18 sept 2010

Reseña: Tarde, mal y nunca de Carlos Zanón


Carlos Zanón, Tarde, mal y nunca (Barcelona: Saymon Ediciones, 2009). 275 páginas.

Una mañana en un bar cualquiera en un barrio modesto de Barcelona: además del dueño, Salva, están Epi y Álex Dalmau, hermanos, y el colega de Epi, Tanveer Hussein. Epi entra en el baño con una bolsa de deporte. En la bolsa lleva un martillo. Parece pasar una eternidad decidiendo lo que va a hacer. Sale de pronto y ataca a Tanveer con el martillo. Entablan una lucha, pero finalmente Tanveer, del que luego vamos a ir descubriendo escabrosos detalles, se desploma. Está agonizando. Álex sale enseguida del bar para deshacerse del martillo sanguinolento, y entre todos se inventarán una historia para cubrir a Epi.

Así se inicia Tarde, mal y nunca, de Carlos Zanón (Barcelona, 1966). La expresión que da título al libro se utiliza “para ponderar lo mal y fuera de tiempo que se hace lo que fuera casi mejor que no se ejecutara ya” (del RAE). Lo que ocurre tras la letal agresión de Epi a Tanveer es una cadena de despropósitos, una sucesión de casualidades y de fatalidades, el acontecer diario de personas sin trabajo, sin futuro y sin apenas esperanzas de salir del agujero en que viven.

Tarde, mal y nunca es una historia dura y desgarradora, en gran medida por el punto de vista narrativo que adopta Zanón: la suya es una perspectiva fría, no juzga a sus personajes sino que nos los presenta como lo que son, de un modo carente de emociones. El narrador indica causas y detonantes de las acciones de los personajes a un ritmo veloz. El subtexto nos remite a la alarma social frecuente en el barrio, que en este caso es Barcelona, pero podría ser Madrid o cualquier gran ciudad española. Tarde, mal y nunca es un retrato que Zanón le ha hecho al mundo en el que vivimos en la primera década del siglo XXI.

Esta es una novela de ritmo vertiginoso, la trama avanza rápidamente y el narrador guía la historia hacia el desenlace, que por otra parte es a un tiempo abierto y sorprendente. Zanón rara vez se aparta de la trama y el diálogo. Mas cuando lo hace, Zanón nos regala algunos pasajes bastante logrados:

“La noche no es una aliada leal. Y despertar, la mayoría de las veces, no deja de ser un alivio. Hacía tiempo que Epi no se fiaba de la oscuridad. Aún así, aquella noche, apenas unas horas antes, había levantado el brazo como para intentar tocarla. Lo estiró hasta dar con el cristal del parabrisas. Eso pareció tranquilizarle. O quizás fue una decepción lo que se iluminó en su cara: decepción por no haberse mojado la punta de los dedos en esa gigantesca pantalla de plasma líquido que, en ocasiones, se le asemejaba la noche cuando estaba sentado al volante, en su furgoneta.

Todo lo que pasa de noche resulta incomprensible más tarde con el sol. De noche se hacen cosas que no se harían de día. Y la mayoría de cosas que uno hace de noche no se las cree al día siguiente. Quizás todo se resuma en esos dos mundos de los que le hablaba su padre. Uno oscuro y otro luminoso, opuestos. Los delitos y los amores que se perpetran de noche no deberían ser juzgados, castigados o mantenidos a la luz del día. Las líneas blancas del asfalto no se ven cuando brilla el sol.”(79)

“Nighttime is no loyal friend. Most of the time, waking up is but a relief. Epi had been distrustful of darkness for a long time. Even so, that night, just a few hours earlier, he had raised his arm as if trying to touch it. He had stretched his arm as far as the windscreen. That seemed to calm him down. Or perhaps it was disappointment that made his face light up: the disappointment of not wetting his fingers in that gigantic screen of liquid plasma that sometimes night appeared to be, when he was sitting at the wheel of his van.

Everything that happens at night turns out to be incomprehensible later in the sunlight. People do things at night they wouldn’t do during the day. And most things one does at night one would not believe the next day. Perhaps everything is encapsulated in those two worlds his father used to talk about. One dark, one luminous, opposed to each other. Crimes and loves made by night should be not judged, punished or kept in broad daylight. One can’t see the white lines on the road when the sun is shining”.

La calidad de la edición de Saymon Ediciones es sin embargo lamentable. Abundan las erratas, e incluso hay algunos errores de bulto. Así, Tanveer reaparece cuando el lector menos se lo espera. ¡El editor le ha permitido ‘resucitar’ fugazmente en el piso donde Epi mantiene secuestrada a Tiffany! Tarde, mal y nunca merecía sin duda una edición mucho más cuidadosa.

14 sept 2010

Not a happy birthday

No es un feliz cumpleaños


(Para Trudie, con amor y dolor)


Ya nunca más podrá

desearle a su mujer

un feliz cumpleaños.

¿Cuántos años más habrán

de soportar este dolor?

¿Cuántos años más sangrará

su herida?


Que sepan los que soslayan sus palabras por falta de valor,

o que han andado un sendero de silencio:

Nunca es jodidamente demasiado tiempo.

Nunca es una larga y tortuosa navaja

que les acuchilla sus esperanzas más recónditas,

una espina clavada por siempre en su interior

que les corta y desgarra el corazón,

cortando, como si fuese una flor, su posible vida.

Nunca es la roca implacable

que aplastó sus sueños

arrancando todo atisbo de alegría

de su vida.

Nunca es el tiempo atemporal que estarán aquí,

esperando a que les llegue su hora,

confiando en regresar a un tiempo

y a un lugar antes de que comenzara este nunca,

esperando a reunirse

con la hija que perdieron.

(Traducido del inglés por el autor)

Not a happy birthday

(For Trudie, in love and pain)

He will never again bring himself
to wish his wife
a happy birthday.
For how many more years
will they have to endure this pain?
For how many more years
will their wound bleed?

Let me tell those who skirt their words for want of courage
or those who have trodden a path of silence:
Never is a fucking too long time.
Never is a long crooked knife
stabbing their most intimate hopes,
a thorn stuck inside them forever
scoring and gnawing at their hearts,
cutting down, as if it were a flower, their possible life.
Never is the unyielding rock
that smashed their dreams
wrestling all glimpses of joy
away from them.
Never is the timeless time they will remain here,
waiting until it is their time to die,
expecting a return to a time
and place before the never began,
waiting to reunite themselves
with the daughter they lost.

(September 2010)

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