4 feb 2024

Reseña: The Netanyahus, de Joshua Cohen

Joshua Cohen, The Netanyahus (Londres: Fitzcarraldo Editions, 2022). 239 páginas.
No me disgusta para nada la novela de campus universitario como subgénero, aunque la primera que leí, y de eso hace ya casi cuatro décadas, venía impuesta como lectura obligatoria en el primer o segundo año de carrera: Lucky Jim, de Kingsley Amis. Con The Netanyahus, el estadounidense Joshua Cohen transforma un episodio aparentemente verídico (el encuentro entre Harold Bloom y Benzion Netanyahu, especialista en la historia de los judíos conversos de la España del medioevo tardío, y padre del más conocido Netanyahu, un tal Bibi que es todavía – es increíble, ¿no? – primer ministro de Israel).

Vaya por delante la aclaración de que se trata de una novela. Es ficción. Y es más que divertida: es desternillante, hilarante y jocosa; te hace partirte de risa y supone un espléndido ejercicio de escritura, que navega con pleno aplomo entre la ironía, el sarcasmo y la pedantería. Y eso, a pesar de que el subtítulo (An Account of a Minor and Ultimately Even Negligible Episode in the History of a Very Famous Family, es decir, ‘relato de un episodio nimio y en última instancia insignificante en la historia de una familia muy famosa’) es un guiño maestro al lector que no sabría muy bien qué podría esperar.

El escenario es Corbin College, una ficticia institución universitaria sin brillo alguno en el entorno rural del oeste del estado de Nueva York. Ha llegado allí un joven estudioso de historia económica, Ruben Blum, de familia judía y casado con una mujer también judía. Tienen una hija, Judith, cuya mayor obsesión parece ser “repararse” la nariz. Blum traga con la mediocridad de sus compañeros y soporta las no tan veladas bromas antisemíticas que dejan caer en sus conversaciones el profesorado.

Para la familia Blum, Corbin es tedioso, pero sirve para vivir y pasar mayormente desapercibidos. Cuando el catedrático del departamento, el Dr. George Lloyd Morse, le encarga que presida un comité de selección para un nuevo puesto de profesor en historia medieval, Blum no sabe ni puede negarse. El candidato es Benzion Netanyahu y se presenta en casa de los Blum acompañado de su mujer y tres hijos varones: Jonathan, Benjamin e Iddo, que a los siete años todavía lleva pañales.

Poco antes de la entrevista que va a decidir si lo contratan, el profesor Netanyahu demuestra en pocos minutos que jamás se podrá adaptar a una universidad como Corbin (o ninguna otra universidad norteamericana, en realidad). Es un tipo terco y arrogante que no tiene interés alguno en la enseñanza. Tiene su propia agenda (sionista) y parece sencillamente querer un sueldo para poder vivir en los EE.UU.

Además, está su esposa Tzila, que ni domina el inglés ni tiene intención alguna de aprender a comportarse con cierto decoro en el país que los va a acoger. En las pocas horas que los procaces chicos Netanyahu pasan en la casa de los Blum, consiguen provocar una verdadera hecatombe.

A excepción de dos capítulos en los que Cohen inventa cartas que dos académicos nada afines a Benzion Netanyahu le dirigen para compartir sus puntos de vista sobre el candidato (ambas son un estupendo ejercicio de pedantería y sarcasmo), la novela es sumamente eficaz a la hora de regalarle al lector el relato de un suceso baladí pero repleto de momentos de brillante humor.

No todo el mundo parece compartir las ganas de crear algo tan humorístico como lo que ha escrito un judío de Atlantic City (Nueva Jersey). El autor de esta reseña, Patrick T. Reardon, es feroz en sus crítica negativa de la novela: «No creo que haya “una brillante gracia cómica” en tal escritura ni en tal historia. […] Es, simple y llanamente, ridícula. ¿Y con qué propósito?

El propósito, me parece, es conseguir que los lectores de izquierdas se sientan a gusto y cómodos en su posición de NO A NETANYAHU (o, por extensión, su postura de NO A MARJORIE TAYLOR GREENE y su NO A DONALD TRUMP)». (mi traducción). Como dirían mis hijos: chill, man. ¡Es solo una novela! Y es ciertamente divertida.

La publicó en 2022 De Conatus con el título de Los Netanyahus [sic], traducida por Javier Calvo. Si te apetece reírte, hazte con ella.

27 ene 2024

Reseña: The Little Red Chairs, de Edna O'Brien

 
Edna O'Brien, The Little Red Chairs (Londres: Faber & Faber, 2015). 299 páginas.

A un pueblecito del oeste de Irlanda (Cloonoila) llega un extraño. Es un hombre vestido de negro, luce una llamativa barba blanca y habla con acento del este de Europa. En poco tiempo se granjea la confianza de muchos de los habitantes del pueblo, incluso la del sacerdote local. Se instala y abre tienda como curandero y terapeuta sexual. Con sus dones y habilidades, su negocio atrae especialmente a las mujeres, entre ellas a Fidelma, una mujer casada de reputada belleza que no ha conseguido tener hijos con su esposo Jack, varios años mayor que ella.

El caso es que el extranjero, que se hace llamar Vlad, parece ser un hombre erudito, le sobra carácter y tiene un atractivo carisma para la mayoría de los y las jóvenes de la localidad. Su secreto, sin embargo, se revela mediada la narración. Se trata de un criminal de guerra fugado, un carnicero de la guerra de Bosnia.

¿Las tres caras del mal? Radovan Karadzic, criminal de guerra, cuando fue arrestado en noviembre de 1984. La foto la recuperó el fotógrafo Rikard Larma en 1992, quien la encontró en una papelera. O'Brien se inspiró en su huida de Austria y posterior arresto.
Antes de que la verdadera identidad del terapeuta se haga pública, Fidelma cede a la tentación de que sea el extranjero quien la impregne en un habitación de hotel lejos del pueblo. Es aquí donde la novela da un vuelco inmenso. Durante una excursión en autobús del club de lectores locales, la Garda irlandesa obliga a detener el vehículo y arresta a Vlad. Fidelma se queda atónita y no acierta a entender el riesgo que corre.

Al poco tiempo del arresto, aparecen en el pueblo otros tres extranjeros que buscaban a Vlad. A Fidelma la obligan a salir de casa y la secuestran. Lo que sigue es un episodio brutal, salvaje y horroroso. Fidelma pierde el bebé, pero salva la vida. Para sobrevivir, decide irse de Irlanda y escapa a Londres, donde sale adelante gracias a la bondad y la humanidad de varias emigrantes.

Así, la víctima del criminal de guerra y su pasado se convierte en heroína en Londres, cobrando la fuerza y la conciencia para rehacer su vida y enfrentarse al protagonista que encarnaba el mal y simulaba ser alguien que sanaba a las personas, entendía la poesía y la belleza del arte.

Algunas reseñas de la novela destacan su posible falta de cohesión y estructura porque hay constantes cambios de punto de vista narrativo; incluso se producen alternancias entre la primera persona con la tercera persona para un mismo personaje. Desde mi punto de vista, no obstante, la primera parte de la novela es un excelente compendio de cuentos y narraciones breves que presentan la variada riqueza que esconde un pequeño pueblo irlandés como el de esta historia. La asimetría enriquece antes que resta. Dada la llegada de un extraño al ecosistema humano de Cloonoila, O’Brien comparte las impresiones que causa Vlad en ellos y los ocurrentes intercambios en torno al curandero y sus inusuales costumbres.

Es un hecho innegable. The Little Red Chairs pasa de la comedia al horror en apenas unas páginas; también en la vida real se puede pasar de la completa felicidad al terror en pocos segundos. La novela aguijonea nuestra conciencia moral. Invita a hacerse preguntas difíciles. Por ejemplo: ¿Debemos desconfiar de los extraños? ¿Nos hacemos cómplices de un agente del mal cuando no aprendemos o no sabemos reconocerlo? ¿Hasta qué punto es la inocencia una excusa válida para no admitir la complicidad con el mal? En el caso de la protagonista de esta novela de O’Brien, la inocencia sufre y paga un precio demasiado alto.

Para mí, esta es una excelente novela corta, que vale la pena explorar. La publicó en castellano Errata Naturae como Las sillitas rojas (la traducción a cargo de Regina López Muñoz). Que jo sàpiga, encara no ha estat publicada en català.

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