Ay la Argentina, ese lugar en el mundo que este mismo fin de semana tiene
una cita ineludible en las urnas que bien pudiera cambiar su destino de forma brutal
e incluso permanente. Ya en 1993, en un situación que para mí no terminaba de
tener sentido, los argentinos se ofrecían a comprarme dólares cuando el cambio
de divisas oficial era uno por uno. Hoy es un país en el que la moneda
estadounidense tiene distintos valores en pesos según sea el mercado en el que
uno se mueve. Así de loco es el asunto, mientras que uno de los dos candidatos propone
la dolarización de la economía. Suerte para todos.
En Los Living, Caparrós elabora una especie de novela picaresca
argentina de principios de siglo. El antihéroe protagonista es Nito, quien a
modo de premonición nace el día de la muerte del General Perón («Cuando yo nací y murió
Perón, muchos sufrieron porque lo idolatraban y lo necesitaban —o, por lo
menos, estaban convencidos de que lo necesitaban.» (p. 15) Y casi cincuenta
años después —toda una vida, che— diríase que todavía hay quienes creen que lo
necesitan.
El General y Evita, figuras fundamentales de la historia argentina del siglo pasado. Fotografía de Ramón Belozo. |
Nito crece con la Argentina y las vicisitudes del país del último cuarto de
siglo. Su niñez es una serie de vivencias que Caparrós narra con clarísima
intención satírica en primera persona, al tiempo que intercala con retazos de
una conversación a tres bandas que, a medida que avanza la novela, se revela
como mucho más que el diálogo de besugos que en un principio parece ser.
La guerra de las Malvinas, la represión militar, el menemismo. Todos son
elementos que dibujan el telón de fondo de la vida de Nito. La absurda muerte
de su padre cuando apenas era una criatura va a marcar sus primeros años de
manera decisiva. Víctima del bullying en la escuela, Nito aprende a la
fuerza a valerse por sí mismo: descubre que la ingenuidad simulada puede
servirle para abrirse camino en la vida.
Si de algo peca Caparrós en la elaboración del relato es la reiteración de ideas.
El relato de Nito visita las mismas obsesiones con excesiva frecuencia. La
irrupción del inefable clérigo brasileño Trafálgar en la novela sirve (quizás
con demasiadas páginas) para enlazar la infancia y adolescencia de Nito con el
proyecto ideado con el Pitu Carpanta, los living, el embalsamiento de
los muertos como invitación a que los argentino puedan ‘convivir’ con los seres
queridos ya finados no solamente de recuerdos, si se quiere, pasando por la maquinación
para la que el brasileño recluta a Nito. El propósito de todo es, lógicamente,
engañar y quitarle el dinero a los crédulos.
El primer lugar adonde mi buen amigo Salama me llevó en Buenos Aires fue al
cementerio de Recoleta, al mausoleo de Evita. Y no es que hubiera momia alguna
que contemplar, como es el caso de Uncle Ho en Hanói. El concepto que significaba
su figura seguía siendo entonces (hablo de 1993) absolutamente central para la
vida social y política argentina.
Los Living es una sátira a ratos extravagante aunque constantemente
provocadora. Está regada con mucho humor negro y te regala una abundante crítica
de la religión, del arte y de la sociedad porteña, con un epílogo que el autor
agrega al final para dotar a la novela de un desenlace, que claramente se hacía
necesario. Un libro muy entretenido.Atención, Sr. Pérez Reverte: hete aquí un amigo. Fotografía de Martín Caparrós a cargo de Esther Vargas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Your words count - Tus palabras cuentan - Les teues paraules compten