Estos días andaba leyendo en los ratos muertos (¿por qué los ratos muertos se disfrutan tanto? ¿Será síntoma de algo?) este librito de mi amigo Javier Cozzolino. A Javier hace tiempo que lo sigo a través de su blog Sin Pastillas (el enlace está ahí a la derecha nomás). Es cierto que a Javier no lo conozco en persona, pero de tanto tiempo que llevo leyendo su blog, pienso que ya lo conozco mejor que a muchas otras personas a las que veo casi todos los días.
No siempre estoy de acuerdo con lo que escribe Javier en su blog. Por ejemplo, sus creencias religiosas. Y eso qué más da. En su blog ha escrito cosas estupendas, y solo por eso ya le estoy agradecido. Ya quisiera yo tener la mitad de la energía creativa que tiene Javier.
El caso es que estuve leyendo Bonito. Yo soy aquel. Y me gustó: me reí muchísimo con el viaje de Leonardo Höss a Hawai'i, en busca de una chica con la que estableció contacto a través de un chat desde Buenos Aires. Cuando llega a Honolulú (siempre me ha gustado más Lulú que Hono), la chica le cierra la puerta de su casa en las narices. Así que se va de vacaciones a un hotel, a masacrar la Amex de su hermano, Mái Bráder, cuyo miembro viril recibe el 'cariñoso' apelativo de Führer.
"Estaba bárbaro el hotel. Pasé ahí una semana metido, almorzando, cenando y practicando otros gerundios con tristeza superior".
En fin, pues lo dicho. Si te atrae, pasate por Sin Pastillas y compralo nomás. Es mejor que las Cincuenta sombras de Grey, de eso estoy total, completa, absolutamente seguro.