15 mar 2023

Reseña: River Sing Me Home, de Eleanor Shearer

Eleanor Shearer, River Sing Me Home (Londres : Headline Review, 2023). 376 páginas.

Rachel, la protagonista de esta novela, la primera de la autora, nació en la esclavitud en una plantación de caña de azúcar en Barbados. En su vida solamente ha conocido la crueldad, la brutalidad, la obligación de trabajar a cambio de nada y el robo de los cinco hijos que sobrevivieron a las durísimas condiciones en que vivían. Cuando en 1834 llega el decreto real que pone fin a la esclavitud, ella sabe que no le ha llegado la libertad. La realidad era otra: los esclavos pasaban a ser “aprendices” con un contrato de seis años que no podían romper y que apenas les daba para no morirse de hambre.

Intuyendo que de un infierno van a pasar a otro, Rachel decide huir. Su única meta en la vida es reencontrarse con sus hijos. La primera ayuda le viene de una enigmática mujer, Mamá B., que acaudilla un pequeño poblado de esclavos huidos y emancipados. Gracias a Mamá B., Rachel consigue llegar a la ciudad, Bridgetown. Rachel encuentra a su hija Mary Grace, que trabaja en una sastrería. Los dueños de la tienda se apiadan de ella y le ofrecen trabajo y un lugar donde refugiarse del dueño de la plantación, que sigue buscándola.

Alentada por datos de un registro de venta de esclavos, de Barbados parten hacia Georgetown, en la Guyana Británica, en busca de los otros cuatro hijos. Durante el viaje se les une un marinero llamado Nobody (Nadie). En una de las plantaciones Rachel recibe la noticia de que a uno de ellos, Micah, lo ejecutaron sumariamente durante la rebelión de Demerara en 1823 (suceso histórico que es el eje central del libro White Debt, que reseñé hace unos meses). En su largo periplo se adentran en la jungla de Guyana hasta encontrar al tercero, Thomas Augustus, en un remoto y oculto poblado de esclavos huidos. Pero Thomas Augustus no quiere abandonar el lugar en el mundo en el que ha encontrado la paz y la libertad, de modo que Rachel, Mary Grace y Nobody reemprenden su viaje, esta vez rumbo a Trinidad, donde se supone que están las dos hijas que faltan.

En Trinidad no tardan en encontrar a Cherry Jane, que ha logrado ascender socialmente y no quiere renunciar a su buena fortuna. El viaje final para encontrar a su última hija, Mercy, es arduo, largo y dificil. Trinidad es una isla mucho más grande que Barbados y las condiciones son tremendamente difíciles. Cuando por fin dan con Mercy, descubren que está embarazada en una plantación del este de la isla. El dueño es el epítome de la brutalidad y será nada fácil que deje ir a Mercy. Pero la lucha por la libertad propia y de sus hijos guía a Rachel.

Un lugar en el mundo. Mayaro Beach, Trinidad y Tobago. Fotografía de Kalamazadkhan. 

De todo lo anterior se podría pensar que es una excelente trama (y en cierto modo, pese a la obvia falta de verosimilitud en muchos momentos, lo es). Pero una gran historia no siempre resulta ser una gran novela. En River Sing Me Home es más que notable la ausencia de oficio narrativo. Los personajes carecen de profundidad, pese al evidente esfuerzo de Shearer por dotarlos de algo sustancial. La famosa regla novelística (“Show, don’t tell”) apenas se cumple, y la novela se construye en una narración absolutamente lineal. Hay únicamente un punto de vista (el de la voz narradora omnisciente), constantemente centrado en la perspectiva de Rachel. Y además, le sobra melodramatismo.

River Sing Me Home, que tan buenas reseñas ha recibido tras su aparición, no deja de ser un claro ejemplo de cómo se puede dar con una gran historia y desarrollarla construyendo una trama que es simplemente pasable, y que sin embargo termina materializándose en una narración rectilínea, bastante predecible y una pizca ramplona. Una pena, todo sea dicho.

12 mar 2023

Fabien Toulmé's Hakim's Odyssey, Book 1: A Review

Fabien Toulmé, Hakim's Oddyssey: Book 1: From Syria to Turkey (University Park, PA: Graphic Mundi, 2021). 262 pages. Translated from the French by Hannah Chute. 
The number of Syrian refugees in Turkey is close to 4 million people. The war began in 2011 around the same time as the so-called Arab Spring, now a distant memory of the short-lived push for Western-style democracy in many Arab-speaking countries. Few pundits will currently believe it has any chances of a resurgence.

Hakim is the fictitious name of a Syrian refugee who fled the country. His story is narrated by Fabien Toulmé, a French graphic artist with a cause. In his prologue, underneath the drawing of a plane flying above clouds: “Curiously, the urge to write about the migrants who are crossing the Mediterranean came upon me because of a disaster that had nothing to do with this problem…” (p. 2) The plane was the Germanwings Flight 9525 that left Barcelona but never reached Düsseldorf. Toulmé contrasts this terrifying tragedy with the recurrent tragedies of boats sinking while trying to reach Europe. Why do the deaths of tens of thousands of refugees who try to make it across the Mediterranean (when not a very high fence in Melilla) hardly ever make it to frontpage news? Why are we never told who these persons were or what dreams they had?

Toulmé suggests it is an issue of empathy: we are able to picture ourselves as passengers on a doomed plane, of course. But never would we imagine ourselves as the precarious overload on a leaky boat escaping war or famine or political repression or all three of the above.

The story has been divided into three volumes. The first one introduces us to a young Hakim growing up in a country that has been ruled by one family dynasty, the Assads. He comes from a family of gardeners who have successfully run a plant nursery near Damascus for decades. When the trouble starts, Hakim tries to avoid it as much as possible. But one day, at a military checkpoint, soldiers find a mask in the boot and immediately suspect him of being linked to terrorists.

In a peaceful country you are able to work and smell the roses...until a genocidal dictator decides otherwise. 

He is arrested and tortured. His freedom is attained only because someone in his family circle agrees to pay a hefty amount for his release. The family nursery gets confiscated by the army; so when his brother disappears, Hakim makes up his mind to leave Syria and look for work in Lebanon. He is not alone, of course. Jobs are hard to find in Beirut, so he goes to Amman in Jordan. The same situation confronts him there: badly paid jobs, discrimination, precariousness, the risk of being under surveillance from Assad’s agents…

"Their questions got crazier and crazier..." As if answering any of them would be of any use!

Eventually he arrives in Antalya, southern Turkey. Hakim meets Abderrahim, a wealthier Syrian who has also fled the country. He and his family help him to get jobs and make some headway. So much so that he marries Abderrahim’s daughter Najmeh. Volume 1 ends with their move to Istanbul.

Their wedding reception takes place in a small pizza parlour in Antalya. Unforgettable!

The message about the horrors, the repression and the corruption of the Assad regime comes through loud and clear. The fact that the character is a humble nursery gardener makes it even easier for the reader to make a connection. But he is just one of the hundreds of thousands whose stories deserve to be widely divulged.

Hakim’s Odyssey is composed in very simple artwork, yet it works really well in terms of backing the narrative with few colours and details. Toulmé acknowledges he had to use the services of an interpreter to interview Hakim. He is completely aware that his story is doubly mediated. This is a great story told through very simple yet powerful images.

12 feb 2023

Reseña: Caste - The Lies that Divide Us, de Isabel Wilkerson

 
Isabel Wilkerson, Caste: The Lies that Divide Us (Londres: Allen Lane, 2020). 476 páginas.

Mucho antes de que las veleidades de la política pusieran de moda la palabra en una maniobra harto conocida de tergiversación semántica, los portugueses aplicaron el término ‘casta’ al sistema jerárquico hereditario que dividía la sociedad en la India del siglo XVI a la que llegaron para consolidar su preeminencia en el comercio de especias en el mercado europeo. Los portugueses compartían la palabra, posiblemente derivada de ‘cesta’, con los castellanos, en una época en la que judíos y moriscos estaban siendo expulsados de las tierras en las que habían nacido.

“Fue con la creación del Nuevo Mundo que los europeos se convirtieron en blancos, los africanos en negros, y todos los demás en amarillos, rojos o morenos. Fue con la creación del Nuevo Mundo que se separó a los seres humanos en función de su aspecto, identificados únicamente por contraste entre sí y clasificados para formar un sistema de castas basado en un nuevo concepto denominado raza. Fue en el proceso de clasificación que a todos nos asignaron papeles para satisfacer las necesidades de una mayor producción.
Ninguno de nosotros somos nosotros mismos.” (p. 53, mi traducción)

La premisa clave del libro de Wilkerson reside en que tres sistemas de segregación social (el sistema de castas de la India, el nazismo de la Alemania del siglo XX y el sistema racial de los Estados Unidos) comparten una misma lógica. Es sin duda debatible, aunque tras la lectura del libro a mí me da la impresión de algo de cierto debe haber en lo que plantea Wilkerson.

Para poder distinguir entre racismo y sistema de castas, Wilkerson nos recuerda que el primero es algo deliberado y perverso, algo esencialmente personal; el sistema de castas sería el armazón estructural social, económico y jurídico que mantiene las desigualdades y que, por ende, permitiría que tenga lugar el primero.

Resulta evidente que toda simplificación de fenómenos tan complejos y que presentan tantísimas aristas supone un riesgo. Wilkerson aporta en siete secciones un análisis extraordinariamente completo de cómo los sistemas de castas reproducen la desigualdad – a través de estrategias de endogamia y herencia de privilegios, por ejemplo, y ciñen prácticamente todos los aspectos de la sociedad en la que persisten.

Una muestra de ello lo da en la comparación del sistema en India y en los EE.UU. en el siglo XX. El concepto de casta se basa en nociones de pureza y contaminación externa: igual que las castas superiores indias consideran ‘intocables’ a los parias, en muchos municipios norteamericanos a las familias afroamericanas se les prohibía bañarse en las piscinas públicas porque las autoridades alegaban que contaminaban el agua.

Además de un exhaustivo análisis de la literatura existente, la autora aporta ejemplos de su propia experiencia vital. Apunta los enormes daños que las absurdas pautas de dicho sistema causa a la sociedad del país, en una evidente refutación de los valores democráticos en los que dice estar basada: es la raza de la víctima la que predice quién va a recibir los mayores castigos y con mayor probabilidad en el sistema legal de castas de los EE.UU. El veneno del sistema es tan poderoso que hasta los miembros de las castas inferiores tienden a asumir su posición en los estratos inferiores de la comunidad. “El éxito en el sistema de castas estadounidense precisa de un cierto nivel de destreza a la hora de decodificar el orden preexistente y responder a sus dictados. El sistema de castas nos enseña a todos respecto de quiénes son las vidas y opiniones que deben tener mayor peso y prevalencia en la mayoría de los encuentros. Uno de sus maestros aventajados es el sistema de justicia penal, el cual desciende de los códigos penales de la era de la esclavitud.” (p. 240, mi traducción)

“Davis terminaría obteniendo su doctorado en antropología por la Universidad de Chicago y formaría parte de su Facultad, convirtiéndose así el primer catedrático titular negro en una importante universidad blanca estadounidense. Pero sufriría otros ultrajes. Los compañeros de la Facultad debatieron abiertamente si debía permitírsele que enseñara a estudiantes blancos, y durante un tiempo tuvo prohibido comer en el comedor de la facultad.
De los principales estudiosos del Sur estadounidense de la primera mitad del siglo XX, él y su esposa fueron de los únicos investigadores de campo que trabajaron a la sombra de la subordinación del sistema de castas.” (p. 256, mi traducción) Sello conmemorativo del antropólogo Allison Davis (Fuente: https://postalmuseum.si.edu/exhibition/the-black-experience-shaping-education/dr-allison-davis)

Sería ilógico esperar que Wilkerson tuviera la varita mágica que soluciones los males de estos antiquísimos sistemas de desigualdad y privilegio, pero como mínimo hay que apelar a que todos empecemos por sentir y demostrar empatía: “La empatía no sustituye en modo alguno a la experiencia. No podemos decirle a una persona que tenga una pierna rota o una herida de bala que no tiene dolor. Y la gente a la que le ha tocado la lotería de la casta no están en condiciones de decirle a otra persona que haya sufrido bajo la tiranía del sistema de castas qué resulta ofensivo o hiriente o degradante para quienes están en el estrato inferior. El precio del privilegio es la obligación moral de actuar cuando uno ve a otra persona que recibe un trato injusto. Y lo menos que puede hacer una persona de la casta dominante es no empeorar el dolor.” (p. 386, mi traducción)

“La mayor desviación del guion del sistema de castas estadounidense fue la elección de un afroamericano al más alto cargo del país. La Historia nos había enseñado que este trastorno del orden social tendría consecuencias. Y las hubo.” (p. 311, mi traducción)

Caste es un libro apabullante por su franqueza. No por ser conocedores de las monstruosas y repugnantes atrocidades cometidas en nuestra era dejan de impactarte los datos que aporta y las conclusiones que se derivan.

Caste lo publicó en castellano Paidós Ibérica en 2021, con el título Casta: El origen de lo que nos divide, con traducción de Antonio Francisco Rodríguez Esteban.

6 feb 2023

Reseña: Klara and the Sun, de Kazuo Ishiguro

Kazuo Ishiguro, Klara and the Sun (Londres: Faber and Faber, 2021). 307 páginas.

Que la inteligencia artificial continúa haciendo progresos asombrosos no es noticia. De hecho, es evidente que en un futuro no muy distante las máquinas programadas y los algoritmos van a suplantar la mayoría de las tareas y funciones que durante siglos han realizado los humanos. La cuestión realmente candente es si esos robots o androides o llámense como se llamen podrán adquirir rasgos esencialmente humanos.

La Klara de Ishiguro es una AF, una ‘Artificial Friend’. Pero resulta ser no solamente una máquina diseñada para ser amiga y hacerle compañía a niños y jóvenes, pues es también la narradora de esta novela. Sugiero no obstante fijarse en un importante (en mi opinión) detalle gramatical de lo que acabo de decir: he utilizado el género femenino. ¿Pueden los Artificial Friends adquirir y cultivar rasgos tan humanos como ese?

El amigo artificial por excelencia para quien, como yo, tenga que cortar el césped varias veces al año.

Al comienzo de su relato, Klara cuenta cómo cada mañana se coloca en el escaparate de la tienda donde está en venta. Klara y sus colegas se nutren de la luz solar. Dicha energía les permite caminar, hablar, ver el mundo (en una suerte de pantallazos a la manera de Windows, supongo) y, lo más importante, aprender a comportarse en el contexto de la sociedad humana en la que van a vivir.

Un día entra en la tienda Josie, una jovencita que parece estar padeciendo una enfermedad cuya curación no parece posible. Tras la visita, Klara se ilusiona y espera pertinazmente que vuelva a por ella. Finalmente Josie vuelve con su madre y compran su amiga artificial. La vida en la casa de Josie supone muchos cambios, pero Klara demuestra un gran poder de adaptación, algo que ya quisieran tener muchos humanos.

El mundo en el que viven Klara, Josie, la madre de Josie y el círculo de amigos y conocidos es ciertamente similar al nuestro: hay polución muy nociva (que Klara relaciona con unas máquinas que identifica como Cootings), y entre las nuevas generaciones parece haber una selección de protegidos (entre los que no está el amigo/vecino/novio de Josie, Rick). Ishiguro mantiene todos los aspectos que pudieran apuntar a un lugar conocido (en los Estados Unidos) dentro de una imprecisión premeditada, aunque la sociedad en la que se inscribe la historia de Klara es inequívocamente la occidental.

Seguramente el episodio que más desasosiego causa en la novela es la visita a Capaldi, una suerte de artista con quien la madre de Josie ha estado negociando la producción de un retrato de la hija: ante la creciente posibilidad de que sucumba a su enfermedad, Capaldi explora la conversión de Klara en una reproducción de la joven enferma.

¿Dónde estarán los límites de la inteligencia artificial, si es que los vaya a haber? ¿Podrá un robot reemplazar a personas tan importantes para nosotros como nuestras amistades y demostrar empatía? Sabemos ya que hay máquinas diseñadas y programadas para matar y hacer cumplir la ley. Alguien que sabe mucho de este tema me confesó que dejó su trabajo y abandonó la investigación en robótica porque los límites éticos que él quería respetar a toda costa estaban siendo erosionados por sus superiores. Es, como mínimo, para estar intranquilos.

En todo caso, ciñéndonos estrictamente a los aspectos puramente literarios de Klara and the Sun, Ishiguro juega con nuestra capacidad para resistir con la incredulidad, realizando una arriesgada apuesta al hacer del robot la narradora. El lenguaje mismo que emplea Klara es en apariencia trivial: les habla a las personas en tercera persona (nunca directamente, sin recurrir al «tú»). Pienso que es una estrategia deliberada del autor. Nadie se va a identificar con un narrador que no habla como un ser humano. ¿O sí?

Un buen libro con muchos más matices e interrogantes de los que uno aprecia a simple vista. Lo recomiendo.

Publicado en castellano como Klara y el Sol por Anagrama en 2021, con la traducción de Mauricio Bach; i en català, amb el títol de La Klara i el Sol, en una edició també d’Anagrama del mateix any, amb traducció a càrrec d’en Xavier Pàmies.

15 ene 2023

Reseña: The New Nomads, de Felix Marquardt

Felix Marquardt, The New Nomads: How the Migration Revolution is Making the World a Better Place (Londres: Simon & Schuster, 2021). 278 páginas.

Hace ya más de una década que participé en calidad de intérprete en dos rondas (la primera y la tercera) de negociación de un TLC. Los Tratados de Libre Comercio abogan por la libre circulación de productos, servicios y capitales entre países. Es la expresión jurídica y política de la fuerte ola globalizadora iniciada en la segunda mitad del siglo pasado e intensificada en este siglo XXI.

Un TLC es el triunfo más obvio y palpable del modo de producción y gestión capitalista. Australia, por ejemplo, ha hecho de los TLC un ‘modo de vida’: es país signatario de dieciséis TLC firmados y en marcha con otros veintiocho. Es innegable que los australianos nos hemos beneficiado mucho de ellos. El nivel de vida que hay en Australia es ciertamente envidiable.

Sin embargo, la libre circulación de productos, servicios y capitales no incluye a las personas. Y a pesar de ello, la gente sigue emigrando. A países como Australia, sí, pero también a la Unión Europea, a Estados Unidos o a cualquier otro lugar donde alguien con las ganas, las destrezas, los conocimientos o las aptitudes que sean requeridas podrá labrarse un futuro.

La tesis que expone Marquardt en The New Nomads es, en cierto modo, palmaria. La Historia nos (de)muestra que el hecho de cambiar de lugar de residencia para tratar de encontrar una vida mejor forma parte de la experiencia de los seres humanos desde siempre. El fenómeno que Marquardt señala es el hecho de que los desplazamientos en el siglo XXI no siguen las mismas rutas o direcciones que solían seguirse en siglos anteriores (para muestra un botón: pongamos por caso las masivas salidas de irlandeses, italianos o españoles en el siglo XIX). La migración es ya, de hecho, multilateral y multidireccional.

El libro presenta infinidad de casos personalizados, gente joven a la que el autor entrevista. Explica que, aunque históricamente la posibilidad de emigrar estuvo siempre reservada a las elites, “Hoy en día, cualquier europeo de todos los orígenes, salvo los más pobres, puede posiblemente coger un autobús rumbo a un país extranjero y experimentar algo del mundo al otro lado del horizonte. […] Todos hemos oído alguna vez la frase ‘saber es poder’, pero para la mayoría de las civilizaciones antiguas, saber era viajar. Para los griegos o los fenicios, literalmente no existía la educación sin viajar, ni se daba el viajar sin una educación. Lo que convertía a alguien en educado (y poderoso) era el hecho de que había viajado.” (p. 57, mi traducción).

Una curiosa observación que realiza Marquardt en torno a las tendencias migratorias en esta segunda década del siglo XXI es el hecho del rápido crecimiento que está teniendo la migración entre países del hemisferio sur: “Esta migración no es del tipo que obsesiona a los economistas, ni tampoco del tipo que irrita a los votantes y lleva a los populistas al poder en Occidente. Pero representa una herramienta esencial para el desarrollo en los países que cuentan con las más pequeñas emisiones de gases invernadero (las de África representan entre 4 y 5 por ciento de las emisiones globales” (p. 90, mi traducción). Es decir: puesto que los desplazamientos poblacionales siempre acarrean movimientos de capital, este tipo de migración resulta ser una suerte de ayuda al desarrollo mucho más eficaz que los métodos empleados hasta ahora. “Se precisa dinero, tesón y coraje para convertirse en migrante, y quienes escogen hacerlo nunca son los más vulnerables en sus países de origen y, por esa razón, la ayuda exterior que se gasta con la esperanza de disuadir la emigración tiene el efecto opuesto: el desarrollo exitoso en casi todos los países que antes eran pobres ha dado lugar a un incremento, en lugar de una reducción, de la emigración.” (p. 91, mi traducción)

The Monument to Migrants, Lake Vasto, Perth, Western Australia. Fotografía de Calistemon.

Hay también espacio para algunas críticas (más que probablemente justificadas) hacia las elites y las “Mentes Brillantes” que de forma periódica se reúnen en algún lugar del mundo para hablar de soluciones a los muchos males que nos afectan. Denuncia el escritor multinacional la profunda inmadurez de lo que él denomina solucionismo: “la idea de que todo lo que nos hace falta hacer es ponernos a pensar todos juntos e ‘idear algo’ que nos permita ‘lidiar con’ los principales problemas de nuestro tiempo. Esos problemas, desde la migración al colapso climático y la sexta extinción de especies que está ya en marcha, desde los asombrosos niveles de desigualdad en el mundo a la naturaleza inherentemente ecocida del súper-organismo metastatizado al que llamamos economía global, no son ‘problemas’. Son situaciones precarias. Los problemas tienen soluciones […] las situaciones precarias no. […] En este contexto, nuestra tendencia moderna a buscar ‘soluciones’ no es solamente equivocada. Es un pasivo, una deuda. No podemos ‘solucionar’ esos problemas, por muy brillantes que podamos ser. Hemos de vivir con ellos.” (p. 216, mi traducción)  

Aunque este libro de Marquardt se aleja mucho de la teorización e incide mucho más en los testimonios y las impresiones que decenas de personas le han aportado para su escritura, no está exento de algunas importantes reflexiones. Por ejemplo, la que hace en la página 121: “No obstante, quizá lo más importante que nos enseña la emigración es que el lugar de donde uno venga y el lugar al que uno se dirija no son más que meras proyecciones de los verdaderos interrogantes de la vida: ¿Quién eres? ¿Quién deseas ser?”

No es que The New Nomads revele algún dato o razonamiento espectacularmente novedoso. Sin embargo, es una lectura amena y fácil que aporta perspicacia y muchos matices personalizados al tema de la migración en esta época tan convulsa. Imagino que no entrará a formar parte de la lista de libros indispensables de los dinosaurios intelectuales que militan en partidos políticos xenofóbicos. Eso significa que, de entrada, es un buen libro.

27 dic 2022

Laurent Binet's Civilisations: A Review

Laurence Binet, Civilisations (London: Harvill Secker, 2021). 310 pages. Translated from the French by Sam Taylor.

I have no doubt it must be lost of fun to write fictional History while being fully aware that your reader is not to demand any verisimilitude of what you write. Art for art’s sake, I guess. Binet’s Civilisations is one such work: it’s offhand in its fun, bold in its ingenuity but invariably overambitious in its purpose and meaning.

The premise is simple: instead of the various European powers conquering the continents across the Atlantic, it is the Incas (and subsequently the Aztecs) who sail across the waters eastwards and reach Lisbon in the wake of a dreadful tsunami. Atahualpa, their king, is undefeatable in his thirst for some sort of black drink monks seem to be very good at producing; vanquishing the Spanish emperor is way too easy. The road to Europe lays expedite thereafter.

But centuries before, the Vikings had reached the north with Erik the Red’s daughter as their leader. Her descendants eventually make their way to Panama, only to be stopped by the Darién Gap (the present-day irony of this is magnificent, one must admit!).

The second part of the book takes us with Columbus in his first voyage of discovery. Unlike what actually happened, Columbus does not make it back to Spain, fails miserably in his attempts to convert the locals to what the Incas will later call the weird cult of the “nailed god”. The Spanish Court gives up on the extremely expensive adventure of crossing the ocean and loses its interest in western lands.

A couple of decades later, having been defeated by his brother, Atahualpa the Incan emperor is escaping Peru in Columbus’s ships and heads eastward. Thanks to endless supplies of gold, the emperor succeeds in conquering the lands and the minds of Castilians, Italians, Frenchs and Germans. His trick to unite the continent five centuries before actual History occurred? He does away with feudal taxation and the property of land, decrees religious freedom all over the place (the only mandatory rule is to adore the Sun) and develops the land with a view to eradicate hunger and poverty.

Atahualpa. Would he have really achieved so much in so little time?

But suddenly, another enemy from the West appears: the Aztecs arrive in England and decide to conquer France with their army (led by Cuauhtémoc). Paris is quickly taken, and a huge pyramid is bult near the Louvre, which will become the venue for their favourite pastime: human sacrifice. With the supply chains of gold interrupted, Atahualpa reacts and brings back taxation to fund the war effort. Sounds kind of familiar, doesn’t it?

Nonsensical? Maybe, but it’s good fun to read. The somewhat unexpected coda of the book brings Cervantes, El Greco and Montaigne together in the Frenchman’s castle. Their interaction prophesies modernity in all its expressions and raises the stakes even further by taking the painter and the Spanish novelist to Mexico in search of a better life.

The text was splendidly rendered by Sam Taylor into English, yet one glaring syntactic error kept nagging (quite likely the result of a overzealous proof-reader?) This is found on page 175 of the public library copy I read: “He [Atahualpa] distributed Golden Fleeces, a highly prized distinction that cost him nothing and possessed the advantage of binding him to whomever received it.” My italics.

Publicado en castellano por Seix Barral (traducido por Adolfo García Ortega). Publicat en català per Edicions de 1984 (traduït per Mia Tarradas).

22 dic 2022

Reseña: Seek You - A Journey Through American Loneliness, de Kristen Radtke

 
Kristen Radtke, Seek You: A Journey Through American Loneliness (Nueva York: Pantheon Books, 2021). 352 páginas.

Mitad memoria, mitad ensayo, Seek You desafía las categorizaciones fáciles y pone al lector contra las cuerdas de la soledad como el mal que más aqueja a la sociedad altamente interconectada del siglo XXI. Y fíjate que he utilizado la palabra «interconectada», no «acompañada». Porque no son, evidentemente, lo mismo.

Conectados sí, pero... ¿acompañados?
Radtke divide el libro en cuatro grandes secciones temáticas: ‘Escucha’, ‘Observa’, ‘Haz clic’ y ‘Toca’. Partiendo de la premisa de que “a menudo la soledad resulta exacerbada por la percepción de que uno está solo mientras que todos los demás está conectado. Está exagerada por la sensación de estar al margen de algo en lo que otros participan, sea una familia, una relación o incluso un chiste.” (p. 12, mi traducción)

En un extenso repaso histórico de los avances, movimientos e impulsos sociales comunicacionales del siglo pasado, Radtke une fenómenos tan dispares como la introducción de la risa enlatada en las comedias televisivas, las salas de chat que proliferaron hace un par de décadas, las redes sociales que siguen en pleno apogeo, las matanzas causadas por hombres armados o los experimentos del psicólogo Harry Harlow, cuya dudosa reputación se basa en los ensayos en torno a la separación del bebé, sus necesidades de dependencia y las consecuencias del aislamiento social. Para todo lo anterior, Harlow utilizó macacos en pruebas que implicaban una brutal tortura de los animales.

El libro funciona, principalmente porque Radtke yuxtapone los datos históricos y científicos con sus propias experiencias y observaciones. Pese a tener un formato gráfico, son las palabras las que mejor transmiten el mensaje. Las imágenes realzan e incrementan el texto. La tipografía está más cerca de la caligrafía manual que de la generada por computadora y encaja perfectamente en los fondos blancos, verduzcos pardos, anaranjados y oscuros sobre los que la autora superpone una infinidad de motivos, desde paisajes a titulares, pasando por pantallas o retazos de ambientes.

Cuartel de la National Rifle Association en Virginia. Fotografía de Bjoertvedt.
Hay algo en el libro de Radtke que está indudablemente circunscrito a la realidad estadounidense: las muertes que de forma reiterada causan las armas de fuego en el país. Dice la autora: «Se podría decir con total certeza, como hace la mayoría de todos los que conozco en Nueva York, que el problema son las armas de fuego, y las ilógicas leyes que permiten proliferación. Más allá de los grupos de presión y del dinero están quienes se afligen en grupos, acurrucados detrás de sus ordenadores y teléfonos y en vigilias y por los canales por cable más tolerables, unidos todos por la conciencia de saber que están absueltos, que les escriben a los miembros del Congreso y a sus representantes estatales para decir 'no más' y 'basta ya'. Mis amigos y a veces yo misma diremos en cambio que los otros, esos que repiten lo de «las armas no matan a la gente» o lo de «démosles armas a los profesores», esos que defienden su derecho a tener armamento contra un enemigo inevitable, son en realidad el enemigo, son el mal que ha causado tantas nueva y enorme pérdida de vidas.» (p. 165)

No es Seek You un libro que plantee soluciones o brinde recursos para superar la soledad. Todos sabemos que el contacto humano, sea directamente físico o simplemente visual, nos hace sentirnos menos solos. Es en cierto modo un tratado, un ensayo gráfico, marcado por el rigor y la benevolencia (en el sentido más etimológico de la palabra).

«Para mí, la soledad es como estar bajo el agua, como palpando un mundo mudo en el que el volumen del sonido de tu propio cuerpo es alto frente al silencio de todo lo demás. Los sencillos gestos que con tanta facilidad se hacen en tierra se vuelven dificultosos, como si estuvieras lanzándote contra una carga para la que no está hecho cuerpo alguno». (p. 104, mi traducción)

6 nov 2022

Reseña: Transcendence, de Gaia Vince

Gaia Vince, Transcendence. How Humans Evolved through Fire, Language, Beauty and Time (Gran Bretaña: Allen Books, 2019). 294 páginas.

¿Por qué reflexionar sobre nuestros orígenes como seres humanos y esa fascinante evolución por la que hemos pasado hasta ser quienes somos, ahora en 2022, frente a los innumerables quehaceres y frecuentemente estresantes desvelos que nos mantienen ocupados a diario? Una respuesta válida a esa pregunta (una pizca simplista, lo sé) sería porque quizás nos encontremos ante un etapa clave en la supervivencia de la Humanidad.

Una manera mucho más llevadera (y ciertamente menos angustiosa para muchos) es leer libros como éste. Transcendence propone una lectura persuasiva de quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos.

La autora plantea una breve historia de la humanidad en torno a cuatro conceptos clave: fuego, lenguaje, belleza y tiempo. Esos cuatro aspectos de nuestro quehacer en este planeta son, a grandes rasgos, los que nos han permitido imponernos a medios francamente hostiles, a someter a otras especies y finalmente a sobrepoblar nuestro mundo. De ser un primate vulnerable e insignificante en las sabanas africanas hemos llegado a ser el animal más numeroso y temible (incluso para nosotros mismos) en el planeta.

Le Tour de France? “Las diferencias genéticas entre poblaciones están desapareciendo, no porque hayamos dejado de evolucionar genéticamente, sino por nos estamos entremezclando más. Gran parte del aislamiento tribal del pasado terminó con los devaneos sexuales entre grupos, el mestizaje, la migración y el comercio. Incluso cuando las tribus mantenían normas estrictas que prohibían el mestizaje entre grupos, la evidencia genética prueba que continuó. La domesticación del caballo y la invención del transporte rodado lo aceleraron, pero ya bien entrado el siglo XIX los europeos continuaban casándose con parientes cercanos. La bicicleta redujo esto de forma considerable al permitir el sexo entre poblaciones geográficamente distantes. La venta de cuatro millones de bicicletas antes de la Primera Guerra Mundial tuvo un impacto notable en la sociedad francesa, que incluyó el hecho de que los franceses crecieran en estatura al reducirse el número de matrimonios entre parientes consanguíneos. En Inglaterra se vio el mismo efecto.” (p. 190, mi traducción). Fotografía de Macieklew.
Así, el fuego nos facilitó unos recursos que eran impensables hasta que se logró su dominio: contribuyó a estabilizar la dieta, se convirtió en una herramienta defensiva y ayudó a potenciar el sedentarismo.

Con el lenguaje, los humanos pudieron transmitir conocimiento para guiar a las siguientes generaciones, uniendo más todavía a grupos y tribus que tendían a estar dispersos. La invención de la escritura no solo hizo posible que yo escriba hoy esto: ha facilitado la evolución cultural y el intercambio de mucho más que ideas o historias.

El concepto de belleza contribuyó sobremanera al comercio. La globalización (tan denostada por ciertas ideologías retrógradas e involucionistas) favoreció la socialización y la compartición no solamente de mercancías, gustos estéticos o mitos, sino también de valores que hoy en día tenemos por irrenunciables.

Vince pone el dedo en la llaga cuando al seleccionar el tiempo como cuarto factor clave de nuestra singular aventura en el tercer planeta de un diminuto sistema en una parte insignificante del universo. Si bien la idea del Tiempo nos ha ayudado a organizarnos (y también a estresarnos), queda en evidencia nuestra absoluta incapacidad para leer el horizonte y planear qué debiera ocurrir en nuestro entorno (sea a pequeña escala o mucho mayor) cuando ya no estemos aquí para solucionar los problemas que surjan.

“H.G. Wells publicó The Time Machine [La máquina del tiempo] en 1985, una década antes de que Einstein publicara su teoría de la relatividad especial; por primera vez, la posibilidad de que los seres humanos tuvieran control absoluto sobre el tiempo empezaba a parecer matemáticamente factible. Lo irónico es que, pese a toda nuestra experiencia con el tiempo, nos resulta no obstante tan difícil como siempre planear el futuro de la humanidad e imaginar un mundo en el que estemos muertos. Quizás se trate de un fracaso cognitivo de la biología, pero es sin duda una deficiencia cultural.” (p. 213, mi traducción) 

Escrito en un lenguaje perfectamente comprensible, con Transcendence Gaia Vince parece exhortarnos a considerar el largo camino recorrido y la responsabilidad que tenemos como dueños del planeta de no reducir ese itinerario a unas pocas décadas más. Tenemos las herramientas, las intuiciones y la voluntad para escoger nuestro destino. ¿Sabremos hacer lo necesario?

Una obra atrevida y fascinante, además de muy recomendable; este libro de Gaia Vince se publicó el año pasado como Trascendencia en la editorial El Viejo Topo. La traducción corrió a cargo de Josep Sarret Grau.

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