25 nov 2020

Reseña: Modern Times, de Cathy Sweeney

Cathy Sweeney, Modern Times (Londres: Weidenfeld & Nicolson, 2020). 151 páginas.

Estoy seguro de que alguna vez habrás leído ese descargo de responsabilidad que aparece en muchas obras de ficción y en películas, que dice algo así: “Todos los personajes y situaciones que figuran en este libro (filme) son ficticios y cualquier similitud con personas reales vivas o muertas es una mera coincidencia”. En el caso de Modern Times, este pequeño volumen de los cuentos de Cathy Sweeney, lo anterior es prácticamente innecesario. No habrá quien se identifique con sus personajes, tenlo por seguro.

Podría comenzar diciendo que Sweeney, en cierta medida, se pasa casi todas las convenciones literarias por el forro de sus caprichos. Es decir, que le dan completamente igual. Son cuentos de la vida moderna, sí, pero la autora posee una visión muy personal, extraña, grotesca y excéntrica, de lo que es la vida moderna y de los males que nos aquejan.

De hecho, son cuentos de muy fácil lectura: la mayoría son muy cortos (solo uno de ellos supera las diez páginas), Sweeney escribe con un estilo cincelado, cortante, va muy al grano. Son bosquejos brutales en su simplicidad de personajes abandonados a su suerte, personas que han conseguido la habilidad de enfrentarse a defectos, carencias y fracasos, y que en muchos casos recurren a la imaginación y la originalidad para reinventarse y redefinirse.

Es por ejemplo el caso de ‘A Theory of Forms’, en el que una maestra cuenta cómo fue expulsada de la escuela en la que trabajaba: “Probablemente me habría quedado para siempre en esa escuela si no hubiera tenido sexo con uno de los estudiantes con problemas de aprendizaje.” (p. 88, mi traducción) Al ver una postal en el tablón de anuncios del trabajo (una postal de Roma que muestra una escultura de mármol) la mujer rememora el episodio que le valió la expulsión: “Cuando mi marido está fuera de la ciudad, a veces saco la postal del bolso y me quedo mirándola largo rato. A veces me estiro en la cama y me masturbo. Luego me tapo con el edredón, veo la tele y como papas fritas de un cuenco. No soy infeliz. Algunos días estoy hasta lo contrario de infeliz.” (p. 90-91, mi traducción)

¿Terapia conyugal voluntaria?

Un tema recurrente en la colección es la desintegración de la vida matrimonial. En ‘The Chair’, una mujer confiesa que ella y su marido han adoptado la costumbre de someterse mutuamente a sesiones de tortura en una silla eléctrica para poder tolerarse, dejar ir la ira que los atenaza y mantener el vínculo conyugal en marcha: “Cada vez que las cosas alcanzan su punto más bajo (quizás se le haya olvidado a mi marido que tenía que fregar los platos, o a mí me haya dado por fantasear con tener sexo con un colega del trabajo), pienso en una ocasión, hace ya unos cuantos años, cuando estaba mi marido en la silla. Acababa de administrarle la última descarga y estaba a punto de desatar las correas, cuando me di cuenta de que del oído le salía un hilillo de sangre. Cosas así, está claro, no se supone que deban pasar, pero nada hay que sea perfecto, ni siquiera la silla. Recorrí con el dedo el fino hilo de sangre desde su oreja hasta la mandíbula, y entonces, distraídamente, me llevé el dedo a la boca y saboreé toda la belleza y el dolor del mundo que jamás hayan existido, en un estallido de cerezas metálicas. No es algo que pueda olvidarse, eso.” (p. 95, mi traducción)

Si bien no todos los relatos alcanzan el mismo impacto, es innegable que, en general, Sweeney podría escandalizar a mucha gente. En ‘The Birthday Present’, un hombre recibe como regalo de cumpleaños una muñeca sexual completamente personalizada hasta el más mínimo detalle. Tras la muerte del marido, la mujer empieza a pasar horas y más horas en el cuarto que él había creado para su entretenimiento con la muñeca.

Y para almorzar hoy tenemos...
Modern Times es una bocanada de aire fresco en la narrativa actual. Lacerante, inconcebible y original, como las primeras líneas del cuento que abre el volumen, ‘A Love Story’: “Había una vez una mujer a la que gustaba tantísimo el nabo de su marido que le dio por llevárselo al trabajo en la fiambrera del almuerzo. Era al comienzo de su matrimonio y le marido todavía no había decidido qué podía llevarse ella y qué no (todavía estaban enamorados), de manera que le consintió ese pequeño pecadillo.” (p. 1, mi traducción) Si eso te ha parecido excepcional, el cuento termina así en la página siguiente: “Lo curioso fue que, años más tarde, cuando el marido, de uvas a peras, se llevaba la mano a la entrepierna y encontraba que el nabo seguía allí, bien colocado, experimentaba una intensa, aunque fugaz, nostalgia por los viejos tiempos.” 🤣🤣🤣.


22 nov 2020

Reseña: Here and Now. Letters 2008-2011, de Paul Auster y J.M. Coetzee

Paul Auster y J.M. Coetzee. Here and Now: Letters, 2008-2011 (Nueva York: Penguin, 2013) 248 páginas.

Este intercambio de cartas entre dos pesos pesados de la literatura en lengua inglesa cumple ahora casi una década. Digo dos pesos pesados, e inmediatamente me arrepiento. Confieso no obstante que no conozco bien la obra de Auster (sí vi en su momento dos de sus películas neoyorquinas, Smoke y Blue in the Face), y que tampoco puedo considerarme experto conocedor de la de Coetzee, al que debería leer más a menudo. Es algo incuestionable que se trata de dos escritores de muy diferente nivel: algo que también se aprecia claramente en este volumen. No en vano uno de ellos ha ganado el Booker en dos ocasiones, además de recibir el Nobel de Literatura.

Pero este intercambio de misivas es un juego impostado: la recopilación no es resultado a posteriori de la decisión de ambos interlocutores de publicar su correspondencia (que se hace en una mezcla de cartas y faxes, además del raro email enviado a la esposa de Auster – que no usaba email en esa época, y supongo sigue sin hacerlo), sino algo deliberado e ideado para la publicación. El lector debe, por lo tanto, tomar este libro con una pizca de desconfianza: ¿Es algo completamente genuino y espontáneo lo que está leyendo?

"You've got mail?" Auster, su esposa y Michelle Bachelet en abril de 2014. Fotografía del Gobierno de Chile.

En sus cartas tratan de casi todo: en julio de 2008 comienzan por la amistad, y de ahí pasan a deportes, el acto (¿el vicio?) de la escritura, la irrupción del teléfono móvil en nuestras vidas, tabúes como el incesto, el irresoluble problema de Israel y Palestina, la crítica literaria y las personas que la realizan a cambio de unos ingresos, el insomnio que padece Coetzee, la vejez, autores imprescindibles como Kafka y Beckett, y mucho más. Y finalmente la recopilación concluye a finales de agosto de 2011 con una carta de Coetzee, en la que se congratula por la caída de Gadafi (ejecutado tres meses más tarde) y celebra la revolución: «Puede que sea eso de lo que verdaderamente vayan las revoluciones, quizás sea eso todo lo que deba uno esperar de ellas: una semana o dos de libertad, de regocijarse por la fuerza y la belleza que uno posee (y de que te quieran todas las chicas), antes de que los hombres viejos y canosos reafirmen su dominio y la vida vuelva a la normalidad.» (p. 244-5, mi traducción)

Visca la Revolució! John Maxwell Coetzee en Cracovia. Fotografía de Mariusz Kubik.  
Es uno de los muy pocos ejemplos por los que Coetzee bien pudiera lamentar haber escrito algo tan simplista. Y, por supuesto, extraer una frase de un texto es en cierta medida injusto con quien la ha escrito. El mundo entero lleva ya meses deseando que la vida vuelva a la normalidad, pero son pocos los que aventuran cómo será la normalidad en los próximos años, si es que volvemos a algo que tenga visos de normal.

En esos tres años, Coetzee y Auster coinciden en varios puntos del globo, con motivo de festivales literarios y de cine, conferencias varias, vacaciones, etc., cuando volar era fácil y no era necesario pertrecharse de mascarillas ni hacerse pruebas para poder embarcarse.

Here and Now ha envejecido rápidamente, no cabe duda. Al principio la correspondencia abre el paso al trueque de ideas, caminos un tanto inesperados y enfoques personales que resultan atrayentes, incluso ocurrentes. Por ejemplo, la idea de Auster de trasladar Israel al estado de Wyoming y solucionar de un plumazo los conflictos geopolíticos del Oriente Medio. Con el paso de los meses, la fórmula se vuelve menos efectiva, y solamente algunas contribuciones de Coetzee salvan (en parte) el volumen.

Como experimento editorial, supongo que fue ingenioso en su día. Ahora, en noviembre de 2020, pienso que es una anécdota. El libro se publicó en muchos países y se tradujo a muchos idiomas (en castellano, Aquí y ahora, (Anagrama-Mondador) traducido por Benito Gómez Ibáñez y Javier Calvo; en català, Ara i aquí, (Edicions 62) amb traducció d'Albert Nolla Cabellos i Udina Abelló. Con el paso del tiempo quedará como mera reliquia de bibliotecas, tanto públicas como privadas, y poco más.

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