La crónica de la Partición
del territorio en 1947 de lo que había sido parte del Imperio británico tras la
II Guerra Mundial no terminó hasta 1971, año en que lo que se había denominado
Pakistán Oriental se independizó de Pakistán, formando un nuevo estado, llamado
Bangladesh. Como en tantos otros lugares, la convulsión político-social de esos
años entre una fecha y otra empujó a miles de personas a emigrar y buscar una
vida mejor.
Hashim y su
familia son los protagonistas de esta novela, la primera que publica esta joven
autora británica, situada en tres décadas: desde 1960 hasta 1982. El primero en
llegar a Manchester es Rofikul, primo de Hashim, quien le escribe y convence
para que haga las maletas y acuda al lluvioso y frío norte de Inglaterra.
Trabajo, dice
Rofikul, no le va a faltar. Tampoco las desagradables experiencias que demasiados
inmigrantes padecen: un fuerte ajuste cultural en el mejor de los casos; racismo,
violencia y marginación en la peor de las experiencias.
Transcurridos los
primeros meses, Hashim decide que ya es hora de que se le una su esposa Munira.
Rofikul, por su parte, ha congeniado muy bien con una joven irlandesa, Helen.
De hecho, tras muchos meses de convivencia, Helen se queda embarazada y optan
por casarse. Pocas horas antes del parto, Rofikul parte sin dar razón alguna y
sin dejar señas.
Sin dejar de ser
una novela muy convencional, Hashim & Family narra una historia que,
en gran medida, nadie había novelado hasta ahora. Ha habido narrativas de la
experiencia migratoria en Inglaterra desde muchas otras partes del mundo, pero
no de Bangladesh.
La principal objeción
que le pongo a la obra es la falta de dinamismo narrativo. Es completamente
lineal y el punto de vista es único: la voz omnisciente de la narradora, cuya
identidad británica es preponderante, incluso cuando la trama se traslada a Bangladesh
para contar las atrocidades del ejército pakistaní durante el movimiento hacia la
independencia.
La novela habría
ganado muchísimos enteros si, por poner un ejemplo, en lugar de contarle al
lector que el hijo de Rofikul comienza a escribirle cartas a su padre en
Bangladesh, las epístolas del joven Adam hubieran sido incluidas, arriesgando algo
con una variación narrativa. La trama, por lo demás, abunda en giros
predecibles, momentos amargos y triunfos que son lo habitual en toda historia
de migrantes.
No cabe ninguna duda de que es necesario seguir desvelando las historias vitales de los inmigrantes asiáticos a Occidente. Es una realidad tremendamente actual, de hecho. Son muchos los jóvenes que buscan un futuro mejor en países como Australia – o como España, donde una banda disfrazada de partido político que, al tiempo que se declara democrático ensalza la figura del dictador fascista que ejerció de jefe del estado hasta su muerte. Hashim & Family, pese a sus benignas intenciones, no deja de ser una novela más del montón.
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