Que la
inteligencia artificial continúa haciendo progresos asombrosos no es noticia. De
hecho, es evidente que en un futuro no muy distante las máquinas programadas y
los algoritmos van a suplantar la mayoría de las tareas y funciones que durante
siglos han realizado los humanos. La cuestión realmente candente es si esos
robots o androides o llámense como se llamen podrán adquirir rasgos esencialmente
humanos.
La Klara de
Ishiguro es una AF, una ‘Artificial Friend’. Pero resulta ser no solamente una
máquina diseñada para ser amiga y hacerle compañía a niños y jóvenes, pues es
también la narradora de esta novela. Sugiero no obstante fijarse en un importante
(en mi opinión) detalle gramatical de lo que acabo de decir: he utilizado el
género femenino. ¿Pueden los Artificial Friends adquirir y cultivar rasgos
tan humanos como ese?
El amigo artificial por excelencia para quien, como yo, tenga que cortar el césped varias veces al año. |
Al comienzo de su
relato, Klara cuenta cómo cada mañana se coloca en el escaparate de la tienda donde
está en venta. Klara y sus colegas se nutren de la luz solar. Dicha energía les
permite caminar, hablar, ver el mundo (en una suerte de pantallazos a la manera
de Windows, supongo) y, lo más importante, aprender a comportarse en el
contexto de la sociedad humana en la que van a vivir.
Un día entra en
la tienda Josie, una jovencita que parece estar padeciendo una enfermedad cuya
curación no parece posible. Tras la visita, Klara se ilusiona y espera pertinazmente
que vuelva a por ella. Finalmente Josie vuelve con su madre y compran su amiga
artificial. La vida en la casa de Josie supone muchos cambios, pero Klara
demuestra un gran poder de adaptación, algo que ya quisieran tener muchos
humanos.
El mundo en el
que viven Klara, Josie, la madre de Josie y el círculo de amigos y conocidos es
ciertamente similar al nuestro: hay polución muy nociva (que Klara relaciona
con unas máquinas que identifica como Cootings), y entre las nuevas
generaciones parece haber una selección de protegidos (entre los que no está el
amigo/vecino/novio de Josie, Rick). Ishiguro mantiene todos los aspectos que
pudieran apuntar a un lugar conocido (en los Estados Unidos) dentro de una imprecisión
premeditada, aunque la sociedad en la que se inscribe la historia de Klara es
inequívocamente la occidental.
Seguramente el
episodio que más desasosiego causa en la novela es la visita a Capaldi, una
suerte de artista con quien la madre de Josie ha estado negociando la producción
de un retrato de la hija: ante la creciente posibilidad de que sucumba a su
enfermedad, Capaldi explora la conversión de Klara en una reproducción de la
joven enferma.
¿Dónde estarán
los límites de la inteligencia artificial, si es que los vaya a haber? ¿Podrá
un robot reemplazar a personas tan importantes para nosotros como nuestras
amistades y demostrar empatía? Sabemos ya que hay máquinas diseñadas y
programadas para matar y hacer cumplir la ley. Alguien que sabe mucho de este
tema me confesó que dejó su trabajo y abandonó la investigación en robótica porque
los límites éticos que él quería respetar a toda costa estaban siendo erosionados
por sus superiores. Es, como mínimo, para estar intranquilos.
En todo caso, ciñéndonos
estrictamente a los aspectos puramente literarios de Klara and the Sun, Ishiguro
juega con nuestra capacidad para resistir con la incredulidad, realizando una arriesgada
apuesta al hacer del robot la narradora. El lenguaje mismo que emplea Klara es en
apariencia trivial: les habla a las personas en tercera persona (nunca
directamente, sin recurrir al «tú»). Pienso que es una estrategia deliberada
del autor. Nadie se va a identificar con un narrador que no habla como un ser
humano. ¿O sí?
Un buen libro con
muchos más matices e interrogantes de los que uno aprecia a simple vista. Lo
recomiendo.
Publicado en castellano como Klara y el Sol por Anagrama en 2021, con la traducción de Mauricio Bach; i en català, amb el títol de La Klara i el Sol, en una edició també d’Anagrama del mateix any, amb traducció a càrrec d’en Xavier Pàmies.
Hola! Siempre resulta muy interesante cuestionarnos este tipo de cosas, especialmente porque la respuesta normalmente está sometida a la especulación.
ResponderEliminarGracias por compartir! Un saludo ♥