Hace un par de días asistí a una conferencia en la Universidad de Monash, en Melbourne, que bajo el muy ambicioso título de ‘Literature and Translation’ reunió a un numeroso grupo de traductores, estudiosos de la traducción y de la literatura. Dado el abigarrado programa, que comprendía cinco paneles simultáneos en seis sesiones distintas a lo largo de dos días, se hizo necesario escoger de antemano las ponencias a las que asistir, cosa bastante difícil puesto que prácticamente todas suscitaban interés.
Pude escuchar la interesante ponencia de María T. Sánchez, una simpática colega canaria que lleva afincada ya muchos años en la Universidad de Salford, en el Reino Unido. María nos hizo reflexionar sobre el proceso de traducción, y sobre cómo la metáfora de la traducción como imagen reflejada del original (la traducción como espejo) puede invertirse, y el texto original puede pasar a considerarse imagen reflejada en el texto de llegada, el cual, mediante el proceso de explicitación puede llegar a mostrar muchos aspectos que en el texto de partida estaban únicamente implícitos.
María es la autora de un libro que he leído no hace mucho, publicado por la prestigiosa editorial Lang, y que se titula The Problems of Literary Translation; es un texto altamente recomendable, tanto por sus muy acertadas observaciones en torno a la traducción literaria como por la claridad y la lucidez con que está escrito.
Otras ponencias que me resultaron interesantes e instructivas fueron las de Rita Wilson y Denise Formica, ambas profesoras en la Universidad de Monash, sobre la imagen de Australia y el lugar que ocupa la literatura australiana en el mundo, en el ámbito de las traducciones de novelas australianas al italiano. Una de las conclusiones que, en mi opinión, pueden extraerse de lo dicho por Wilson y Formica, y teniendo en cuenta mis propias observaciones respecto al caso de algunas traducciones al español de novelas australianas, es esta: la política del gobierno de Canberra de promoción de la cultura y la literatura australianas a través de subvenciones a editoriales extranjeras – para que estas publiquen y traduzcan literatura australiana – no incluye en la actualidad un proceso de control de calidad. La pregunta es: ¿se está despilfarrando el dinero? ¿Están contribuyendo a actualizar la imagen estereotipada que se tiene de Australia en muchos países europeos?
Una de las ponencias más notables y fascinantes fue la del poeta Ian Campbell, un australiano que ahora escribe poesía en indonesio. Campbell comenzó por traducir uno de sus poemas al indonesio, y ese enorme desafío le resultó tan cautivador que ahora escribe su poesía en indonesio. Actualmente está desarrollando un proyecto de investigación que comprende la poesía latinoamericana, en especial la de Pablo Neruda, la australiana e indonesia. Campbell lleva cierto tiempo investigando los años que Neruda pasó en Batavia, en la isla de Java, como diplomático chileno.