Favel Parrett, Past the Shallows (Sydney: Hachette Australia, 2011). 251 páginas.
¿Nos da la
lectura del debut de un autor una indicación acerca de si estamos ante la
primera obra de un gran creador literario? Posiblemente no, pero sin duda alguna,
ayuda a hacerse una idea.
El título de esta
brillante primera novela de Favel Parrett (Victoria, 1974), Past the Shallows (Más allá de los bajíos), se refiere a la zona donde el océano se
convierte en un universo vasto, profundo, un lugar donde predomina la
amenaza de peligros latentes, ocultos. Pero esos 'bajíos' tienen también una posible segunda lectura: la adolescencia como etapa vital que supera la niñez, y que se presenta poblada de escollos y simas
insondables, que se concretan en inseguridades, incertidumbres y amenazas.
Joe, Miles y
Harry son tres hermanos, huérfanos de madre, que malviven con su padre, un
embrutecido pescador (a veces furtivo) de abulón en la costa sur de Tasmania. A
Joe le falta poco tiempo para cumplir los dieciocho años y largarse para
siempre; ya se había marchado del infierno en el que viven sus dos hermanos
pequeños cuando el padre le rompió el brazo. Miles, mucho más joven en cambio,
no puede marcharse, pero además siente la obligación de cuidar de su hermano
pequeño, Harry.
En una casa donde
nunca saben si habrá suficiente comida para un desayuno, el almuerzo o la cena,
Harry se queda solo muchos días, mientras que Miles, pese a ser demasiado joven
para trabajar, se verá obligado a salir diariamente en la barca. En uno de esos
días, uno de la cuadrilla sufre un accidente mientras pescan salmones: un
tiburón (un ejemplar de la especie que aquí se denomina mako)
invade la cubierta y provoca el caos. Desde ese momento las cosas solo pueden
empeorar.
Para desarrollar
la trama, Parrett adopta el punto de vista de los dos muchachos, y ello resulta
en frases cortas, despojadas de lo superfluo. Y sin embargo no faltan hermosos pasajes,
muy líricos, en los que la autora hace gala de una cuidada prosa y en los que
las imágenes muestran los aspectos más agrestes del paisaje de Tasmania. Por la
constante presencia del océano, por lo lacónico de los personajes (la mayoría de
ellos masculinos) y por la desazón que reina en sus vidas, Parrett me ha hecho
recordar a otro de mis (muchos) narradores australianos favoritos, Tim Winton.
Past the Shallows
es una terrible historia, y está muy bien contada: Parrett se guarda ciertos
datos sobre la muerte de la madre de los chicos y sobre sus vidas antes de ese
suceso que los traumatizó – Miles y Harry iban en el coche que ella conducía cuando
se estrellaron contra un árbol. Con ello va creando una nebulosa de misterio en
torno a ese suceso en el pasado que tanto ha marcado sus vidas actuales. Para
cuando Harry, un chico todavía inocente y temeroso, empieza a intuir la verdad,
ya es tarde. La suerte está echada, y el caos y la fatalidad han tomado el
control del destino de la familia.
«Creo que sería mejor que hagamos lo que dice Papá, Harry. Creo que es mejor que vayamos. Es porque estabas en la carretera cuando ya era de noche.»«Pero tú dijiste que iba a estar picada hoy. Dijiste que no creías que la barca pudiera salir hoy.»
Y era cierto. Miles podía oír el oleaje incluso desde allí. Podía oír el océano.
Si hay algo que
se pueda objetar a esta primera novela de Parrett (que ganó el Premio ABIA al
debut literario de este año y fue finalista de media docena de premios más,
entre ellos el prestigioso Miles Franklin) es que no profundiza en el personaje
del padre. ¿Es un hombre atormentado por lo que oculta de sus actos pasados, y
que se redime trabajando muy duro, en condiciones muy peligrosas, sumergiéndose
junto a rocas y acantilados para cosechar el muy preciado abulón? ¿O es un
monstruo que maltrata a sus hijos, alcoholizado y embrutecido, azuzado por las
insidias de su malvado colega Jeff?
El desenlace no
lo deja totalmente claro; mientras Joe regresa para recoger los pedazos rotos y
tratar de darle un sentido a la vida de Miles, los interrogantes que habían quedado
planteados en las escenas más trepidantes de la novela solamente quedan
parcialmente resueltos. Eso no le resta méritos a Past the Shallows, pero sí deja algunos huecos en el esquema final del
retrato que el lector elabora de los personajes.