art for art’s sake, I guess. Binet’s Civilisations is one such work: it’s offhand in its fun, bold in its ingenuity but invariably overambitious in its purpose and meaning.

The premise is simple: instead of the various European powers conquering the continents across the Atlantic, it is the Incas (and subsequently the Aztecs) who sail across the waters eastwards and reach Lisbon in the wake of a dreadful tsunami. Atahualpa, their king, is undefeatable in his thirst for some sort of black drink monks seem to be very good at producing; vanquishing the Spanish emperor is way too easy. The road to Europe lays expedite thereafter.

But centuries before, the Vikings had reached the north with Erik the Red’s daughter as their leader. Her descendants eventually make their way to Panama, only to be stopped by the Darién Gap (the present-day irony of this is magnificent, one must admit!).

The second part of the book takes us with Columbus in his first voyage of discovery. Unlike what actually happened, Columbus does not make it back to Spain, fails miserably in his attempts to convert the locals to what the Incas will later call the weird cult of the “nailed god”. The Spanish Court gives up on the extremely expensive adventure of crossing the ocean and loses its interest in western lands.

A couple of decades later, having been defeated by his brother, Atahualpa the Incan emperor is escaping Peru in Columbus’s ships and heads eastward. Thanks to endless supplies of gold, the emperor succeeds in conquering the lands and the minds of Castilians, Italians, Frenchs and Germans. His trick to unite the continent five centuries before actual History occurred? He does away with feudal taxation and the property of land, decrees religious freedom all over the place (the only mandatory rule is to adore the Sun) and develops the land with a view to eradicate hunger and poverty.

Atahualpa. Would he have really achieved so much in so little time?

But suddenly, another enemy from the West appears: the Aztecs arrive in England and decide to conquer France with their army (led by Cuauhtémoc). Paris is quickly taken, and a huge pyramid is bult near the Louvre, which will become the venue for their favourite pastime: human sacrifice. With the supply chains of gold interrupted, Atahualpa reacts and brings back taxation to fund the war effort. Sounds kind of familiar, doesn’t it?

Nonsensical? Maybe, but it’s good fun to read. The somewhat unexpected coda of the book brings Cervantes, El Greco and Montaigne together in the Frenchman’s castle. Their interaction prophesies modernity in all its expressions and raises the stakes even further by taking the painter and the Spanish novelist to Mexico in search of a better life.

The text was splendidly rendered by Sam Taylor into English, yet one glaring syntactic error kept nagging (quite likely the result of a overzealous proof-reader?) This is found on page 175 of the public library copy I read: “He [Atahualpa] distributed Golden Fleeces, a highly prized distinction that cost him nothing and possessed the advantage of binding him to whomever received it.” My italics.

Publicado en castellano por Seix Barral (traducido por Adolfo García Ortega). Publicat en català per Edicions de 1984 (traduït per Mia Tarradas).

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