29 nov 2023

Reseña: Ducks: Two Years in the Oil Sands, de Kate Beaton

Kate Beaton, Ducks: Two Years in the Oil Sands (Londres: Jonathan Cape, 2022). 430 páginas. 

Cuando el sector minero australiano estaba en su punto más álgido, en la primera década de este siglo, recuerdo que uno de mis cuñados barajaba la idea de irse a trabajar al oeste de Australia (la región de Pilbara, donde están las mayores minas de hierro). El razonamiento era que en un año podía ganar lo que en su trabajo normal le llevaría cuando menos cinco años. No se fue y nunca más volvió a hablar de ello.

Cuando Kate vio la aurora boreal... (p. 131) 
 
Una aurora boreal a unos 11 000 metros de altitud en Canadá, captada en fotografía por Yevgeny Pashnin el 22 de enero de 2004. © Yevgeny Pashnin.

Ducks es la autobiografía en formato de novela gráfica de la experiencia de la canadiense Kate Beaton como trabajadora en las explotaciones petrolíferas del norte de Canadá. Abarca casi tres años en diferentes ubicaciones de Alberta. Beaton, oriunda de Nueva Escocia, decide probar fortuna en las arenas petrolíferas para poder pagar su deuda estudiantil rápidamente. Una mujer joven sin experiencia alguna en el campo industrial se traslada a un lugar donde el sexismo y la misoginia son el pan nuestro de cada día (casi he reemplazado esa palabra con otra: «hora»).

Una de esas fiestas... (página 209)

Beaton ahonda en la brutal sensación de aislamiento al tiempo que describe situaciones surrealistas como la irrupción «por error» de tipos bebidos en su dormitorio. Pero conforme avanza en su narración, el enfoque pasa a abarcar también la explotación de los recursos naturales y la calamidad que eso supone para el medio ambiente y para las poblaciones indígenas del norte de Canadá. La muerte de una gran bandada de patos es el detonante. El libro acomete la tarea de denunciar el doble coste de la industria petrolífera canadiense: el ecológico y el humano. Y cumple con creces.

Página 329. 
Asimismo, el libro apunta hacia la inhumana cultura prevalente en el lugar de trabajo. La mayoría de los empleados padecen estrés y depresión, se sienten extremadamente solos y recurren al alcohol y las drogas.

Un libro muy completo (pero largo) en el que los dibujos demuestran el buen hacer de Beaton para definir las emociones de los personajes en determinadas situaciones. Le vendría bien, si acaso, algo de colorido, pero su lectura me resultó amena.

17 nov 2023

Reseña: Los Living, de Martín Caparrós

Martín Caparrós, Los Living (Barcelona: Anagrama, 2011). 430 páginas.

Ay la Argentina, ese lugar en el mundo que este mismo fin de semana tiene una cita ineludible en las urnas que bien pudiera cambiar su destino de forma brutal e incluso permanente. Ya en 1993, en un situación que para mí no terminaba de tener sentido, los argentinos se ofrecían a comprarme dólares cuando el cambio de divisas oficial era uno por uno. Hoy es un país en el que la moneda estadounidense tiene distintos valores en pesos según sea el mercado en el que uno se mueve. Así de loco es el asunto, mientras que uno de los dos candidatos propone la dolarización de la economía. Suerte para todos.

En Los Living, Caparrós elabora una especie de novela picaresca argentina de principios de siglo. El antihéroe protagonista es Nito, quien a modo de premonición nace el día de la muerte del General Perón («Cuando yo nací y murió Perón, muchos sufrieron porque lo idolatraban y lo necesitaban —o, por lo menos, estaban convencidos de que lo necesitaban.» (p. 15) Y casi cincuenta años después —toda una vida, che— diríase que todavía hay quienes creen que lo necesitan.

El General y Evita, figuras fundamentales de la historia argentina del siglo pasado.  Fotografía de Ramón Belozo.

Nito crece con la Argentina y las vicisitudes del país del último cuarto de siglo. Su niñez es una serie de vivencias que Caparrós narra con clarísima intención satírica en primera persona, al tiempo que intercala con retazos de una conversación a tres bandas que, a medida que avanza la novela, se revela como mucho más que el diálogo de besugos que en un principio parece ser.

La guerra de las Malvinas, la represión militar, el menemismo. Todos son elementos que dibujan el telón de fondo de la vida de Nito. La absurda muerte de su padre cuando apenas era una criatura va a marcar sus primeros años de manera decisiva. Víctima del bullying en la escuela, Nito aprende a la fuerza a valerse por sí mismo: descubre que la ingenuidad simulada puede servirle para abrirse camino en la vida.

Si de algo peca Caparrós en la elaboración del relato es la reiteración de ideas. El relato de Nito visita las mismas obsesiones con excesiva frecuencia. La irrupción del inefable clérigo brasileño Trafálgar en la novela sirve (quizás con demasiadas páginas) para enlazar la infancia y adolescencia de Nito con el proyecto ideado con el Pitu Carpanta, los living, el embalsamiento de los muertos como invitación a que los argentino puedan ‘convivir’ con los seres queridos ya finados no solamente de recuerdos, si se quiere, pasando por la maquinación para la que el brasileño recluta a Nito. El propósito de todo es, lógicamente, engañar y quitarle el dinero a los crédulos.

El primer lugar adonde mi buen amigo Salama me llevó en Buenos Aires fue al cementerio de Recoleta, al mausoleo de Evita. Y no es que hubiera momia alguna que contemplar, como es el caso de Uncle Ho en Hanói. El concepto que significaba su figura seguía siendo entonces (hablo de 1993) absolutamente central para la vida social y política argentina.

Atención, Sr. Pérez Reverte: hete aquí un amigo. Fotografía de Martín Caparrós a cargo de Esther Vargas.   
Los Living es una sátira a ratos extravagante aunque constantemente provocadora. Está regada con mucho humor negro y te regala una abundante crítica de la religión, del arte y de la sociedad porteña, con un epílogo que el autor agrega al final para dotar a la novela de un desenlace, que claramente se hacía necesario. Un libro muy entretenido.

8 nov 2023

Chooks

Front to back: Larry, Pollito and Turulata.


Three magnificent chooks are now living in our garden. Their names, after careful deliberations and many instances of fierce debate (ha!), have been decided. Larry (after Larry Bird), Pollito (after the evil bird in Despicable Me) and Turulata (Spanish for flabbergasted).

The Coop

The suburban housing prevalent in the ACT allows this kind of self-sustainable (ad)venture. All you need is a coop (easy to purchase, assemble and clean), the chooks, the time and the effort. Come wintertime, the chooks will spend lots of time inside the coop, resting on the straw and waiting for the sun to break through the darkness, the fog and the cold. But now, as summer approaches, they appear to be having a great time.

And only twenty-four hours after their arrival, Turulata has presumably laid the first egg. The first of many, we hope. 

The word 'chook' is one of my favourite Australianisms. I remember how it confounded Professor Jeremy Munday during an excellent translation workshop he conducted at Monash University many years ago!

Benvingudes! Bienvenidas! Welcome home, chooks!

Larry - Buffalo Tom

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