|
La antigua ciudad de Pergamon preside lo que hoy es la moderna Bergama. |
Antes de visitar
Turquía me pasó por la cabeza la idea de que quizás la famosa hospitalidad
turca se tratara de un tópico tan ampliamente extendido que había terminado por
convertirse en leyenda turística, en una especie de mito. Pero después de haber
pasado cerca de cuatro semanas en el país, visitando una buena parte de su
territorio como turista, puedo decir que lo mejor de Turquía es su gente. Y no
creo que se trate de una aseveración gratuita.
|
El puerto de Babakale |
Es una perogrullada
decir que el sector turco del turismo vive de los ingresos que los visitantes
aportan a la economía. No puede ser de otro modo, pero la sensación que me ha
quedado es intensamente positiva. Allá donde vayas en Turquía vas a encontrar a
personas que harán lo indecible por hacerte que te sientas cómodo, y eso es
algo que (al menos en mi experiencia, y he viajado un poco) uno no experimenta en todos los rincones del planeta. Puede que esta
impresión no sea absolutamente cierta en el caso de Estambul; al fin y al cabo,
es una gran metrópolis y como gran ciudad que es, es posible que se apliquen
reglas menos generosas en lo que concierne el servicio al cliente.
|
Testi kebap: ¡ábrete, sésamo! |
En ese sentido, de
Turquía me he venido y me he quedado con un excelente sabor de boca (y no lo
digo solamente por la excelente y sabrosísima comida que te ofrecen en todas
partes). A esa impresión ha contribuido el hecho de que en casi todos los
sitios donde paramos la gente, tras observar mi aspecto físico, me tomaba por
turco y se sorprendía de que no lo fuera. Las cuatro frases del idioma que
logré memorizar ciertamente sirvieron para mucho en algunos lugares apartados
del beaten track.
|
Cocido al horno en ánfora de barro. Delicious! |
Y si bien no soy
partidario ni acostumbro a hacer recomendaciones en sitios como TripAdvisor (por no hablar de otras
redes sociales a las que nunca me he acercado, ni pienso hacerlo), voy a hacer
uso del blog para mencionar a personas y establecimientos, que dejaron una
estupenda huella en mi memoria.
|
Can't remember his name, but he cooked us the best, freshest fish platter ever! Teşekkür ederim! |
Comenzaré por un
pequeño restaurante-hostal en un pueblecito costero de pescadores, un lugar
llamado Babakale (‘el castillo del padre’), donde el joven Nasim y su baba nos prepararon en un abrir y cerrar
de ojos un sencillísimo pero exquisito almuerzo, y pese a las insalvables
dificultades idiomáticas nos explicaron cómo llegar a la playa más cercana. A
Babakale llegamos más o menos por casualidad, y después de visitar el castillo
(el último que construyera el Imperio Otomano, según informan las guías) nos
marchamos, cuando en realidad debiéramos habernos quedado un par de días.
Inolvidable.
|
Sunday lunch at Babakale...Thanks, Nasim! |
La maravillosa
hospitalidad de los turcos ha quedado también grabada merced a personas como
Asif, quien regenta el Hotel Anil en Bergama, o la de Hassan y su familia en
Pamukkale, o la de Harry y sus ‘gatitos’ en la ANZ Guesthouse en Selçuk. Será
también imborrable el buen humor de Isa (Suso) en Olüdeniz, quien a las dos
horas de que hubiéramos llegado al pueblo ya me había hecho sentirme uno más,
con solo un pequeño empujoncito.
|
Anything but... |
Incluso en una gran ciudad como Estambul hay
personas que, como Efes, se esfuerzan por ganarse unos cuantos clientes en un
mercado muy competitivo con su gran sentido del humor, anunciando que en su
establecimiento ofrece “cerveza caliente, comida atroz y pésimo servicio”.
|
Pamukkale (El castell de Pamuk) |
Es pues cierto que
la acogida al foráneo en Turquía es excelente. La sensación de bienvenida se
acrecienta con unas comidas sabrosísimas, sanas y sencillas. A quien vaya a
Bergama, le recomiendo acudir a un humilde restaurante llamado Meydan, sito en
el número 17ª de M. Yazici Caddesi, donde preparan el mejor arroz con leche del
mundo, y donde probé un exquisito postre llamado Kemal Pasha (en honor a
Atatürk) que no volví a encontrar en ninguna otra parte de Turquía.
|
Asklepion, Bergama |
A todo esto se
añaden pequeños (pero importantes) detalles que refuerzan una impresión general
de excelencia en lo relativo a la hospitalidad turca. Es el caso de un
desconocido, que condujo varios kilómetros por las calles de Aksaray hasta indicarnos
la salida a la carretera rumbo a Nevşehir. A los pocos kilómetros llegamos a
una joya histórica, un majestuoso caravasar en la antigua Ruta de la Seda,
magníficamente conservado y poco conocido, libre de las muchedumbres que todo
lo invaden y ensucian (y no es que los propios turcos se preocupen por no dejar basura - por desgracia, en la mayoría de los sitios no es así). Una verdadera gozada y un privilegio.
|
El caravasar en las afueras de Aksaray |