7 oct 2013

Reseña: A Man Melting, de Craig Cliff


Craig Cliff, A Man Melting (Auckland: Vintage Books, 2010). 315 páginas.

Hace poco más de un año traduje un cuento del neozelandés Craig Cliff, titulado ‘Offshore service’ (Servicio de alta mar), y que apareció en la revista Hermano Cerdo. No había leído nada más de Cliff hasta ahora, y antes de emprender la lectura de su primera novela, The Mannequin Makers, de reciente aparición, he querido acercarme un poco más a su obra leyendo A Man Melting, su primer volumen de narraciones breves, publicado en 2010.

Un tema común une la mayoría de los cuentos de A Man Melting: el cambio personal, la evolución de los personajes, cambios que muchas veces son detonados por eventos inusuales o inexplicables. Algunos de los cuentos rozan el género del llamado ‘realismo mágico’, como ‘The Sceptic’s Kid’, o la ciencia ficción, como es el caso del cuento que da título a la colección.

Cliff escribe con brío y pulcritud, y el lector lo agradece tanto en los cuentos más breves como en las narraciones más extensas, desarrolladas a lo largo de hasta treinta páginas. Uno de los más llamativos es ‘Copies’, en el que Cliff trata el tema del carácter fragmentario de la memoria. “La vida es una serie de repeticiones imperfectas. Eso es lo que me dijo el psicoterapeuta de mi madre – y ahora lo repito aquí, de forma imperfecta – la única vez que hablamos”, empieza el cuento. El narrador nos describe cómo en su edad adulta le influye la figura de su difunto padre, un artista solitario, obsesionado con las fotocopias de una misma obra de arte, fotocopias que repetía ad nauseam hasta que la imagen original quedaba totalmente distorsionada.

Uno de los relatos que resultaron más extraños (por su temática) es ‘Give Me Bread and Call Me Stupid’, cuyo protagonista es Bembe Hernández, un español que se ha ido a Edimburgo con su novia Rosa para aprender bien el inglés. Al cabo de un tiempo, Bembe se da cuenta de que la chica de la agencia de empleos parece querer algo con él. Tras muchas evasivas y negativas, accede a almorzar una tarde con ella. La chica, Lindsey, le confiesa que conoció a alguien en España, pero ese alguien le rompió el corazón, y le pide a Bembe que le hable en español. Para complacerla, a Bembe solamente se le ocurren refranes.

En ‘Facing Galapagos’ un oficinista entabla una extraña correspondencia con alguien que dice ser Charles Darwin, y tras sospechar de todos los que le rodean, incluso de su mujer, sucumbe a la tentación de acudir a las islas Galápagos. Pero tras llegar a Guayaquil descubre que ha caído en una trampa inexplicable y absurda, y que no está solo.

Para la composición de los cuentos de A Man Melting Cliff ha empleado diferentes técnicas: algunos están escritos en primera persona, mientras que otros hay un narrador omnisciente. Ello contribuye a hacer que su lectura sea amena. Es una colección muy heterodoxa y entretenida: Cliff escoge diferentes escenarios (Nueva Zelanda, Escocia, Ecuador, Londres) y se aplica con concisión a desarrollar cada una de las diferentes tramas de manera realmente impredecible.

Craig Cliff recibió por A Man Melting el Commonwealth Book Award en 2010. Es sin duda un autor a tener en cuenta en el futuro.

25 sept 2013

Reseña: The Rosie Project, de Graeme Simsion

Graeme Simsion, The Rosie Project (Melbourne: Text Publishing, 2013). 329 páginas.


A punto de cumplir los cuarenta, Don Tillman, profesor universitario e investigador en el campo de la de genética, sigue soltero en Melbourne. Tillman es un hombre atípico, un tipo estrafalario: carece de las habilidades sociales más comunes pero está dotado de un elevadísimo nivel de inteligencia. Tillman tiene el llamado síndrome de Asperger, y por ello es una persona muy meticulosa, con una vida organizada hasta el más mínimo detalle y al segundo, y a un tiempo capaz de enfocar cuestiones desde ángulos muy diferentes a los habituales; sin embargo, hace gala de un desprendimiento o distanciamiento que suele interpretarse como falta de empatía o puede verse como indiferencia respecto a las emociones de los demás. En otras palabras: Tillman no sabe cómo interactuar con otras personas. Pero aún así, quisiera encontrar a la mujer de su vida.

The Rosie Project es una divertida (a ratos) comedia romántica. Ganadora del Premio Literario del Premier de Victoria de 2012 para un manuscrito inédito, se convirtió de la noche a la mañana en un gran éxito editorial. Incluso antes de ser publicada oficialmente, los agentes de Simsion ya la habían colocado para ser traducida a más de 30 idiomas. Habrá película, claro está: es una línea argumental repetida hasta la saciedad por Hollywood, industria que no se caracteriza ni por su originalidad ni por la búsqueda de nuevas ideas.

Al principio de la novela, y animado por sus amigos Gene y Claudia, Don Tillman diseña un cuestionario de corte científico para realizar una selección de potenciales candidatas. El cuestionario, siguiendo el formato de preguntas con cuatro opciones para responderlas de las cuales solamente una es válida, forma parte de lo que él denomina el Proyecto Esposa.

En su camino se cruza sin embargo una joven doctoranda llamada Rosie, por quien Don siente al instante una fuerte atracción física. Don se ofrecerá a ayudar a Rosie a descubrir quién es su padre biológico, en lo que denomina el Proyecto Padre. La trama gira en torno a sus encuentros y desencuentros, y los muchos episodios en los que se ven envueltos, algunos sumamente ingeniosos. La búsqueda de esa elusiva secuencia genética los llevará hasta Nueva York, con más episodios estrambóticos.

Narrada en primera persona por Don Tillman, Simsion utiliza un lenguaje directo que recrea con éxito la naturaleza obsesiva, el carácter tenaz y la conducta socialmente ingenua del profesor. Lo que no tengo tan claro es la verosimilitud de la trama en su totalidad. The Rosie Project tiene el claro propósito de entretener. No hay ningún otro, y por eso no es nada difícil de entender que The Rosie Project se haya convertido en un éxito instantáneo de ventas. Una trama que encantará a lectores/consumidores que no busquen otra cosa que una historia divertida, sin complejidades ni dificultades narrativas, con unos personajes simpáticos y apropiados para lo que no deja de ser una comedia de enredo.

No es difícil de adivinar que ésta es la novela a la que Graeme Simsion hace referencia en su cuento ‘Tres encuentros con lo físico’, que traduje para la revista Hermano Cerdo hace unos meses. The Rosie Project aparecerá pronto en castellano (Salamandra) y en català (La Campana), y no me cabe duda de que venderá, como esos ricos buñuelos de calabaza en las noches de Fallas.

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