Alberto Fuguet, No ficción (Santiago de Chile: Penguin Random House, 2015). 174 páginas.
La carne es débil, dice el viejo dicho tan popular. Pero más débil puede llegar
a ser la calidad de una obra literaria construida sobre una premisa enormemente
forzada, poco madurada y pobremente ejecutada. El resultado, como en el caso de
No ficción, será inevitablemente
decepcionante.
Dos amigos chilenos, dos hueones: Alex y Renzo. Alex es escritor y cineasta,
y ha llegado a saborear las mieles del éxito. Renzo es el perdedor, el dañado,
el que ha vivido a la sombra (y de los favores) de su amigo. Después de muchos años,
Alex visita a Renzo en su departamento “monoambiental” del centro de Santiago
de Chile una tarde de estío.
Quienes eran muy buenos amigos están ahora enfrentados. Alex quiere tratar
de entender qué demonios pasó para que una amistad tan buena se fuera al
garete. Alex quería consumar la
amistad con Renzo con algo más que abrazos, pero Renzo se negó y de ahí surgió el
conflicto y la ruptura. Pero de la lectura de esta ¿novela? (174 páginas de
diálogo con muchas líneas ocupadas por los consabidos puntos suspensivos del
silencio no le otorgan realmente la talla) deja en claro que ninguno de los dos
personajes (no hay otros) sabe a ciencia cierta en qué consistía su relación.
Escribir un libro sobre la base de ese desconocimiento entraña muchos riesgos.
Me apuesto un brazo que Renzo y Alex no pusieron un candado en el famoso puente de los candados en Providencia... |
El diálogo es reiterativo y circular. Y el hecho de que Alex y Renzo se mamen
una botella (¿o son dos? Caray, perdí la cuenta) de whiskey no podría justificar
tanta repetición y circularidad en una obra literaria que se precie. Para realities, la TV, gracias. ¡Es tan fácil
desconectarla!
Quizás lo único que pudiera salvarse de este librito de Fuguet es el habla de
un cierto sector de la población santiaguina, que recoge el escritor con bastante
fidelidad. Dentro de unos cincuenta años, imagino, capaz que constituya un
legado lingüístico que se estudie con lupa. O no.
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