Eleanor Catton, The Rehearsal (Nueva York: Reagan Arthur/Back Bay Books, 2011 [2008]). 309 páginas.
¡El mundo es un gran escenario/ y simples comediantes los hombres y mujeres! (Como
gustéis, II.vii.138)
Robert Smirke, The Seven Ages of Man: The Lover, 'As You Like It,' II, vii |
La primera novela de la
neozelandesa Eleanor Catton, quien hace dos años se merendó el Man Booker Prize
con su
más que esplendorosa The Luminaries,
juega no solamente con el concepto de la representación artística como ficción y/o
fingimiento, sino que experimenta también con la estructura narrativa propia típica
de la novela, con resultados muy satisfactorios.
A modo de resumen y sin dar apenas
detalles sobre su argumento y desenlace, podríamos decir que The Rehearsal combina el progreso no
necesariamente lineal de dos líneas argumentales por capítulos alternativos que
se confunden, como un Tigris y un Éufrates, en el capítulo final. Los capítulos,
a su vez, se componen de escenas fragmentarias y solo aparentemente
desordenadas.
La novela arranca con el escándalo
de un idilio amoroso entre una estudiante y el profesor de música en un instituto
de una ciudad neozelandesa, que nunca es identificada en la narración. La
historia de este tabú, el amor prohibido, será sin embargo utilizada por la
troupe de estudiantes de primer año del Instituto de Artes Escénicas local para
su proyecto teatral común de fin de curso. En realidad, y es algo que el lector
agradece a Catton, nunca queda claro hasta qué punto la relación entre Victoria
y el profesor de música debió ser motivo de escándalo.
Quizás el aspecto puramente
literario más atractivo de The Rehearsal
lo constituyan las constantes referencias a los conceptos de performance y rehearsal, es decir, la representación escénica y el ensayo. Pero
no son solamente referencias: Catton no se corta, no teme romper las reglas
(¿qué reglas?, imagino que muchos dirán).
Los personajes actúan en el papel de otros en una especie de representación paralela
de la historia ‘real’, en un juego de luces y sombras que la autora introduce
sin previo aviso. Es evidente que el lector tendrá que estar atento para no
perderse. No es novela para distraídos.
El gran tema de The Rehearsal (y en esto radica, a mi
entender, el título) es la adolescencia como época vital crucial, en la que la
persona ensaya qué clase de comediante va a ser cuando tenga que salir al
escenario real de la vida adulta. Es por eso que a través de los diálogos los
personajes indagan en los tabúes sexuales y de comportamiento social que quedan
ocultos detrás de la fachada socializada. Son temas de relaciones de poder en
la intimidad, de cómo se ejerce ese poder sobre la inocencia desde la base de
la experiencia, de qué es lo auténtico y qué es, al fin y al cabo, lo ilusorio,
lo representado, lo actuado.
Catton trabaja con pericia el
lenguaje de sus personajes, y lo hace con un propósito definido. Julia, por
ejemplo, puede pasar del habla cotidiana de las adolescentes al registro
erudito y elevado de una mujer adulta y segura en sus convicciones. Se trata
siempre de una actuación, no debemos olvidarlo, pero es una representación muy
atrayente, muy sugerente.
Quizás el personaje más enigmático
sea la profesora de saxofón, mujer madura que esconde un oscuro pasado de frustración,
capaz de manipular las emociones de sus alumnas y de echar abajo las defensas o
resistencias de las madres de aquéllas con palabras que parecen a veces más
balazos o aguijonazos que otra cosa. Es un gran acierto la contraposición entre
las escenas en el estudio de la profesora de saxofón, con sus hábiles interrogatorios
y manipulaciones, y los episodios en los que los estudiantes de arte dramático
pugnan por destacar y llamar la atención de los tutores. Resulta también llamativo
que el único profesor cuyo nombre no es revelado en toda la novela es el del
supuesto abusador de la estudiante, el profesor del grupo de jazz del
instituto, míster Saladin.
Si no la has leído, al igual que
recomiendo The Luminaries, te
recomiendo que lo hagas, y que disfrutes de este lúdico puzle que guarda tras
sus sombras y espejos una fuerte crítica a la sociedad actual y el sistema
educativo imperante. Está ya publicada en castellano por Siruela bajo el título
de El ensayo general, en traducción
de Tamara Gil Somoza.