26 sept 2018

Reseña: Tintin and the Secret of Literature, de Tom McCarthy

Tom McCarthy, Tintin and the Secret of Literature (Londres: Granta Books, 2006). 211 páginas.

Guardo muy pocos (y más bien imprecisos) recuerdos de mis bisoñas lecturas de los tebeos de Tintín, de cuando yo era un imberbe jovencito. En aquella época no me parecieron relatos asombrosos: entretenidos sí, sin duda, pero nada extraordinario. De hecho, pasé rápidamente a la lectura de textos desprovistos de materiales gráficos (Los tres investigadores me tuvieron muy ocupado todo un larguísimo verano). Solo recientemente me he sorprendido a mí mismo redescubriendo las virtudes de la novela gráfica.

Elenco de sospechosos habituales.
Esta bastante informal colección de ensayos sobre Tintín de McCarthy busca la deconstrucción crítica de la obra de Hergé. McCarthy se pregunta en un principio si Tintín pudiera considerarse alta literatura en el sentido más aceptado del término. La respuesta, obviamente, sería no. Pero McCarthy insiste en examinar los libros de Hergé como textos literarios (que lo son, sin duda, si bien no del nivel que quizás muchos quisieran otorgarles), y trata de hilar muy fino a la hora de buscarle significados y explicaciones a muchos de los elementos de Tintín en la vida personal de su autor, Georges Remi.

El creador y su criatura. Fuente: Wikipedia.
El volumen se divide en siete capítulos, de los cuales, en mi opinión, el mejor es el primero. Quien no recuerde en detalle las distintas tramas de los 24 títulos de la serie de Tintín va a sentirse un poco perdido en los otros, pues McCarthy hace continua referencia a ellos. Las obsesiones presentes en las novelas que Tom McCarthy ha publicado hasta la fecha (Remainder, Men in Space, C, y Satin Island) son también objeto de estudio en Tintín: el simulacro, la copia, la reproducción, el plagio. El aspecto más elemental y necesario de todo arte que se precie de serlo: la asombrosa originalidad que nos permite la imitación de otros, y que iniciamos desde la más tierna infancia imitando los sonidos que escuchamos de nuestra madre.

Todo artista merece un museo. Museo Hergé, Bélgica. Fotografía de Christian de Portzamparc.
Me temo que este libro de McCarthy no envejecerá demasiado bien. No llega a ser un estudio académicamente serio, y para ser un comentario desenfadado quizás tenga cierto exceso de densidad intelectual. Ni crudo ni cocido. Pero lo verdaderamente intrigante, desde mi punto de vista, será ver qué ocurre con Tintín cuando los derechos de propiedad intelectual pasen a dominio público. ¿Cuántos originales imitadores de Hergé saldrán a la palestra? ¿Y qué medios utilizarán? ¿Habrá alguien que lea estas líneas cuando todo eso ocurra? Si es que llega a ocurrir, claro está. ¿A alguien le importa?

El libro ya se tradujo al castellano (Tintín y el secreto de la literatura), publicado en 2007 por la editorial El Tercer Nombre, en traducción de Mercedes Fernández Cuesta y Mario Grande.

22 sept 2018

Reseña: Dark Chapter, de Winnie M. Li

Winnie M. Li, Dark Chapter (Londres: Legend Press, 2017). 379 páginas.
Si tú fueses la víctima de un suceso traumatizante, sea por sus características trágicas o sea porque entrañó violencia, ¿crees que escribir una ficción basada en los hechos reales te ayudaría a dejar atrás en alguna medida ese trauma? Se trata posiblemente de una pregunta sin respuesta.

Yo mismo, que sobreviví a una catástrofe ciertamente traumatizante, jugueteé con la idea de escribir algo, con la noción de recrear en una ficción una buena parte de aquello por lo que pasé. Aparte de algunos poemas y relatos que poco o más o menos sublimaban la realidad de lo (sobre)vivido, pronto dejé de plantearme la posibilidad de escribir mi historia.

Valga lo anterior como introducción a esta tremenda novela de la estadounidense Winnie M. Li, quien sufrió un violento ataque sexual mientras trataba de recorrer ahora hace ya una década un sendero en el Colin Glen Forest Park, al oeste de Belfast. A la distancia de los años transcurridos la autora y víctima agrega otro grado de separación: la protagonista de esta novela se llama Vivian y, como Li, es de ascendencia taiwanesa.

Mapa de senderos en el Colin Glen Forest Park

Sin embargo, no es esta la única técnica de distanciamiento que emplea la autora, pues Li escoge contar la historia mediante una doble narración paralela, con dos puntos de vista contrapuestos. Por un lado, la de la mujer violada, y por otro, el del violador, Johnny, un muchacho que cuenta con apenas 15 años, frente a los casi treinta de Vivian.

Ese contraste de puntos de vista narrativos se va haciendo más efectivo a medida que avanza la novela. Si bien al comienzo la voz narrativa de Johnny no parece tan verosímil como uno quisiera, a partir del primer punto de intersección de ambas voces (el crimen, la doble violación en el parque forestal) cobra credibilidad y significación. El segundo punto en el tiempo en el que se cruzan es tan impactante como el primero: se trata del silencioso reencuentro de víctima y victimario en el tribunal que juzga el crimen más de un año después.

Li realiza además una exitosa caracterización de ambos personajes (basada en los protagonistas reales de esta horrible historia). Así, la viajera estadounidense Vivian a sus 29 años persigue el triunfo profesional; graduada de Harvard (pero, a diferencia de otros, no en Aravaca), le encanta viajar y hacer caminatas en solitario.

Johnny, por su parte, procede de una familia pobre numerosa y vive a salto de mata en una caravana con su padre, un tipo arisco, alcohólico y violento, y su hermano mayor, ladrón ya convicto y que trata de enseñarle a Johnny todas sus malas artes. La madre vive en Dublín con las hijas. Es por supuesto víctima de un sistema que le ha cerrado las puertas desde su nacimiento: lo cual no justifica en modo alguno su comportamiento criminal.

Es muy evidente que la violencia que acompaña al delito de violación no queda limitada al acto mismo: la violencia y la insensibilidad persisten en el modo en que el sistema policial, judicial y la sociedad misma indaga en estos crímenes y cómo los juzga – o, en el caso de cierto sector de la sociedad española, incluso los tolera, como ocurrió recientemente con ese hatajo de delincuentes autodenominado La Manada.

Si a las huellas de esa violencia se añaden los resultados de una inercia social generalizada, las cicatrices quedan abiertas y no se cierran nunca: Vivian relata con todo detalle el proceso: entrevista tras entrevista con la policía, con médicos, los exámenes y fotografías posteriores, los tratamientos clínicos, las reacciones de amistades, conocidos y compañeros de trabajo, las sesiones de terapia psicológica, y muchas más cosas, para luego tener que revivirlo todo en el juicio, con un interrogatorio casi vejatorio por parte del abogado defensor, en un espacio (el juzgado) en el que todas las miradas se dirigen a ella.

¿Es éste un libro necesario? Quizás lo sea, aunque estoy convencido de que para muchas personas su lectura será sin duda difícil.

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