2 ene 2022

Grand Canyon Walk - Blue Mountains

Blackheath es uno de los muchos núcleos urbanos de la municipalidad de Blue Mountains. El comienzo del sendero del Gran Cañón del arroyo Greaves se encuentra al final de Evans Lookout Road. Fotografía de SimCity4.

Puede que no sea tan grande y espectacular como el Gran Cañón del río Colorado en los Estados Unidos, pero este recorrido circular en el corazón de las Montañas Azules al oeste de Sydney es uno de los senderos de mayor atractivo en la época de verano.

El sendero está muy bien mantenido y es lo suficientemente ancho para que pasen dos personas en sentido contrario 

El recorrido se estableció hace más de un siglo, en 1907, alejándolo en lo posible del lecho del arroyo. Aun así, después de tormentas o días de lluvias intensas es posible que en algunos tramos el agua supere las rocas y los bloques de cemento que se han colocado para cruzarlo. Es necesario ponerse buen calzado porque la humedad es máxima y las superficies son muy resbaladizas.

La búsqueda de la luz. En las laderas que descienden hasta el cañón crecen eucaliptos como estos que en pocos años llegan a superar los treinta o cuarenta metros de altura. 

El sendero tiene tiene una longitud de 6,3 km. La guía oficial asegura que se necesitan entre tres y cuatro horas para completarlo. En realidad puede hacerse en dos horas o menos. Aparte del descenso y el ascenso para regresar al punto de partida, se trata de un recorrido llano y sencillo. Hay que cruzar el arroyo en varias ocasiones. 
La madera de los árboles caídos se acumula en el arroyo hasta que una nueva crecida la mueva.
Este sendero empalma con Rodriguez Pass Walk, de unos 12 km, un recorrido muy exigente que lleva desde el Mirador de Evans hasta el lugar conocido como Govett's Leap [Salto de Govett], un poco más al norte. Rodriguez Pass escala el despeñadero de Govett, pero en la actualidad lleva cerrado más de un año a causa de los daños producidos por los incendios.
Tras días de fuertes lluvias, el agua resbala entre los riscos y se desploma desde los acantilados para alimentar el riachuelo Greaves.  
Algunos helechos llegan a medir varios metros de altura. Aunque sea un día caluroso, en el Cañón la temperatura es fresca y no vas a necesitar crema de protección solar.

28 dic 2021

Reseña: My Hundred Lovers, de Susan Johnson

Susan Johnson, My Hundred Lovers (Crows Nest: Allen & Unwin, 2012). 266 páginas.

Si tuvieras que componer una lista de las cien personas, objetos, lugares, comidas, bebidas, entretenimientos (o cualquier otra cosa que quieras incluir) que o bien has amado o te han encantado a lo largo de tu vida, ¿Qué o quiénes entrarían en esa lista? ¿Y a qué edad deberíamos comenzar a recopilar tales inventarios?

Con My Hundred Lovers, la australiana Susan Johnson produce un relato basado en cien adorables aspectos vitales. Con una voz narrativa que varía a lo largo del libro entre la primera y la tercera persona (e incluso en algunos capítulos, la segunda persona en un tono medio acusatorio). No se trata de una autobiografía, aunque haya en el libro muchos puntos que referencien a la vida de esta singular autora.

La protagonista es Deborah, quien está a punto de cumplir los (injustificadamente) temidos cincuenta. La memoria es la herramienta que Deborah emplea para realizar una evocación de sus experiencias sensuales, sexuales desde la adolescencia hasta la más reciente etapa de su vida. No es un relato cronológico: de hecho, ese es un gran acierto antes que una falta.

Al tiempo que transmite elegantemente el temor al inevitable declive físico y mental que acompaña al envejecimiento, Johnson examina no solamente los placeres sexuales de la vida de Deborah, sino también las sensaciones más mundanas de carácter sensual y físico: sabores, sonidos, vistas, o incluso el contacto de nuestro cuerpo con el viento, la lluvia, el barro. Es, en definitiva, la invitación que realiza Deborah/Johnson a celebrar la vida pese a que y/o conforme ésta va enfilándose hacia el día en que dejemos de poder disfrutarlas.

Escrita en cortos capítulos, Johnson escribe con sutileza, alternando entre la franqueza, el erotismo o el lirismo. El efecto es sorprendente, sobre todo porque el punto de vista narrativo cambia de un capítulo al siguiente y cada capítulo renueva la manera en la que Johnson cuenta la historia.

Dejando de lado los elementos menos placenteros de la historia de Deborah (los hay – los años vividos con la madre alcohólica, la ausencia constante del padre, la traición de la hermana, el truncamiento de la relación con su esposo) My Hundred Lovers es un libro que, sin llegar a entusiasmar, encanta por su naturalidad.

Te invito a leer un fragmento de los capítulos 10, 11 y 12, que Susan Johnson decidió juntar en uno solo.

El queso El chocolate ꟷ El croissant

[…]

Nunca podría casarme con algo que no tuviese una boca.

[…]

Desde muy al principio de mis días he tenido affaires con la comida que le da vida a mi cuerpo. Puede que la comida no tenga boca, pero de todos modos es algo animado, creado por la danza del agua, el calor y la luz.

He tenido affaires interminables con los quesos franceses, cremosos y pegajosos, hechos de leche fresca de vaca, que adquieren una vida plena y madura mediante la confluencia del tiempo y el aire. El rico y distintivo olor de un brie de Melun curado se me ha derramado en el interior de la nariz y la boca, haciendo que se inundase de agua y deseo.

Fotografía de Thesupermat
He amado siempre cómo el chocolate con leche se disuelve sobre la lengua, de ese brote de ensueño de una fragancia espesa y sensual que se extiende desde la lengua hasta el paladar hasta encender todos los receptores de placer que hay en el cerebro.

Fotografía de David Wilmot de Wimbledon
Y luego está el croissant. ¡Un objeto tan breve, tan perecedero! Tan lleno de vida y, sin embargo, tan efímero como la más frágil de las mariposas, muerto al final del día, su lozanía acabada a las pocas horas. Le feuilletage, capa sobre capa de hojaldre espoleada por la levadura, fogosa con la mantequilla, estirada y doblada tan cuidadosamente como si se tratase de una carta escrita a mano.

Imagen de SKopp
En el hemisferio norte los croissants tienen una temporada, igual que los espárragos o las cerezas, y la temporada del croissant es breve, desde fines de octubre a principios de noviembre. Después, las cosechas de trigo del verano se mezclan con cosechas más antiguas, y el hojaldre elaborado a partir de trigos mezclados es inferior.

La particular fragancia cálida y gratificante de un buen croissant au berre en plena temporada, preferiblemente si lo comes en una cafetería parisina en un pálido día de otoño, recién salido del horno, caliente y vivo.

[…] El afamado pátissier parisino Pierre Hermé dice que el indicio de un croissant es bueno es que deberías poder oír cómo sufre mientras lo comes. (p. 26-28, mi traducción)

26 dic 2021

Reseña: Benang, de Kim Scott

Kim Scott, Benang: from the Heart (North Fremantle: Fremantle Arts Centre Press, 2009 [1999]. 500 páginas.

Hace nueve años que, en respuesta al comentario de una lectora del blog, dije que tenía este libro en la estantería y que esperaba que llegase el momento de poder leerlo. El momento le llegó a Benang. Por fin.

Publicado por vez primera en 1999, Benang continúa siendo un libro complejo, que supone un reto para sus lectores. Scott lo escribió cuando todavía era un hombre joven (nació en 1957) en una época en la que la lucha por el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios en Australia progresaba pese a las trabas que los conservadores ponían una y otra vez.

El narrador de Benang avisa al lector desde la primera oración: “Sé que incomodo a la gente y que hago pasar vergüenza incluso a quienes vienen a oírme cantar. Eso, lo lamento, pero no cómo toda la cháchara y las risitas nerviosas se desvanecen cuando me levanto del suelo y, mientras revoloteo en medio del humo de la hoguera, me giro lentamente a examinar ese pequeño círculo del que soy el centro.

Entonces lo sentimos, compartimos el silencio.“ (p. 7, mi traducción)

Es la historia que cuenta Harley, el joven al que trataron de criar como hombre de raza blanca. Con suma destreza, Scott introduce en la narración las narrativas familiares que contradicen el intento de borrado o eliminación de un pasado indígena, de sus orígenes Nyoongar. La novela incluye múltiples fragmentos y extractos de documentos auténticos extraídos de los archivos oficiales, entre ellos los escritos por llamado (la cruel ironía no debe escaparnos a ninguno) el Protector Principal de los Aborígenes, Auber Octavius Neville, arquitecto de la histórica política de asimilación (rayana en la destrucción) cultural, cuya significación palmaria hizo patente Kenneth Branagh en la película Rabbit Proof Fence.

Al yuxtaponer la transcripción literal de los textos históricos con la narración que hace Harley, Scott pone el acento en el racismo institucional de los colonizadores de Australia Occidental. El contraste es descarnado y brutal. En un cuadro impasible en el que entra toda clase de crímenes, atrocidades, humillaciones e indignidades infligidas en los antecesores de Harley, las palabras de los funcionarios gubernamentales hacen incluso más grande esa herida.

Benang se sitúa en la vasta región entre Albany y Esperance, en Australia Occidental. En la fotografía, East Mount Barren y las blanquísimas arenas de Four Mile Beach, en las afueras de Hopetoun.

En una narrativa fragmentada, deliberadamente desorganizada y dispersa, son las experiencias de los ancestros las que cuentan y se cuentan, hasta cerrar el círculo de la historia de la familia que se inicia con la llegada de Sandy, náufrago de un buque dedicado a la caza de focas. Con Fanny tiene tres hijos (Sandy el segundo, Harriette y Dinah) sobre cuyos destinos e historias vitales se construye esta historia de oprobio y supresión.

En la novela, Scott expone la manera en la que el discurso racializado del poder colonial construye estratos de poder y represión cultural, lingüística y económica. A medida que avanza en su narración, Harley va dejando detrás la ira, la confusión y la sensación de pérdida absoluta de identidad para acercarse a un momento de sanación y el reconocimiento de que puede haber un futuro. Después de todo, nos dice Scott, “hay una palabra Nyoongar, que a veces se escribe «benang», que significa mañana. Benang es el mañana.” (p. 464, mi traducción).

Una excelente novela que en su día recibió el Premio Miles Franklin. Muy merecidamente.

11 dic 2021

Reseña: In., de Will McPhail

Will McPhail, In. (Londres: Sceptre, 2021). 267 páginas.

La primera novela gráfica de McPhail, bastante más conocido por las viñetas que crea para The New Yorker, tiene como protagonista a Nick, un joven ilustrador de una gran ciudad estadounidense. Es un joven de naturaleza muy curiosa, indagador y observador de la vida, las personas y las cosas que lo rodean.

'Mind your own business, man!'(p. 25)
Nick piensa que la comunicación con los demás debería generar sentido. ¿Y quién no?, añado yo. Su arte para el dibujo a veces le complica las cosas, como cuando en el metro una mujer lo censura por dibujarla sin su permiso.

Pero su vida va a verse trastocada por dos sucesos. Primero, conoce a Wren, una atractiva oncóloga que ni es convencional ni tolera la tontería. Los dos se zambullen en una intensa relación. Que venga lo que haya de venir, ¿no? Mientras que Wren es mucho más experta en lidiar con los momentos más incómodos de la rutina diaria, Nick no parece contar con los mecanismo necesarios para enfrentarse a los protocolos típicos y lo profundamente trivial en la interacción que la vida diaria nos exige. ¿Aporta significado un silencio o la desviación de una mirada?

Cuando tu nombre acarrea una carga insoslayable...
Pero de pronto, una losa le cae encima: a su madre la diagnostican con un cáncer incurable. Si hasta entonces Nick había tratado de encontrarles sentido a los momentos en los que enlazaba con otras personas, desde ese vuelco todo parece oscilar entre lo más absurdo o lo más revelador. McPhail cambia entonces su técnica al color para indicarnos que lo nos muestra son las ensoñaciones de Nick, un extraordinario y espectacular paisaje en el que no hay palabras.

Un mundo paralelo donde dormir despierto.

A lo largo de la narración, McPhail hace un uso en parte excesivo de unos primeros planos en los que los rostros están casi desencajados. Ojos como platos para darnos a entender las interrogantes que se plantean en las cabezas de los personajes.

Si ya es duro al perder a alguien mayor que tú... ¿Quién quiere extrañar lo que hubiera ocurrido con alguien mucho más joven? 

In. es una emotiva historia en la que McPhail aborda temas urgentes en estos momentos: esa desesperante sensación de estar alienados aun dentro de una sociedad hiperconectada. El hecho d que en nuestras acecha la muerte en todo momento; la inevitabilidad de esta y el retraimiento emocional y social que por activa y por pasiva la sigue.

Un brillante debut de un excelente ilustrador.

30 nov 2021

Reseña: The Tribute, de John Byron

John Byron, The Tribute (South Melbourne: Affirm Press, 2021). 414 páginas.

Andries van Wesel, más conocido por su nombre latinizado, Andreas Vesalius, fue un médico flamenco del siglo XVI. Su más distinguida contribución a la ciencia fue la exhaustiva y completa descripción de la anatomía del ser humano, que condensó en un libro, titulado De humani corporis fabrica libri septem.

'El Maestro', según Porter. Estatua de Vesalius. Fotografía de Manuela Gößnitzer. 
En su excelente debut en el siempre dificil envite de la ficción, el australiano John Byron crea un espeluznante personaje obsesionado con rendir tributo a Vesalius. ¿Cómo? Con sacrificios humanos, utilizando víctimas propicias residentes en la gran conurbación de Sydney. Con cada una de sus víctimas, el cirujano asesino, Stephen Porter, reproduce uno de los capítulos del libro de Vesalius.

Sin embargo, Stephen no es el único criminal de esta novela. No se trata de un thriller al uso: prácticamente desde el principio la identidad del asesino nos es revelada. Cuando la dirección de la investigación va a parar a las manos del detective David Murphy, comienza el desarrollo de una trama excelentemente ideada y construida. Desde su puesto en el centro de asistencia al cliente del banco para el que trabaja, el asesino selecciona a sus víctimas. La policía no logra encontrar hilo alguno que conduzca hacia Porter. Hasta que el propio asesino cometa un error, naturalmente.

Y ese error se produce en unos grandes almacenes cuando una mujer engreída y egoísta se salta la cola de la caja para pagar sus compras. Porter la elige y la mata: ese será su error, porque en los centros comerciales siempre hay cámaras de circuito cerrado.

Para tratar de encontrar pistas que ayuden a la Policía de Nueva Gales del Sur a encontrar y detener al asesino en serie, Murphy recluta a su hermana Jo, académica experta en historia del arte. De hecho, en los primeros compases Jo ha dado una conferencia pública en la Universidad de Sydney, en la que ensalza los méritos de la Fabrica de Vesalius.

La portada de De humani corporis fabrica libri septem
Por medios nada lícitos Murphy identifica al blanco de la investigación policial. Porter logra escapar al cerco. Y es entonces cuando Murphy idea la trampa con la que quiere atraparlo. Y esa trampa implica el sacrificio de su esposa: Sylvia.

La novela despliega una estructura sumamente acertada. Pese a las subtramas que pueblan la narración, el ritmo es ágil. Los saltos en el punto de vista narrativo permiten que cambie constantemente la perspectiva entre el detective Murphy, Jo, Sylvia y el mismo Stephen Porter.

El autor incluye una breve introducción de cada uno de los tomos del libro de Vesalius: ‘Los huesos y los cartílagos’, ‘Los ligamentos y los músculos’, ‘Las venas y las arterias’, ‘Los nervios’, ‘Los órganos de nutrición y reproducción’, ‘El corazón y los órganos relacionados’ y ‘El cerebro’.

Murphy es sin duda el personaje central de la novela. El retrato que dibuja Byron del detective es absolutamente implacable. Un tipo brutal, alcoholizado y pendenciero, con algunos tintes de racismo y propenso violento, además de manipulador y misógino. De hecho, en la nota que sigue a la novela, escribe el autor acerca del verdadero tema de la novela: “la gente que sigue perpetrando las diversas formas de guerra doméstica asimétrica no captan este mensaje – el cual es, para dejarlo meridianamente claro: Que es inaceptable, qué mierdas, y ya es hora de parar, qué hostias. El control coercitivo, el abuso psicológico, el abuso económico, el aislamiento social, los insultos y humillaciones, la falta de respeto, la intimidación, la violación conyugal y la no conyugal, las palizas, los feminicidios: Todo eso tiene que terminar ya, y ha de ser para siempre. […] Con cada vez menos excepciones, nosotros, los hombres, somos los abusadores, nosotros somos los atacantes, nosotros somos los violadores, nosotros somos los asesinos. Esta epidemia no terminará mientras no la detengan los hombres. Y eso depende de nosotros, no de las víctimas. […]

En un libro en el que no faltan pasajes humorísticos – “… Ser poli ya es malo de por sí, pero trabajar en el comercio aplasta la fe que puedas tener en la naturaleza humana. Este es un sector que podría convertir al Dalai Lama en Vlad Țepeș, el Empalador.” (p. 249, mi traducción) – John Byron demuestra su profundo conocimiento del habla coloquial y las jergas en las calles y bares de Sydney. Detrás de este libro hay muchísima investigación, mucho trabajo de campo y un enorme amor por su ciudad natal. The Tribute fue finalista del Premio Literario del Premier de Victoria a manuscritos no publicados. Nada mal para un debut.

Además, encontrar mi nombre en las páginas dedicadas a los agradecimientos ha significado un hermosísimo detalle para mí. ¡Gracias a ti, John!

Wedding Cake Island, Coogee Beach. Fotografía de T. Wykes.

“Desde los altavoces llegaba la melodía surfera de Midnight Oil, ‘Wedding Cake Island’, en una llamada al orden para los nadadores en el extremo norte de la playa de Coogee. La excitada cháchara cesó al tiempo que el sonido de las guitarras se elevaba con la suave brisa otoñal de Sydney; justo entonces, sonó el pistoletazo de salida y se puso en marcha el Festival Anual de Natación de la Playa de Coogee. Jo entró corriendo en el agua, se zambulló por debajo de la ola que rompía en ese momento, reapareció en la superficie y aceleró con rumbo a Nueva Zelanda.

Tras rebasar Wedding Cake Island, pronto tuvo que enfrentar las sacudidas del oleaje en mar abierta al otro lado de las rocas durante unos cien metros, y luego viró hacia el canal entre el islote y la sólida base del promontorio del Sur de Coogee, dejando detrás la marejada. Tras pasar por delante de la Piscina de Señoras, los competidores nadaron en línea paralela a la playa, por detrás de las olas que rompían cerca de la orilla. Jo pisó el acelerador. Adelantó a la mayoría de los participantes, ya cansados, y entonces viró a la izquierda, se enganchó a la ola que llegaba por detrás de ella y que la impulsó hasta la orilla. Exultante y jadeando, cruzó la línea de meta: le ardían las piernas. Había hecho un tiempo un poco por encima de los cuarenta y seis minutos. Su plusmarca.” (p. 1, mi traducción) 

24 nov 2021

Dante's The Divine Comedy, translated by Clive James: A Review

Dante, The Divine Comedy (London: Picador, 2013). 526 pages. Translated into English by Clive James.

I confess to not having read Dante until now. I knew that the Divina Commedia is a 14th-century masterpiece and that it has influenced many a significant writer ever since it was published. When Clive James completed his lifetime project of translating it into English, I wanted to read it. His poetry I find extremely appealing and exquisite. How would an Australian poet manage such a huge challenge? I felt curiosity, even though the book has taken years to make it to the top of my reading list.

As a translator, I am aware that verse translation is an extremely demanding task. An oft-repeated dictum (thanks, Robert Frost) is that poetry is what gets lost in in the translation. When James took up the challenge of translating 100 Cantos, he was not only demonstrating his literary courage but also showing off his poetic skills. Was his decision not to include footnotes beyond the audacious? Was it doomed? The answer is no.

Every future student of translation should read his introduction to his massive effort. He sets out to make the poem acquire the fluidity in English that the original Tuscan Italian has. His most significant decision (and probably the most successful overall) is to write Dante into quatrains: abab, cdcd, and so on and so forth. Only the last two lines of every Canto are rendered as couplets.

To a 21st-century reader, however, the Divine Comedy is not as appealing a book as it would have been to Dante’s contemporaries. His is a realm of mostly spiritual, religious concerns which I have very little interest in, to be honest. What appeals me in this massive book is its lyrical qualities: the rhythm, the sparkle, the energy he infuses into his translation.

“For all the gold there is, and all that’s gone,/ Would give no shred of peace to even one/ Of these drained souls.” 'Hell', Canto 7. Illustration by Gustave Doré, 1857.

And yet it is true the brilliance is not everywhere across the book. Expecting absolute perfection throughout its 100 Cantos would be unreasonable. James skilfully shifts between formal and less formal registers. He does not translate for scholars but rather for ordinary readers. Having had the chance to translate Shakespeare into contemporary Spanish, I know how hard the challenge is, and how rewarding it can feel even when the translation is less than perfect.

I’ll quote one fragment, an example of what I mean by sparkle, freshness, and brilliance. It’s the beginning of Canto 8 from the ‘Purgatory’:

Now was the hour that longing turns around,

For sailors, towards what they left behind,

The hour that melts their hearts when, outward bound,

For just one day, the last light brings to mind

That they have said goodbye to dearest friends;

The hour that pierces the new pilgrim deep

With love, if he should hear what the bell sends

From far away, the sound of chimes that weep

In mourning for the dying day. It ends

In sadness…


As James’s reader, I am grateful for a translation that aims for readability, that eschews the footnotes and the scholarly paratext that normally accompany classics in our time. Highly recommended.

15 nov 2021

ACT Northern Border Trail: de Mulligans Flat a Hall

En 2013 se dio inicio a un fantástico proyecto en el Territorio de la Capital Australiana: el Sendero del Centenario (The Centenary Trail). En su totalidad tiene 145 km., y la dificultad varía considerablemente según la zona que atraviesa. Está concebido para senderistas y ciclistas de montaña. Este post cubre el tramo entre Mulligans Flat y la aldea de Hall.

La caminata recorre aproximadamente 15 km y tomará entre 3 y 4 horas, según el ritmo que uno aplique. Desde Mulligans Flat, el inicio es una exigente subida hasta el sendero propiamente dicho en el límite de la línea que divide Canberra de Nueva Gales del Sur.

El sendero sigue en gran medida esa línea divisoria, zigzagueando en dirección norte y noroeste primero, para después girar hacia el sur camino de Hall. Se pasa por Oak Hill, un lugar para acampar mantenido por el gobierno de Canberra (hay agua de lluvia y baños, pero está prohibido encender fuego) y One Tree Hill.

Hay tramos de pista en los llanos donde las bicicletas pueden avanzar muy rápido.

Vista panorámica del norte de Canberra, incluido Gungahlin, desde Oak Tree Hill.

Otra vista del norte de Canberra, en dirección sur hacia Belconnen.

El placer de encontrar y tocar árboles centenarios en el camino.

En las partes más boscosas no es inusual toparse con canguros, e incluso tímidos swamp wallabies como éste.

Un lagarto shingleback (Tiliqua rugosa) tomando el sol en los primeros días de la primavera de 2021 en mitad del sendero.

El sendero está muy bien señalizado. Además, el continuo paso de bicicletas de montaña ha dejado marcado el camino de manera inconfundible. El costado derecho (Nueva Gales del Sur) está completamente delimitado por las cercas de las granjas. 

Si los 15 km. no son suficientes, he aquí una idea: comienza la caminata desde Goorooyarroo Nature Reserve, al sur de Mulligans Flat y pernocta en el Northern Border Camp. No hay conexiones con el transporte público en ninguno de los lugares mencionados, pero sí hay paradas de autobús cerca de Mulligans Flat. Un autobús sale de Yass (Nueva Gales del Sur) y por Hall camino de Canberra, una vez al día, de lunes a viernes.

La calle principal de Hall. El pueblito cuenta con un bar, una cafetería y algunas tiendas más. Lamentablemente, no existe lugar alguno que ofrezca alojamiento.

14 nov 2021

Reseña: El hombre que se creía Vicente Rojo, de Sònia Hernández

Sònia Hernández, El hombre que se creía Vicente Rojo (Barcelona: Acantilado, 2017). 137 páginas.

La narradora de esta nouvelle de Sònia Hernández estaba atravesando una profunda crisis profesional y existencial cuando le surgió una magnífica oportunidad de tratar de relanzar su vida. Desde muy bajos niveles de autoestima y un desolador horizonte profesional, anímico y familiar, tras conocer a un famoso pintor la señora puede escribir un reportaje o un artículo para el periódico en el que solía trabajar.

La oportunidad se le presenta cuando su hija Berta se desmaya mientras escrutaba uno de los cuadros del pintor Vicente Rojo, expuesto en su instituto. El hecho es, sin embargo, que Berta estaba jugando a algo que ella denomina prosopagnosia. La prosopagnosia es un trastorno de carácter neurológico que ocasiona que quien lo padece no pueda reconocer los rostros de personas que ya conoce. Berta suele jugar frente al espejo en casa o con compañeros de clase: aguantan la respiración hasta que la falta de oxígeno en sus cerebros distorsiona la visión de las personas y objetos que tienen delante.

Es el pintor quien ayuda a Berta a volver a su casa. El entorno doméstico está muy lejos de ser el ideal para una adolescente obsesionada con la fealdad. Todo es feo, según Berta. Comenzando por ella misma. El padre se marchó. La madre tiene serios problemas de sobrepeso. Cuando conoce al hombre que dice ser Vicente Rojo, se agarra a la circunstancia de tener a su alcance una posible exclusiva con el pintor como a un clavo ardiendo. ¿Una salida, un augurio de superación personal y logros profesionales que barrunten un regreso a una existencia más tolerable?

Vicente Rojo: El verdadero. Fotografía de Milton Martínez - Secretaría de Cultura CDMX. 
La narración está concebida como una suerte de confesión. Y es este tema el que explota la autora con cierta fruición. Tenemos por lo tanto una narradora nada fiable inmersa en una fuerte crisis existencial que desearía reconvertirse en algo. Pero Hernández lo que hace es rizar el rizo: la madre es un personaje que se cree voz narradora poco fiable. Al comienzo de la historia repite hasta tres veces que su edad es cuarenta y tres años. Y que a esa edad, pues debe estar cerca del final. ¿De qué? Ni se sabe, ni realmente importa.

La segunda parte del libro apenas desarrolla la trama. Berta sugiere que sea el pintor, sea Vicente Rojo o no, quien ayude a la comunidad escolar del instituto a pintar un gran mural en honor de su compañero y amigo Mario, que ha sido diagnosticado con una grave enfermedad. El hombre que se cree Vicente Rojo titubea, no tiene nada claro que su contribución vaya a tener significancia. Pero la madre insiste y le visita en su estudio en entrevistas que con cada vez mayor frecuencia semejan ser sesiones terapéuticas. La labor periodística deja de ser una prioridad.

También el pintor terminará confesando su mentira vital. La lección que nos invita a extraer El hombre que se creía Vicente Rojo, pienso, es que todos podemos reinventar nuestra persona, romper con el pasado para construir una nueva identidad que nos satisfaga. O que nos deje vivir en paz. Y eso merece celebrarse con una opípara merienda, aunque solo sea por superar una vez más la sensación de que llegaba un final de algo. ¿De un libro sobre un hombre que se creía Vicente Rojo?

23/12/2021. My slightly different review of the English translation of the book (published as Prosopagnosia) has appeared in The AALITRA Review (16) 2021.

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