La adaptación televisiva de esta novela de Tsiolkas, que ha sido un gran éxito en Australia, empezará a emitirse por el canal ABC1, de la televisión pública australiana, este jueves.
Hace ya dos años, en 2009, publiqué una reseña que hice de la novela en la revista Espéculo, y que llevaba por título ‘Una sonora bofetada a la conciencia’. Si te interesa, esa reseña la puedes leer aquí. Al año siguiente, y en otro artículo que publicó la revista Caràcters, de la Universitat de València, mencionaba que The Slap se había colado casi por sorpresa en la lista de las 20 novelas australianas preferidas por los lectores australianos, lo que demostraba el impacto que estaba teniendo aquí.
Tsiolkas crea un relato de ritmo rápido y lenguaje directo, lleno de exabruptos; es el lenguaje de las calles de Melbourne, para el que Tsiolkas demuestra tener un oído excelente. Con su tema central, Tsiolkas rasca por debajo de los miedos y prejuicios de la clase media australiana, planteando un estudio sin demasiada empatía por los personajes; lo que encuentra es mucha hipocresía y una enorme bajeza moral.
Podría sugerirse que lo que Tsiolkas presenta al lector es un dilema ético; y, como la mayoría de dichos dilemas, no parece que tenga una fácil respuesta. En la trama, de hecho, tienen lugar dos bofetadas, que recibe un mismo niño, una al inicio de la novela y otra justo al final. Lo que Tsiolkas ofrece al lector entre la una y la otra es la posibilidad de indagar, con una mirada bastante profunda, en la intimidad de ocho personajes. Ninguno de los ocho sale bien parado, por cierto.
Puedes ver el video promocional de la serie debajo. Dado que la novela ya ha sido traducida y publicada en castellano, es de suponer que muy pronto llegue a las televisiones del resto del mundo. Las primeras reseñas de la adaptación televisiva (para los que tienen la suerte de ver el ‘sneak preview’) son bastante elogiosas: por ejemplo, la del editor de la sección literaria de The Australian, Stephen Romei, que puedes leer y/o ver aquí (en inglés).
Esta novela me provocò una reacción violenta. La odio. Odio los caracteres, su lenguaje, su comportamiento. Es más - no encuentro en absoluto que el autor desarrolló personalidades completas. Son todos caricaturas de muy poca profundidad, especialmente las mujeres que no llegan a tener más que una dimensión. El autor demostró que no sabe nada de la juventud - nada de su comunicación, valores y acciones - tan fuera de la realidad que me fue cómico. El colmo es las descripciones s*xuales - estoy completamente de acuerdo con el periodista de The Canberra Times que le hubiera nominado por un supuesto premio internacional del s*xo mal escrito. Dicen que la serie que van a pasar por la tele es mejor. Para mi, sería muy dificil ser peor. Entiendo que esta novela ha sido muy apreciada - pero la mia es una opinion compartida con muchas mujeres que viven en Melbourne. Vale la pena pensar por qué. Gracias por brindar su perspectiva - pero para mi esta novela no tiene remedio.
ResponderEliminarTodos tenemos derecho a formarnos nuestra opinión, sin duda alguna. No creo que Tsiolkas haya creado caricaturas; es posible que algunos de ellos estén un poco al borde del estereotipo; pero si piensas en personajes como Harry y Hector, creo que sí hay perosnas así, existen en Melbourne, eso no se puede negar. Vi anoche el primer episodio, y me gustó, pero me molestó la intrusión de la voz del narrador: los comentarios en off extraídos literalmente de la novela. ¿Necesita el espectador que le guíen de esa manera? ¿Acaso no tiene el espectador (que en muchos casos ya ha leído la novela, estoy seguro) la suficiente enjundia crítica como sacar sus propias conclusiones de lo que ve y oye?
ResponderEliminarGracias por el comentario, Deb.
A mí me sucedió lo mismo que dice J.Salavert la serie me parece mucho más "literaria" en el peor sentido, con esa voz en off innecesaria y tan pretenciosa, que nos retrotrae a lo peor de "American Beuty".
ResponderEliminarLa novela sí me gustó en cambio y me pareció mucho más descarnada en lo esencial, algo que no pretendía el autor, no hay izquierda-derecha, hombre-mujer, blanco-negro, ateo-religioso, solo ARRIBA Y ABAJO. Al final todas las decisiones están determinadas económicamente, la gente que creé ingenuamente en cuentos de hadas "todos somos iguales" etc lo que algunos llaman el pensamiento débil, sustituyente del hay por el debe, la vida no es justa, los políticos hipócritas etc, se da de bruces con la cruda realidad.
Hola Terry, y gracias por tu comentario.
ResponderEliminarAhora que ha terminado la serie de TV ya nos es posible hablar de The Slap como un total, pienso. Y la verdad es que decepciona, ¿no? No entiendo por qué el último episodio suprime la segunda bofetada al niñato, la que le da Richie.
En fin, como siempre, la TV adapta la literatura a su manera, pero no resulta totalmente satisfactoria.