19 mar 2024

Ressenya: Tyll, de Daniel Kehlmann

 
Daniel Kehlmann, Tyll (Londres: riverrun, 2021). 342 pàgines. Traduït a l'anglès per Ross Benjamin.

Tyll Ulenspiegel (també escrit com Till Eulenspiegel) és un personatge popular molt tradicional de la cultura alemanya i centreeuropea de la Baixa Edat Mitjana (segle XIV). Si la persona com a tal va existir o no serà per sempre un misteri. Kehlmann, novel·lista d’origen austríac/alemany de qui ja vaig ressenyar ja fa gairebé una dècada la traducció a l’anglès de F, construeix una bona (i prou competent) ficció en torn a aquest saltimbanqui, malabarista i bromista medieval. Kehlmann el situa, tanmateix, en els principis del segle XVII, durant la malaurada guerra dels Trenta Anys, un conflicte geopolític dins de l’Imperi Romanogermànic, que es va estendre per terres que avui formen part d’Alemanya, Txèquia i la qual, a més de deixar milions de morts, va involucrar tota una sèrie de regnes, principats i ducats.

Ein kurtzweilig lesen von Dyl Ulenspiegel gebore vß dem land zu Brunßwick : wie er sein leben volbracht hatt ; XCVI seiner geschichten. Edició publicada a Estrasburg l'any 1515. 

L’autor ens presenta Tyll en el primer capítol com un home que és reconegut per la gent, però alhora prou misteriós. En arribar a un poble, convenç els habitants de llençar a l’aire les seves sabates. Ho fan, és clar. Després els diu que son uns borinots, que retroben les sabates, què s’han pensat? Entre homes, dones i jovenalla comença una baralla mentre miren de recuperar sabates que, naturalment, son totes molt paregudes.

La part de la novel·la que més m’ha captivat és la que tracta de la infantesa de Tyll. Kehlmann li dona uns orígens molt humils i alhora tràgics. És el fill d’un moliner, Claus, que a penes guanya prou per posar menjar a la taula totes les nits, però qui té una enorme curiositat intel·lectual per qüestions científiques i filosòfiques. Quan al poble arriben uns jesuïtes caçadors de bruixes, la seva passió per l'alquímia, la nigromància i els grans misteris de la vida significarà la seva mort. Acusat de bruixeria, hi ha un judici absurd, del qual Tyll fuig tan aviat com s’adona que potser, després del seu pare, sigui ell l’acusat de bruixeria.

Apresa la lliçó sobre les desgràcies que l'ortodòxia religiosa pot causar a la gent més innocent i vulnerable, Tyll escapa del poble amb una noia que balla i canta, i tots dos plegats comencen una vida de vagabunderia artística. Viatgen per un continent devastat per la guerra i la pesta, i durant el seu deambular es troben amb gent de tots els tipus: lladres, estafadors, soldats sanguinaris i fins i tot, la reialesa, inclosa la reina Isabel de Bohèmia, la filla del rei James I. Kehlmann aprofita molt bé la connexió de la cort de Londres amb l’èxit i la fama d’un tal Shakespeare per donar un rerefons històric amb referencies als espectacles teatrals de Tyll.

La font dedicada a Tyll Ulenspiegel, obra en bronze de Karlheinz Goedtke a la plaça de l'Ajuntament de Mölln. Fotografia de Hans Weingartz.
La segona i la tercera part del llibre miren de narrar uns mateixos esdeveniments històrics (els de la guerra dels Trenta Anys) adoptant punts de vista diferents, i Tyll desapareix temporalment de la història. Kehlmann sembla molt més interessat en evidenciar la brutalitat ferotge del conflicte bèl·lic, del patiment dels malalts i la fam que el poble passava en aquells temps tan dolents.

El Tyll que crea Kehlmann destaca per la seva capacitat verbal per a l’enginy i la befa, a més de la seva mirada escarnidora de tot el que passa al seu voltant. És un llibre contundent sobre una època de la història europea que no va resoldre els conflictes politicoeconòmics que segles més tard van conduir a dues guerres mundials.

Tyll lo publicó en 2019 en castellano Random House, con traducción de Isabel García Adánez.

11 mar 2024

Reseña: I am Homeless if this is not my Home, de Lorrie Moore

Lorrie Moore, I am Homeless if this is not my Home (Londres: Faber & Faber, 2023). 193 páginas.

Si todavía no has comenzado a leer esta novela, vas a encontrarte cuando lo hagas con lo que parecen ser dos hilos narrativos independientes que resultan difíciles de conjugar entre sí. Es mucho más adelante cuando Moore explicita el nexo que conecta las dos partes. Y aunque esa conexión sea tenue, temáticamente hay duda de que sea válida.

Finn, profesor de secundaria suspendido a causa de las ideas que propaga entre sus alumnos, viaja a Nueva York para acompañar a su hermano moribundo, Max. Los dos rememoran íntimamente y con buenas dosis de humor episodios compartidos en sus vidas, haciendo un pequeño examen de su relación. A medida que vas leyendo esta parte te das cuenta de que la neurosis ha plantado una firme pica en el territorio mental y emocional de Finn. Cuando parece evidente que Max va a seguir vivo poco más de 24 horas, Finn recibe un mensaje en su móvil que le hace regresar inmediatamente a Ohio.

El año es 2016, Trump va a ganar las elecciones pese a perder (no conviene olvidarlo) en número de votos. La razón por la que Finn deja en su lecho de muerte a Max se llama Lily. La mujer con la que ha compartido muchos años de su vida, muchas alegrías y también muchos sinsabores. Le dice a Max: «¿Cómo explicártelo? Lily dice que se quiere morir. Es lo que dice siempre. Pero nunca te lo he dicho. Ha sido su otro yo. Es su secreto, y también mío. Pero su deseo de morir no es ella de verdad. El deseo se convierte en acciones y palabras a causa de su enfermedad. Es una habitación extra en esa casa que es su mente. Es como una araña que tiene dentro que, desde un rincón, le dice que la queme». (p. 28, mi traducción)

Tras un delirante viaje con accidente y rescate incluidos, Finn llega y descubre que a Lily ya la han enterrado. Se ha suicidado, pero Finn es incapaz de aceptar esa realidad, acude al cementerio ecológico y en su exquisita alucinación la encuentra no muerta del todo. Lo que sigue es una road movie en forma de novela. Si crees que una zombi y su exnovio son personajes ridículos para construir una trama, es mejor que lo pienses dos veces.

Es cierto: al principio a Lily le sale tierra de la boca y las lombrices le adornan el cuerpo. Moore disfruta detallando el proceso de descomposición: se le descoloran los ojos, comienzan a marcarse las costillas en su abdomen y la piel se le enverdece en una tonalidad grisácea, como la de un huevo muy cocido.

En una de las paradas que hacen se alojan en una fonda donde Finn consigue darle un baño de agua caliente a Lily. Es allí donde Finn encuentra un cuaderno en el que Elizabeth, poco tiempo después del final de la Guerra Civil, le escribió una serie de cartas a su hermana muerta. Moore maneja diestramente la intercalación de esas cartas en la otra narrativa. El resultado es un libro que nos habla del duelo, que nos presenta una versión amable de esos fantasmas (que pueden sernos tan verosímiles) de quienes nos han dejado sin convertirse en una historia de horror. Es un libro en el que Moore demuestra un enorme talento para combinar el ingenio y la inteligencia que acompañan a la locura que podríamos llamar ‘buena’ por un lado, y la irritación y la amargura de los que sufren la pérdida de un ser amado por el otro. Es brutal, sin duda, pero también hermoso.

I am Homeless if this is not my Home es una sobresaliente adición en la obra de Lorrie Moore, de quien reseñé hace ya diez años el volumen de cuentos Bark.

He seleccionado un fragmento de la primera carta de Elizabeth a su hermana en la que habla de ese país extranjero que llamamos pasado. Espero que te guste.

«Cuando regreso a los lugares del pasado, ya no queda nada en ellos, como si me lo hubiese inventado yo todo. Es como si la vida fuese un sueño, colocado junto la ventana para que se enfríe, como un pastel, y que más tarde, te lo roban. Son esos los momentos en que me siento y te imagino y me pregunto qué dirías. La reminiscencia es un dolor de oídos, afirmarías tú. Aunque supongo que yo misma soy típica: taciturna, remilgada, no tan cristiana como finjo ser, contra las madamas, tal como ha observado el caballero que me corteja. Muchos de mis inquilinos (los jugadores de cartas, los guerrilleros del Sur, los judíos y los indios Shawnee) se han impregnado de la nueva cultura: la electricidad, los ferrocarriles, los globos aerostáticos y el desierto occidental que aún continúa inventándose una fiebre de la plata después de la del oro y luego de nuevo otra de la plata, quizás para que haya más retratos de soldados y guerras, ocasionando que todo el mundo de repente eche a volar como estrafalarios muchachos hacia un lugar cuyo nombre incluya la palabra Dust o Butte o Scratch, ululando y canturreando, acarreando la gran carga de sus lejanos corazones moribundos, y todos van mucho más lejos de lo que debieran. El grito de “¡Hacia el oeste!” de los soldados desengañados. Hay ahora una vereda de madera en la calle principal que es idónea para dirigirlos hasta allí; unas tres manzanas como mínimo. Se nota en el aire un tufillo a despilfarro. Ayer vi a una gran gorrina muy crédula, trotando por el camino marcado por los surcos de las ruedas, como si hubiera oído que se contaba algo y se hubiera comido a su camada para poder estar libre e investigar. Aunque probablemente terminaría atiborrándose con el cuerpo de algún muchacho en algún campo en alguna parte, después de las lluvias. Los cerdos de los granjeros todavía desentierran a los soldados muertos. Y no es que para eso haga falta estar cerca de un campo de batalla. Algunos de los chicos eran desertores o iban rezagados, todos tenían hambre, y los fusilaron, y ahora, años después, escarban sus restos y sirven de alimento para el ganado». (p. 11-12, mi traducción)

Campo de batalla de la Guerra Civil estadounidense en New Market (Virginia).

El libro lo va a publicar en castellano Seix Barral dentro de unas pocas semanas con el título Si este no es mi hogar, no tengo un hogar. La traducción está a cargo de Albert Fuentes Sánchez.

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