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15 abr 2015

Wave Rock

La erosión, el paso de los siglos y el capricho propio de la naturaleza se han aliado pata formar esta curiosa muralla de granito que semeja una ola de esas cuyas dimensiones y especial curvatura muchos surfistas bien quisieran poder aprovechar.


Wave Rock, esta curiosa atracción turística, se halla en las afueras de un pequeño pueblo de Australia Occidental llamado Hyden (población 400 habitantes). Forma parte de una cadena de bajas colinas muy desgastadas por la erosión. Se calcula que comenzaron a formarse hace unos 60 millones de años. En los alrededores de Hyden se pueden visitar también lagunas saladas y la característica vegetación de la sabana australiana. Si no fuera por Wave Rock, Hyden ni estaría en los mapas.


Un dato curioso: a fines del siglo XIX, cuando la zona comenzó a ser colonizada y explotada por los europeos, abundaban los árboles de los que se extrae la madera de sándalo. Hoy en día apenas quedan unos pocos ejemplares. Los europeos cortaron la mayoría de ellos sin preocuparse de llevar a cabo una repoblación.

1 ene 2015

Nochevieja en Kosciuszko: 2014


Dado el coste del pase del telesquí en verano, me queda claro que los caminantes subvencionamos en parte a los aficionados a la bicicleta de montaña.
Dado el elevado número de personas que decidieron hacer lo mismo que nosotros y lo recorrieron el último día del año, es muy posible que la ascensión al Monte Kosciuszko se esté convirtiendo en una especie de peregrinaje estival de “obligado” cumplimiento. Y eso que es más que probable que resulte ser una de las caminatas más costosas del mundo. Además de la entrada al Parque Nacional de Snowy Mountains (A$16 por coche y día), quien quiera comenzar el recorrido cercano a las 4 horas (ida y vuelta) desde la estación meteorológica de Thredbo, al final del telesilla que sube desde el valle, tendrá que apoquinar otros A$68 (pase familiar de un día).

Inicio del paseo
Kosciuszko es el punto más alto del continente australiano, a pesar de sus modestos (si no ridículos) 2.228 metros sobre el nivel del mar. La ascensión es por lo tanto más simbólica que otra cosa: una vez eliminada la durísima subida desde el valle gracias al telesquí, el camino apenas reviste dificultad. El sendero es muy amplio y la mayoría del recorrido se hace sobre rejillas de acero (para proteger el terreno de la terrible erosión que de otro modo causarían los miles de botas y zapatillas que pasan por allí a diario). Los desniveles son mínimos, comparados con otros senderos locales o extranjeros.

Lake Cootapatamba
A pesar de las más que visibles indicaciones en sentido contrario, no obstante los avisos tan prodigados a lo largo de todo el camino, todavía hay que personas que se salen del sendero marcado y deambulan por un ecosistema que es increíblemente frágil. Por desgracia, también pululan esos auténticos “nazis” del ejercicio físico que, pese a la expresa prohibición que se exhibe al principio del camino, completan el sendero a la carrera, en sus estridentes uniformes de licra. Envoltorios de chocolatinas, pañuelitos de papel y otros desechos también quedaron allí arriba en lugar de volver con sus dueños a la “civilización” para que pudieran terminar en una papelera, donde corresponde.

Flora alpina
Lo anterior forma todo parte de un trastorno social contemporáneo (¿una enfermedad, quizás?), un comportamiento psicopático que desprecia el bien común, el bienestar de todos, en favor de la gratificación de deseos personales, y cuyos pacientes probablemente justifiquen interiormente con tres palabras: because I’m special.

El tramo final
El 31 de diciembre de 2014 la temperatura en Thredbo Top Station no llegó a superar los 15 grados. La sensación térmica no llegó en ningún momento a los 10 grados centígrados, más que nada por el viento de poniente (ojo al dato: el día anterior la sensación térmica no superó los cero grados en ningún momento). Aun así, por la cima de Kosciuszko pasaron ayer, día de Nochevieja, centenares de personas, incluidas muchas familias con niños pequeños. Cerca de la cumbre, los cuervos se hacían ver entre los pocos restos de nieve que quedaba del invierno (significativamente mucha menos que hace cinco años, la última vez que había estado en esa parte del mundo).

A mis pies, Australia

Tras 18 años de vida en Australia, sin duda alguna ya era hora de realizar mi primer ascenso a Kosciuszko. No será el último, espero, pero este tipo de peregrinajes no me interesa.

10 mar 2014

The Big Hole

A unos cuarenta kilómetros al sur de Braidwood, en Nueva Gales del Sur, comienza un sendero que conduce a lo que se conoce como 'The Big Hole', una impresionante sima de unos 90 metros de profundidad. Desde el aparcamiento hasta el mirador de la sima hay apenas dos kilómetros en un suave ascenso que cruza bosque de eucaliptos y matorral bajo.

El sendero obliga a cruzar el río Shoalhaven, y será necesario quitarse el calzado antes de hacerlo. Si hace buen tiempo, al regreso es posible darse un pequeño chapuzón y refrescarse.


Braidwood es un simpático pueblo entre Canberra y la costa. La gran poeta australiana Judith Wright, una de las más importantes voces en defensa del medio ambiente y de los derechos de los indígenas australianos, vivió en Braidwood las tres últimas décadas de su vida. Wright falleció en junio de 2000.


"Wisdom can see the red, the rose,
the stained and sculptured curve of grey,
the charcoal scars of fire, and see
around that living tower of tree
the hermit tatters of old bark
split down and strip to end the season;
and can be quiet and not look
for reasons past the edge of reason."

Del poema 'Gum Trees Stripping' de Judith Wright  

8 abr 2013

Un projecte de futur: l'arborètum de Canberra



Wide Brown Land
Fa un parell de setmanes va obrir-se al públic el nou arborètum de Canberra, un ambiciós projecte de futur, una solució molt pràctica amb elements de bellesa natural, i que té les seues arrels ben posades al passat.

Durant l'estiu del 2003, uns incendis que començaren a les muntanyes del sud de Nova Gal·les del Sud, provocats per llamps de tronades seques, travessaren els boscos fins arribar a les rodalies del territori de la capital federal. Van morir quatre persones, i més de quatre-centes sofriren ferides; més de cinc-centes llars van ser destruïdes. Vora el 70% dels terrenys dels parcs naturals, les pastures i els boscos de pi que rodejaven els barris de l'oest de Canberra van desaparèixer sota les flames, en lo que va ser una paorosa i descomunal llengua de foc. Arrossegades pels forts vents, les cendres arribaren a llocs a més de dos-cents quilòmetres de Canberra.



Tot aquell mes de gener del 2003 va ser un temps d'una calor asfixiant, la qual ens posà prop de límits gairebé atroços. Molts dies d'aquell mes el vent del desert, que és el cor indiscutible d'Austràlia, bufava amb el seu alè infernal des de les primeres hores del matí. La meua filla Clea va néixer el 3 de gener, en circumstàncies que vaig esmentar dins d'un llarg poema en pentàmetres iàmbics en anglès, el qual mai no he publicat:

January was a scorcher, the fires swept
Mountains, hills and paddocks, and dark plumes rose
In the sky while you lived your first few weeks.
And one day the desert wind visited:
At noon we felt our faces burning outside,
Pummelled by the wind, and retreated back
To the barely perceptible coolness
The ceiling fans hopelessly tried to give us.
D'aquella destrucció, d'aquelles cendres, com si d'una au fènix es tractara, va sorgir aquesta meravellosa idea. El lloc on ara s'estén l'arborètum era una vasta plantació de pins, que va ser arrasada per l'incendi. L'anterior Chief Minister del territori, Jon Stanhope, després de fer consultes, va prendre la decisió de crear, a l'espai on abans hi havien pins destinats a ser material de construcció, un parc ple d'arbres per a les pròximes generacions de Canberra.

Cal pensar que l'arborètum esdevindrà una gran atracció per als nombrosos visitants que rep la capital australiana. Les faldes de les colines que formen l'arborètum han estat plantades amb arbres de diverses espècies: hi han dragos canaris, arbres de ferro de Pèrsia (Parròtia Persica) cedres de l’Himàlaia, bedolls, i d'altres varietats i tipus; a més, és clar, eucaliptols de moltes varietats.


Parrotia persica. Darrere, protegits amb xarxes, dragos canaris.
El projecte ha comprés també la construcció d'un gran recinte, amb cafeteria i espai per tota mena d'exposicions, i d'altres actes. Hi hauran camins i senders per passejar a peu i en bicicleta. Només fa falta paciència: els arbres tarden anys en créixer. Els projectes també porten anys en desenvolupar-se.

Aquest és un projecte de visió de futur. És també una esplèndida idea amb un propòsit molt encertat: transformar un paratge que hauria quedat gairebé desèrtic en una zona verda i boscosa, la qual heretaran els nostres néts i nétes, i moltes més generacions que seguiran gaudint dels nostres, dels seus amics: els arbres.



9 feb 2013

Postcards from Vietnam: 4


Nature is kind of fanciful. It is ultimately the whim that we cannot explain. It creates sublime, beautiful, attractive shapes that become unforgettable. And as time goes by – imperceptibly for us, who will at best enjoy seventy-odd years on the planet – inexpressible beauty emerges from the chaos. Halong Bay was formed that way.



I cannot really say in what sort of weather it is best to discover Halong Bay. It probably matters not. There is an overwhelming magic to this part of the world, but it is revealed to the visitor both through shades and though brightness. Absence of sunshine or glaring sunlight may render one location as something completely different one day to the next.



Halong Bay was listed as a World Heritage Site in 1994. This marvellous place faces many threats and challenges: among them, the pollution of the waters seems to be a matter that needs urgent attention. On Halong Bay waters are floating tonnes of plastic and polystyrene. It is fast becoming a floating rubbish dump.



La naturaleza es, por así decirlo, caprichosa. Es a fin de cuentas un capricho que nos resulta inexplicable. La naturaleza crea formas sublimes, hermosas y atractivas, y resultan ser inolvidables. Conforme pasa el tiempo – de manera imperceptible para nosotros, que en el mejor de los casos disfrutaremos de unos setenta y pico años en el planeta – del caos emerge una belleza inexpresable. Así se formó Halong Bay.




No me atrevo a decir en qué clase de tiempo es mejor descubrir Halong Bay. Probablemente no importe. Esta parte del mundo posee una magia irresistible, pero al visitante se le revela tanto por medio de sombras como de luz. La ausencia del sol o su presencia deslumbrante pueden hacer que un lugar sea completamente diferente de un día a otro.




Halong Bay fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994. Este maravilloso lugar se enfrenta a muchas amenazas y retos: entre ellos, la contaminación de las aguas parece ser un asunto que requiere atención urgente. En las aguas de Halong Bay flotan toneladas de plástico y de poliestireno. Se está convirtiendo rápidamente en un vertedero flotante.

Las corrientes amontonan la basura

1 nov 2012

Noviembre-El diablo de Tasmania

El diablo de Tasmania (Sarcophilus harrisii) no es en realidad tan simpático como en los dibujos animados
El revoltoso y simpático animalito de los dibujos animados de Looney Tunes, Taz, guarda pocas similitudes con el marsupial carnívoro que más gente asocia con la isla de Tasmania. El diablo de Tasmania tiene el tamaño de un perrito y es el mayor marsupial carnívoro que queda en el mundo, tras la desaparición del tigre de Tasmania.

Durante nuestras vacaciones de finales de 2011 y principios de 2012 pudimos ver varios ejemplares en cautividad en el Parque de Conservación del Diablo de Tasmania en las afueras de Taranna, a unos dos kilómetros de Eaglehawk Neck y Pirates Bay. ¿Qué se puede contar de este simpático icono? Mucho, pero no todo es tan agradable como en el mundo fantástico de los dibujos animados.

El diablo caza animales más pequeños, pero su alimentación depende mucho más de la carroña, es decir, de los cadáveres de animales muertos (que lamentablemente abundan en las carreteras de Tasmania, por cierto). No sabe absolutamente nada de modales y de decoro en la mesa. Apesta, no nos engañemos. No tiene, ni busca hacerse amigos. Peleará con una fuerza increíble por un trozo de carne maloliente, con uñas y dientes (especialmente estos últimos, muy afilados). Los machos se pelean entre sí por las hembras, y en ese aspecto resultan muy similares a algunos humanos. Son nocturnos, muy vivaces, capaces de trepar árboles y cruzar ríos. Su gruñido es bastante desagradable.

Hubo un tiempo en que el diablo de Tasmania también habitaba el continente australiano; los científicos atribuyen su extinción allí a la progresiva desertificación del continente. Desde mediada la década de los 90, una enfermedad cancerígena transmisible está decimando la población de los diablos. La especie está ya declarada en peligro de extinción.

1 sept 2012

Septiembre-Wineglass Bay



La foto, pienso, habla por sí sola de la belleza de este paraje. Desde el mirador, Wineglass Bay, imponente en su serenidad, deslumbrante en su hermosura, insondable en su perfección, tal y como aparecía un cálido día de enero de 2012 bajo una insólita neblina que proyectaba unas extrañas sombras, tristezas que parecían deslizarse por el manto de arbustos que cubre la península de Freycinet.

Una capa de arena blanquísima delimita la caricia del mar, mientras al fondo, gasas tenues de un inexplicable algodón lamen las colinas. Desde el mirador, tanta belleza y tanta perfección no cansan la vista. Sería fácil quedarse ahí, sentados en las rocas, guarecidos de la quema que los rayos ultravioleta le infligen a nuestra piel, saboreando el equilibrio de las formas, colores y olores, disfrutando de una paz estética, de una singular armonía que ningún edificio, ninguna ciudad, ninguna construcción hecha por mano humana ha podido ni podrá alcanzar.

A poco de haber dado inicio al sendero que trepa hacia el mirador, a apenas un metro de mis pies, una serpiente de unos dos metros, un ejemplar de una de las especies más venenosas que viven en estas tierras (creo que se trataba de una tiger snake), cruzó el sendero y se escurrió ante mí desapareciendo entre la maleza.

Al igual que en distintas medidas y proporciones en cada uno de nosotros, hay en la naturaleza un poco de todo: bondad y malignidad, hermosura y mortandad, serenidad y terror.

1 ago 2012

Agosto-The Blowhole

The Blowhole, cerca de Eaglehawk Neck, Tasmania


A lo largo de milenios, el embate continuo de las olas del Océano Pacífico en la costa este de Tasmania ha ido creando esta formación, llamada The Blowhole [el Orificio]. Las olas abrieron una brecha en la roca arenisca de los acantilados, formando un pasadizo marino que desemboca en una pequeña cala. Con la marea alta, es un gran espectáculo ver entrar las olas, escuchar el estruendoso fragor que hacen al recorrer el enorme boquete creado y cuando rompen contra las rocas en el interior de la cala.

El área está naturalmente cerrada al público, por motivos de seguridad. Es un lugar de parada casi obligatoria camino de Port Arthur, más al sur en la península de Tasman, y que está a muy poca distancia de Eaglehawk Neck y Pirates Bay.

Por cierto, para los que tienen por costumbre saborear la comida autóctona de cada lugar que visitan, lo más recomendable es comerse un buen ‘scallop pie’, es decir, un pastel relleno de vieiras (u ostiones) abundantes en la zona, preparadas en una cremosa salsa, y que venden desde un café-furgoneta, apostado a pocos metros, en el mismo aparcamiento desde el que se accede al Blowhole. Por desgracia, como suele ser habitual en Australia, si tu intención es acompañarla de una cervecilla, será mejor que lleves alguna en el coche, pues los dueños de la furgoneta no venden bebidas alcohólicas.

16 jul 2012

Australian Wildlife

Spotted by the road between Broken Hill and Menindee, this emu tried to hide, Trouble is, in the outback, you can run, but YOU CAN'T HIDE!

1 may 2012

Mayo: Russell Falls

Russell Falls, Tasmania
Ubicadas en el borde oriental del Parque Nacional Mount Field, estas cataratas no destacan por su altura sino por la innegable belleza que poseen. Ya en 1899 su imagen fue seleccionada para que sirviera de anzuelo en la incipiente industria turística de la isla de Tasmania. A las cataratas se llega por un sendero muy bien señalizado, el cual te hace pasar junto a gigantes vegetales, eucaliptos que en algunos casos superan los 60 metros de altura, y que son las plantas con flor más altas del planeta. La zona se ha hecho accesible incluso para discapacitados y padres que lleven a bebés en carritos.

Otra especie que destaca por su presencia y majestuosidad es la del helecho gigante; algunos ejemplares cerca de las cataratas alcanzan los tres metros de altura. Como muchísimos otros rincones de Tasmania, Russell Falls, en Mt Field National Park, es una parada casi obligatoria en cualquier itinerario que quiera incluir los sitios más pintorescos y hermosos de la isla.

Pienso que la foto habla por sí sola. Un caso que demuestra la máxima ya sabida: la imagen dice más que mis palabras.

1 feb 2012

Febrero-Franklin River: los orígenes del movimiento de Los Verdes en Australia

Franklin River desde el mirador de Donaghys Hill, en el Parque Nacional Franklin-Gordon Wild Rivers


Entre los hechos más significativos de la historia reciente de Tasmania, cabe destacar sin lugar a dudas la lucha por la protección de un área de altísimo valor ecológico. Me refiero al Parque Nacional Franklin-Gordon Wild Rivers, área protegida ahora, pero que en su día fue amenazada por un enorme proyecto hidroeléctrico.

En 1978, la Comisión Hidroelectrica de Tasmania anunció la construcción de una presa en el cauce del río Franklin. Ya en la década de los 60 y principios de los 70 la isla había visto la creación de tres grandes presas, que fueron recibidas con grandes protestas.

Como resultado del anuncio del proyecto del río Franklin, se consolidó de forma definitiva el que fue en sus inicios un pequeño movimiento de oposición. Tres organizaciones, Tasmanian Wilderness Society (liderada por el que es ahora veterano líder de Los Verdes, Bob Brown), Tasmanian Conservation Trust y Australian Conservation Foundation concertaron sus esfuerzos en una campaña para la concienciación de los ciudadanos de Tasmania.

El conflicto se prolongó durante mucho tiempo y atrajo la atención de la prensa internacional, y hasta se piensa que propició la caída del gobierno liberal de Malcolm Fraser en 1983. Se produjo un bloqueo por parte de los medioambientalistas, y el gobierno estatal de Tasmania respondió con dureza, y penas de cárcel para los que protestaban.

Cuando uno llega a esa zona del planeta y contempla el lugar, el argumento que entonces esgrimieron los políticos tasmanos, a saber, la creación de puestos de trabajo, queda ridiculizado por la majestuosidad, la formidable  belleza e inexpresable serenidad de un pedazo del planeta que atrae actualmente a muchos visitantes, tanto del resto de Australia como de todas partes del mundo.

Es tanto el atractivo de este lugar que la creación de puestos de trabajo derivados de su conservación no es nada desdeñable. Cualquiera que visite Tasmania podrá comprobarlo.

30 oct 2011

Marditoh roedoreh

Es una agradable tarde de finales de invierno, y estoy tranquilamente sentado en mi oficina. Por los anchos ventanales que tengo tanto enfrente de mí como a la derecha puedo vigilarlos. Hoy son tres, pero pueden llegar a ser hasta cinco o seis según el día; son una distracción que, según me vaya el día y según esté mi estado de ánimo, puede resultar casi hipnótica.
El conejo es una plaga

Hay dos de mayor tamaño que los otros: son papá y mamá, supongo, y cuatro pequeños. Es una tierna escena que me hace recordar a Bambi, si no fuera por la seriedad del problema, y porque no estamos en el corazón de un bosque europeo. No, esto es Australia, y estos lindos conejitos, que corretean al sol todavía tibio de mediados de agosto por los jardines que rodean nuestras oficinas, son una plaga.

Con frecuencia, siempre que el tiempo lo permite, salgo de la oficina a la hora del almuerzo y doy un pequeño paseo, más que otra cosa para descansar la vista. Desde hace unos meses, vaya por donde vaya en este campus universitario, los agujeros que hacen estos graciosos, encantadores roedores suponen un riesgo para nuestros tobillos. Están por todas partes.
Hay que mirar por dónde se pisa

Recordemos un poco la historia: parece ser que el conejo silvestre (Oryctolagus cuniculus) fue introducido en Australia por un colono inglés, Thomas Austin, en 1859, aunque ya la Primera Flota que estableció la colonia penal en Sydney en 1788 trajo consigo conejos domésticos, para comida. En mala hora, Austin se los hizo traer desde Europa simplemente para poder seguir practicando la caza. Junto con los conejos se introdujeron otras especies de uso cinegético, como la liebre y el zorro, también aclimatadas a las condiciones australianas y muy extendidas.

Durante la Gran Depresión de los años 30, muchas familias australianas pudieron hacerle frente a la crisis gracias a la caza de conejos silvestres, que suplementaban su dieta. Hoy en día, casi nadie come conejo: la carne de conejo silvestre es más bien dura y tiene un sabor que nuestros mimados paladares contemporáneos no encuentran muy agradable.

Curiosamente, Australia, el continente habitado más seco, exporta una buena parte de la lluvia que recibe en forma de carne de vacuno y ovino y otros productos agrícolas, de los que produce grandes volúmenes. Además, es un país exportador de arroz y algodón, entre otros productos que requieren irrigación intensiva. Otra gran paradoja australiana.

Esta es la capital de Australia, Canberra, una ciudad moderna, ideada y diseñada exclusivamente para albergar el gobierno federal, y que cumplirá sus primeros cien años en 2013. Situada en el lecho de un valle por el que discurre un triste río de llamativo nombre, el Molonglo, la ciudad se ha ido extendiendo de norte a sur y de este a oeste. La referencia geográfica por excelencia es Black Mountain, un cerro que, según dicen, esconde una extinta caldera volcánica, con la imponente Torre de Telecomunicaciones apuntando al espacio exterior, que parece buscar allí arriba respuestas a preguntas que ahora prácticamente nadie se hace.

Pero no fueron solamente animales lo que introdujeron los europeos: también hay plantas no autóctonas que se han extendido por el continente sin control alguno. Solamente en Canberra se cuentan más de setenta y siete especies invasivas. En otras partes del continente hay otras muchas especies no autóctonas incontroladas; el camello, por ejemplo, en los desiertos del Territorio del Norte; los caballos salvajes, en las zonas montañosas en el sur de Nueva Gales del Sur; el olivo asilvestrado en las colinas de las afueras de Adelaida; el sapo de caña, que desde Queensland se está extendiendo hacia el poniente y ha llegado ya al extremo nororiental de Australia Occidental.

Y mientras en el campus de la Universidad Nacional Australiana los conejos campan a sus anchas y se dedican a horadar tremendos agujeros en el terreno en los que algún incauto estudiante, posiblemente ebrio, meterá una noche el pie y se torcerá el tobillo, en las áreas más alejadas del centro urbano las especies autóctonas están viendo desaparecer su hábitat a un ritmo cada vez más acelerado.
Y no solamente sufren la desaparición de su entorno natural ante la imparable construcción de nuevos suburbios. Todos los años, las autoridades contratan a tiradores profesionales para reducir la población de canguros.
Uno de los muchos barrios nuevos. People breeding like rabbits? 

El canguro, el animal icónico australiano por excelencia, pero ampliamente desconocido por la mayoría de los ciudadanos, fue durante decenas de miles de años la base nutritiva de la población indígena australiana. Los aborígenes subsistían con un modo de vida nómada, basado en la caza y en la recolección.
Canguros (Eastern grey kangaroos) en Mulligans Flat

De algún modo, uno tiene la impresión de que esta obvia contradicción en nuestra conducta (sacrificamos un gran número de animales nativos todos los años mientras contemplamos con total desidia el daño que hacen los roedores y otras muchas especies foráneas) es síntoma de algo mucho más extenso, mucho más perverso. Quizás si se les hiciera la pregunta a algunas especies nativas, podrían sugerir que el hombre occidental es la peor especie foránea invasora.

Para fortuna nuestra, no tienen los medios (y dudo que tuvieran la maldad y la crueldad necesarias) para contratar a tiradores profesionales, año tras año.

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