Ricardo Adrián Steiner, El manual de Dímir (Buenos Aires: Contemporánea, 2009). 83 páginas.
Esta es una breve
recopilación de cuentos del género detectivesco, que adopta como título el del
primero. Están precedidos por una ‘Nota aclaratoria’ a cargo de Luisa
Anastasio, un prólogo que destaca algunas de las virtudes (que las hay) en
estos cuatro relatos.
Steiner se
deleita en plasmar paradojas y aparentes contradicciones: ‘El manual de Dímir’
presenta a un asesino-autor, Dímir, obsesionado en la preparación de un manual
para acabar con su enemigo, Fulson. El manual explora las diversas
posibilidades para llevar a cabo la ejecución. El desenlace aporta un cambio
radical de punto de vista narrativo: de pronto es Fulson quien nos está
contando la historia. El final no es únicamente sorprendente; se trata de una
ingeniosa solución de corte metaliterario.
Por nada del mundo llevaría tamaño peso a la espalda. Una Underwood. Fotografía tomada de Wikipedia. |
El segundo cuento
es ‘Buscando a Nelson’. El narrador es un viejo amigo de Nelson, escritor
“medio encorvado, como si con los años el peso de la máquina de escribir se le
hubiera subido a la espalda.” (p. 34) Aficionado a la ginebra a palo seco,
Nelson se presenta en un bar con un último relato, ‘El caso de Carmen’, el
definitivo, y le reta al narrador a encontrarlo a él, Nelson, en ese relato. Afanándose
por encontrarlo, el narrador se devana los sesos infructuosamente, leyendo y
releyendo el relato sin encontrar pista alguna. ¿Qué sorpresa le tenía
preparada Nelson? ¿Cómo concluye esta trama? ¿Fue Nelson mucho más avieso que
el narrador?
En el tercer
cuento, ‘La extraña muerte de Aníbal’, Steiner utiliza diestramente el recurso
de comenzar el relato del crimen por el desenlace, la muerte de Aníbal, y
retroceder en el tiempo hasta revelar la causa de la muerte de Aníbal, enlace
sindical de una empresa dedicado a rescindir contratos de manera amigable, y el
victimario, quien lo narra todo en primera persona.
El cuento que
cierra el volumen lleva por título ‘El quinto cadáver’, y es el más previsible
de los cuatro. El narrador, un portentoso investigador que se ha labrado una
excelente reputación y que vive de esos laureles recibe la llamada de Lorni,
jefe de la brigada y excompañero del narrador que investiga una serie de crímenes
que apuntan sin duda a un asesino en serie. ¿Sabrá descubrir a tiempo el
narrador quién es el asesino?
Con apenas 80
páginas, El manual de Dímir no deja de
ser una breve pieza de entretenimiento, carece de pretensión alguna por dejar una
huella de grandes presunciones literarias. Gracias nuevamente al Turco Anad por
facilitarme la lectura de este libro y otro
posterior del autor, La hora difícil.
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