23 dic 2018

Reseña: La línea en medio del cielo, de Francisco Ángeles

Francisco Ángeles, La línea en medio del cielo (Lima: Revuelta, 2008). 88 páginas.

Durante mi corta estancia en Lima hace ahora dos años y medio, entré una mañana en la librería El Virrey y pregunté por algún autor local joven, prometedor y algo contestatario. Los dependientes no estaban seguros de qué ofrecerme, pero finalmente me sugirieron este librito del limeño Francisco Ángeles, de quien nunca había oído hablar.

La línea en medio del cielo no es una novela al uso. No alcanza ni siquiera las 100 páginas, adolece de muchos problemas estructurales y, en mi opinión, fracasa como narración. Tras un brillante comienzo, en el cual el narrador da cuenta del hallazgo de un grupo de ocho cadáveres desnudos en la habitación de un hotel, la narración se desdibuja, la trama se desmorona. El resultado final es algo decepcionante.

Los ocho (cinco hombres y tres mujeres) han muerto “trenzados unos con otros como lombrices de tierra.” Todos presentan cortes en ambas muñecas y “por la posición en que se encontraron … no fue posible asegurar que [la] actividad [sexual] hubiese sido suspendida después de efectuados los cortes”. Pero este episodio no vuelve a reaparecer hasta el final, y dentro de un contexto de fabulación de historias subversivas contra el sistema político.

La verdadera trama gira en torno a la relación entre Ignat, un joven funcionario/fotógrafo/escritor, y Virginia. Son varias las líneas narrativas que se entrecruzan, pero lo hacen de manera tan confusa, tan poco ordenada, que fuerzan al lector a releer para tratar de otorgarle sentido a las palabras. El problema principal es que, pese a ponerle mucho empeño, Ángeles no consigue estructurar la historia de una manera que resulte coherente ni convincente.

Por lo demás, se trata de una edición muy poco cuidada. Por poner un ejemplo que me resultó muy llamativo, en la página 31 uno puede leer al principio: “Ignat encontró a Virginia con la luz apagada y un pequeño radio portátil en la mano.” Nueve líneas más abajo ese radio se convierte en “la radio”, forma que se repite unas cuantas líneas más abajo en el mismo párrafo. Hay además numerosas erratas a lo largo del texto.

Ángeles desarrolla una inquietante ambientación: la sensación de estar vigilados, el clima de inseguridad y violencia latentes, la sospecha que tiene Ignat de ser en todo momento objeto de engaños o mentiras, tanto por parte de Virginia como de los otros personajes, delineados de forma muy imprecisa. El autor gusta de juegos entre ficción y realidad, entre futuro y pasado: se atisba otro narrador, “el viejo que escribe”, que es y no es Ignat.

Además del tema político de incertidumbre y represión (propio de la época en que creció el autor en Lima), los otros temas importantes en esta nouvelle son la muerte violenta y la fabricación de la realidad. Tal vez sea ese el mérito de Francisco Ángeles: sus jóvenes disidentes describen y denuncian las fake news mucho antes de que se convirtiesen en algo mundano y monótono.

22 dic 2018

Reseña: Fuera de lugar, de Martín Kohan

Martín Kohan, Fuera de lugar (Barcelona: Anagrama, 2016). 222 páginas.
Además de la idea de encontrarse desubicado, la expresión ‘fuera de lugar’ puede denotar un comportamiento o conducta inapropiada. Esta novela del argentino Kohan (la segunda suya que leo, tras la bastante buena Bahía Blanca hace más de cinco años) tiene más de novela negra que novela de denuncia social, pese a que la primera parte de las seis que la componen introduce al lector a un grupo criminal que se dedica a fotografiar a niños desnudos. El grupo lo integran personajes variopintos, como un vendedor, un cura, el dueño de una hostería, un par de señoras y el fotógrafo.


Buen dominio de la perspectiva en la narración: Martín Kohan. Fotografía de Antonio Nava / Secretaria de Cultura 
Lo realmente curioso es cómo consigue Kohan inmiscuirte en la (prácticamente nula) moralidad de los personajes que forman la banda criminal. Para ellos, el verdadero criminal es el que mira la imagen, el que la compra, no quien la produce. Trivializan sus actividades, y solamente atañen importancia a los réditos que ciertas ‘novedosas’ composiciones podrán reportarles en el mercado de destino, la Europa del Este tras la caída del Muro, adonde exportan su producto a través del puerto de Valparaíso.

Tras la primera parte, la más extensa (‘Precordillera’), viene ‘Litoral’, que traslada al lector a la hostería de Santiago Correa en las orillas de un río, el Paraná o el Uruguay. La difusión de las fotografías por medios digitales está colocando a la banda al borde del colapso, y Santiago Correa (el único adulto que aparece en las fotos) se obsesiona buscándose en internet. Su esposa Elena descubre qué le ocupa las noches cuando se supone que debería estar durmiendo.

El río Paraná. Fotografía de Argenz.
La tercera parte, ‘Conurbano’ se inicia de manera tajante: “Al muerto lo encontraron un jueves”. El difunto es Alfredo Cardozo, quien hacia el final de la primera parte había prestado a su sobrino Guido, intelectualmente discapacitado, para una de las sesiones fotográficas de la banda. Entra en escena ahora Marcelo, el hermano mayor de Guido, que no puede explicarse el suicidio de su tío. Marcelo comenzará a indagar en la vida oculta de su tío.

Marcelo descubre que su tío había pagado todas sus deudas, y eso que tenía muchas y abultadas. ¿Cómo lo hizo, y por qué? Entre sus papeles, Marcelo encuentra tres almanaques de la hostería junto al río, y allí dirige sus pesquisas. No consigue descubrir nada, pero tanto le gusta el lugar que convence a la tía Nelly para que acuda allí junto con Guido. El momento más poderoso tiene lugar cuando Guido reacciona de forma inusual al reconocer a Correa, lo cual extraña a Marcelo y Nelly. Pero Elena y su esposo consiguen tranquilizarlos, y convence a Marcelo de que le sirva de enlace en su negocio de exportación de mermeladas.

¿Qué oculta Elena tras sus negocios de venta de conservas en provincias? ¿Hasta qué punto actúa ella de manera independiente? Con una rauda narración en sus dos últimas partes, Fuera de lugar se precipita velozmente hacia un brutal desenlace. Muchos de los enigmas no quedan explícitamente resueltos, de manera que es el lector quien habrá de contestárselos.

Una intrigante trama, bien trabajada, con un lenguaje que es, a veces, muy escueto y directo: cuando el autor lo juzga necesario (algo que el lector agradece). Un buen libro, construido sobre diferentes líneas argumentales, a partir de una intriga que versa de lo amoral y provocativo.

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