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The Clock Tower, para que no se te pase la hora del té |
Después de casi quince
años, la semana pasada regresé por unos días a la isla malasia de Penang. No
fue un viaje turístico como hace quince años, pero como pude disfrutar de
bastante tiempo libre para leer, para comer y también descansar junto a la
piscina del hotel. Partes de la isla de Penang han cambiado bastante en quince
años – es muy patente que la urbanización le ha ganado terreno a la selva y a
las faldas de las colinas. Pero en esencia, Penang sigue siendo lo que era.
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Templo chino en el centro de Georgetown |
Conocida como
Perla del Oriente, esta isla ofrece al visitante numerosos alicientes, entre
los que se puede destacar su interesante historia y su excelente oferta
gastronómica.
La isla pasó a formar parte de los dominios de la
British East India Company en 1786; los oficiales ingleses construyeron un
fortín que todavía se conserva. Con el paso de los años, la isla fue anexionada
al Imperio Británico, y con la independencia de Malasia en 1951 se convirtió en
estado federado de este país del sudeste asiático.
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Detalle de la puerta |
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El omnipresente dragón de la mitología oriental |
Es una
isla relativamente pequeña: su superficie, 293 km2, viene a ser poco
más de la mitad de la isla de Ibiza, pero está densamente poblada (se acerca ya
al millón de personas). Uno de sus mayores atractivos es la variopinta
composición étnica, con tres grupos principales: chinos, malayos e indios.
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Guerrero que custodia la entrada del templo |
La
capital, Georgetown, conserva excelentes muestras de arquitectura china y
colonial; de hecho, el centro histórico de Georgetown fue declarado Patrimonio
de la Humanidad por la UNESCO. Un paseo improvisado por sus calles te conducirá
hacia lugares sorprendentes: puedes pasar de estar en algún lugar indeterminado
de India a pararte delante de un extraordinario templo budista chino, tras
haber pasado junto a una mezquita.
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Palos de incienso decorados. Por lo que me dijeron, nada baratos. |
Con un
clima húmedo y caluroso durante todo el año, Penang es un importante centro
turístico. La mayoría de los hoteles y resorts
se encuentran en la costa norte de la isla. Penang cuenta con una muy eficiente
red de transporte público (autobuses); para el visitante que llegue en avión,
recomiendo una de las tres o cuatro líneas de autobús que llevan a las zonas
más habitadas de la isla desde el aeropuerto. La tarifa es extremadamente
económica: por 4 ringgit (poco más de un euro) el autobús te llevará a Batu
Ferringhi, en la otra punta de la isla, donde están los hoteles más populares.
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En el interior del templo de una influyente familia, el recordatorio dorado de todos los ancestros fallecidos |
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Nada más llegar, los ingleses construyeron un fortín y lo adornaron con ciertas herramientas destinadas a ahuyentar a los pájaros, o algo similar... |
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Té de jengibre |
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Pinang laksa: caldo de pescado, especias, fideos, trocitos de piña, hierbabuena, chiles, y otros ingredientes. Pica como el demonio, pero es aromática y deliciosa. Must-try! |
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Char Kway Tow, que se sirve como desayuno en muchos lugares |
Con todo, uno de
los más sabrosos atractivos de Penang es su comida. Especialidades malayas,
chinas, nyonya e indias, muy
económicas, hacen de Penang un lugar ideal para el paladar más exigente. La
abundancia de frutas tropicales a precios de risa te permite degustar los más
variados zumos. El plato local por antonomasia es la Pinang laksa, una sabrosísima sopa picante tras la que uno se
resigna a sudar sin remedio.
Y cuando el calor y la humedad te obliguen a hacer una
parada e hidratarte, te recomiendo un buen vaso de refrescante té de jengibre,
que preparan con leche condensada.
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Zumo de starfruit, que según parece, se traduce como 'carambola'. Delicioso y muy refrescante. |