Louis de Bernières, Birds without Wings (Londres: Vintage, 2005). 625 páginas.
Mi amigo Subhash
me recomendó este libro de Louis de Bernières como una suerte de preparativo
literario cara a un viaje a Turquía. De este escritor inglés de apellido obviamente
francés había leído hace ya muchos años (mucho antes de que hubiera blogs) sus tres
divertidísimas novelas ambientadas en Colombia, además de la exitosa Captain Corelli’s Mandolin, y el breve relato ambientado en Australia, Red Dog, una de las entradas más visitadas de este
modesto blog de literatura, gracias a la película del mismo título que tanto
éxito ha cosechado en todo el mundo. El caso es que tenía el libro en mis estanterías,
pero lo cierto es que nunca lo había leído.
Puede que Birds Without Wings, con sus 625
páginas, y diez años después de su publicación, no sea tan apetecible como las
otras novelas de de Bernières. Hay algunas cosas que chirrían en el entramado
de la novela: personalmente he encontrado muy incómodos los capítulos que, a
modo de paréntesis con un cariz meramente histórico, el autor dedica a Mustafá
Kemal Atatürk. No niego su pertinencia en el marco total de la narración,
solamente expreso una opinión en el sentido de que a ratos interrumpe y
entorpece la lectura de los distintos hilos narrativos que componen el grueso
de la trama.
La novela está
poblada de multitud de personajes, hábilmente esbozados con unos pocos trazos
por el autor. Quizás incluso demasiados personajes, pues en muchos casos estos quedan
en apenas meros perfiles unidimensionales, cumplen su función dentro del
esquema narrativo y desaparecen para volver a aparecer brevemente unas 50 ó 100
páginas más adelante, como unos Ojos del Guadiana.
No es difícil hacerse
una idea de qué fue lo que motivó a de Bernières a escribir esta historia
impregnada de pesar, el lamento plenamente justificado por la pérdida de la
pacífica convivencia de distintos grupos étnicos y religiosos en tranquilos
pueblos y villas de las orillas del Mediterráneo oriental, tal y como ocurrió
siglos antes en las tierras valencianas tras la expulsión forzosa de judíos y
moriscos.
De Bernières
sitúa esa modesta comunidad vecinal en una población imaginaria llamada Eskibahçe,
próxima a lo que hoy en día es Fethiye (antiguamente Telmessos). En Eskibahçe conviven
gentes iletradas como el alfarero Iskander, Philothei la hermosa, objeto de
deseo de Ibrahim el pastor de cabras, su leal amiga Drosoula, tan poco
agraciada en cuanto a belleza, y que también aparece en Captain Corelli’s Mandolin, el potentado Rustem
Bey y su esposa adúltera Tamara, el imán Abdulhamid Hodja y el maestro griego Daskalos
Leonidas, los mozalbetes Karatavuk y Mehmetçik. Hay muchos más, por supuesto.
De Bernières emplea a veces un lenguaje algo rebuscado – para el lector común, pienso
que es preferible lidiar con una novela ambientada en los albores de la Turquía
de principios del siglo XX (cuando no existía como tal) salpicada con unas cuantas
palabras turcas antes que con oscuros y obsoletos vocablos que solamente hacen
feliz a quien los inserta en la narración.
Hay también en Birds Without Wings mucho humor, pero el
peso de la guerra (o las guerras, debería uno decir, pues en apenas 20 años esa
zona del Mediterráneo sufrió las terribles consecuencias de tres conflictos bélicos,
uno de ellos la llamada Gran Guerra) pone una nota predominantemente sombría. En
última instancia, la conclusión (que no es nada nueva, en todo caso) es que las
convulsiones geopolíticas históricas pueden suponer una tragedia para los
individuos. La expulsión (una especie de éxodo recíproco) de los turcos cristianos
de origen griego del territorio turco y de los griegos musulmanes que habitaban
las islas cercanas fue un enorme e imperdonable error histórico, y parece
ciertamente imposible subsanarlo casi cien años después.