6 abr 2024

Kangaroo Island Wilderness Trail

El Kangaroo Island Wilderness Trail es un sendero de unos 66 km. de longitud, que normalmente se hace en cinco días. Si además caminas algunos de los pequeños recorridos sugeridos por la guía oficial del Parque, la distancia total puede superar fácilmente los 72 km. El sendero discurre por el Parque Nacional Flinders Chase, en el oeste de la Isla de los Canguros. Las guías recomiendan emprenderlo entre finales de marzo y principios de noviembre, cuando el calor no aprieta tanto.

El sendero se inauguró en 2016, pero tras los brutales incendios que en diciembre de 2019 y enero de 2020 redujeron casi el 40% de la superficie de la isla a cenizas estuvo cerrado hasta diciembre de 2023. La recuperación, no obstante, es evidente en todo el trayecto. Se calcula que más de 40.000 koalas (por mencionar solo una de las especies más características de la zona) perecieron en los incendios.

El sendero se puede hacer pernoctando en los campamentos del Parque Nacional (hay que obtener el permiso pertinente y pagar por ello) o mediante el sistema de transporte diario desde tu alojamiento al inicio de cada etapa diaria y recogida (acordada con el conductor) unas cuantas horas después.

La mejor manera de llegar a la isla es con el transbordador de SeaLink. El viaje dura unos 50 minutos y puedes llevar tu propio vehículo. 
La isla no es ni pequeña ni grande. La población permanente no llega a los 5000 habitantes.
Uno de los koalas residentes en el Discovery Caravan Park en Karatta, que hacen las delicias de los huéspedes.

Día 1: Rocky River (unos 15 km.) Desde el cruce de South Coast Rd con West End Highway hasta Snake Lagoon.
El inicio del sendero está muy bien acondicionado. El nuevo Centro de Visitantes del Parque Nacional Flinders Chase abrirá en los próximos meses. 
Tras unos dos o tres kilómetros en dirección norte, el sendero llega a unas charcas donde a veces se pueden avistar ornitorrincos. Tras rodear el recinto, la senda gira hacia el oeste, camino de la costa. En algunas partes de la ruta, la vegetación está recuperando su frondosidad.
El mirador de Pardalote se encuentra más o menos a mitad de camino. Las vistas son del Rocky River. 
En este paraje del río, a unos dos kilómetros del punto final del trayecto del primer día, llamado The Cascades, se forma una charca lo bastante grande como para albergar una pareja de ornitorrincos, cuyas cabezas asomaron breves instantes mientras engullíamos el almuerzo.
Si ha habido fuertes lluvias en el área, el sendero ofrece la opción de evitar el lecho del río, que en verano suele estar seco.
Rocky River.
La erosión de la roca arenisca en el lecho del río ha creado algunas formas sorprendentes. Lo que yo veía eran los dedos de los pies de unos gigantes enterrados bajo el lecho del río. 

Día 2: Maupertius Bay (unos 19 km.) Desde Snake Lagoon/Rocky River hasta el Faro del Cabo de Couedic o Admiral's Arch.
Rocky River cerca de su desembocadura en Maupertuis Bay.
En la desembocadura de Rocky River se ha formado una preciosa playa de arena. 
A veces es importante saber los horarios de las mareas. Unos dos kilómetros adelante, el sendero ofrece dos opciones: por las dunas o por la orilla de la playa de Maupertuis.
Un ejemplo de la flora de la zona de las dunas.
La playa de Maupertuis.
Tras atravesar la playa, el sendero sube hacia los acantilados y los sigue en dirección sur. Esta parte del sendero queda muy expuesta, tanto al viento como al sol o la lluvia, según sea el día. La vegetación es escasa y se ha adaptado a las condiciones.
El sendero discurre por un terreno sin lugares para resguardarse de la lluvia. El suelo es rocoso y arenoso. La senda está, por lo general, bien señalizada, aunque en algunas partes hay que pararse y buscar la senda. El sentido común, no obstante, te dice que el océano va a estar en todo momento a tu derecha. 
Los acantilados, con la playa de Maupertius al fondo. Durante toda la caminata te acompaña el rítmico rumor del oleaje. Desde la llegada de los colonizadores europeos, esta parte de la costa fue escenario de numerosísimos naufragios. El océano Austral no perdona.
Un solitario canguro junto al sendero. La especie autóctona de la Isla de los Canguros tiene un pelaje mucho más oscuro y grueso y suele ser de tamaño algo más pequeño que las otras especies dominantes en el resto del continente. 
El final del itinerario del segundo día lleva por una pista de mantenimiento de la línea eléctrica. Al fondo, el faro.
Las focas son el mayor aliciente que atrae a los autobuses de turistas a Admiral's Arch. Hay otros lugares de la isla donde es posible avistarlas, pero en este lugar están muy cerca.

Día 3: Sanderson Beach (unos 16 km.) Desde Weir's Cove hasta Banksia Camp/Sanderson Beach.
Construida a principios del siglo XX, esta casa en Weir's Cove sirvió para almacenamiento de víveres y alojamiento de quienes construyeron el faro del cabo de Couedic. La ruina forma parte ahora del patrimonio del Parque Nacional Flinders Chase.
Los acantilados de la costa sur de la isla son, en algunas partes, incluso más altos que los de la oeste.

Por alguna razón que desconozco y que en todo caso no me resultaría lógica, el sendero se adentra en el interior del Parque Nacional en vez de seguir la costa. Hay una carretera que discurre pegada a los acantilados y que lleva a las Rocas. El sendero agrega unos cuatro kilómetros al trayecto, pero no es eso lo peor. Es increíblemente monótono y apenas hay puntos de referencia en el horizonte.
Remarkable Rocks (Las Rocas Asombrosas): punto de parada obligada para los autobuses que, cargados de turistas y sus teléfonos móviles, quieren hacerse decenas de fotos que pueden luego compartir en sus redes sociales. Son unas moles de granito que el tiempo ha erosionado hasta formar un conjunto de ... pues eso, rocas asombrosas. 
El color que impregna la roca es real.
En esta playita protegida por muchas rocas no tan asombrosas, a unos cincuenta metros del sendero, se puede avistar una fantástica colonia de focas. Las que estaban en el remanso se lo estaban pasando pipa, dando saltos y jugueteando. Poder observar animales disfrutando de su entorno es todo un lujo.
¿Puedes verlo? Busca las púas... Tras el arbusto se esconde un equidna, que no me dio tiempo a hacerle una foto de cuerpo entero.
Este lagarto sí se dejó fotografiar. Merodeaba el campamento donde termina esta parte tercera del Kangaroo Island Wilderness Trail.
El incendio de 2020 arrasó todas las instalaciones del Parque Nacional Flinders Chase. Banksia Camp ofrece ahora unas instalaciones muy buenas. Incluso hay una terraza para organizar una cena al fresco si tras andar casi 50 kms. en tres días te quedan ganas...

Día 4: Grassdale (unos 13 km.) Desde Banksia Camp hasta Hanson Beach.

El inicio de la cuarta etapa se hace por una pista desde el campamento hacia la playa de Sanderson. El sendero se retoma cerca de la playa, a mano izquierda.
Espectaculares vistas mirando hacia el este del océano Austral, en la costa sur de la Isla de los Canguros.
La vista hacia el oeste. Se pueden divisar las Rocas en la distancia.
Este paraje tiene uno de los nombres más curiosos que he oído en mucho tiempo: Cape Younghusband.
El sendero cruza la finca donde se ubica un alojamiento de lujo total, de esos que cobran 2500 euros la noche con pensión completa. Al estar rodeado por el Parque Nacional Flinders Chase, el acceso no está vedado a quienes realizan la caminata de cinco días. 
Este canguro parecía medio ciego y algo sordo. No reaccionó cuando pasamos a su lado.
Una vez dejas atrás el lujoso Southern Ocean Lodge, el sendero sigue hacia el este, entre los eucaliptos que siguen recuperándose del fuego que masacró la fauna y la flora de buena parte de la isla. 
El contraste entre las ramas superiores chamuscadas en 2020 y la vegetación que se ha regenerado desde entonces es visible en toda la isla.
Final de la cuarta etapa: Hanson Beach.

Día 5: Kelly Hill (unos 8 km.) Desde Tea Tree Camp o Hanson Beach hasta Kelly's Caves.

Al poco de iniciar el quinto día del sendero, tienes la opción de cruzar el río (River South West) con este bote, tirando de la cuerda. La otra opción consiste en caminar hasta la playa, recorrerla toda y conectar con el sendero un poco más adelante.
La senda se sitúa entre un sistema de dunas a la derecha y otro sistema de lagunas, en su mayoría secas en esta época del año. 
Uno de los pocos eucaliptos centenarios que parece haber sobrevivido a los incendios.
Wilderness Lagoon todavía tiene agua después de un caluroso verano.

La senda, camino de Kelly Hill.
En el habla colonial del siglo XIX, esta majestuosa planta (Xanthorrhoea), también llamada grasstree, era conocida como Blackboy. Su flor es un larguísimo tubo de color oscuro y destaca entre los arbustos. Véase la siguiente fotografía.  
Tras caminar cerca de diecisiete horas (a una media de aproximadamente 3,85 km/hora, que no está nada mal) y recorrer los 66 kilómetros del sendero y unos tres o cuatro extra, llegas a tu meta. Han valido la pena los dolores, los sudores y los muchos pinchazos de los arbustos.

19 mar 2024

Ressenya: Tyll, de Daniel Kehlmann

 
Daniel Kehlmann, Tyll (Londres: riverrun, 2021). 342 pàgines. Traduït a l'anglès per Ross Benjamin.

Tyll Ulenspiegel (també escrit com Till Eulenspiegel) és un personatge popular molt tradicional de la cultura alemanya i centreeuropea de la Baixa Edat Mitjana (segle XIV). Si la persona com a tal va existir o no serà per sempre un misteri. Kehlmann, novel·lista d’origen austríac/alemany de qui ja vaig ressenyar ja fa gairebé una dècada la traducció a l’anglès de F, construeix una bona (i prou competent) ficció en torn a aquest saltimbanqui, malabarista i bromista medieval. Kehlmann el situa, tanmateix, en els principis del segle XVII, durant la malaurada guerra dels Trenta Anys, un conflicte geopolític dins de l’Imperi Romanogermànic, que es va estendre per terres que avui formen part d’Alemanya, Txèquia i la qual, a més de deixar milions de morts, va involucrar tota una sèrie de regnes, principats i ducats.

Ein kurtzweilig lesen von Dyl Ulenspiegel gebore vß dem land zu Brunßwick : wie er sein leben volbracht hatt ; XCVI seiner geschichten. Edició publicada a Estrasburg l'any 1515. 

L’autor ens presenta Tyll en el primer capítol com un home que és reconegut per la gent, però alhora prou misteriós. En arribar a un poble, convenç els habitants de llençar a l’aire les seves sabates. Ho fan, és clar. Després els diu que son uns borinots, que retroben les sabates, què s’han pensat? Entre homes, dones i jovenalla comença una baralla mentre miren de recuperar sabates que, naturalment, son totes molt paregudes.

La part de la novel·la que més m’ha captivat és la que tracta de la infantesa de Tyll. Kehlmann li dona uns orígens molt humils i alhora tràgics. És el fill d’un moliner, Claus, que a penes guanya prou per posar menjar a la taula totes les nits, però qui té una enorme curiositat intel·lectual per qüestions científiques i filosòfiques. Quan al poble arriben uns jesuïtes caçadors de bruixes, la seva passió per l'alquímia, la nigromància i els grans misteris de la vida significarà la seva mort. Acusat de bruixeria, hi ha un judici absurd, del qual Tyll fuig tan aviat com s’adona que potser, després del seu pare, sigui ell l’acusat de bruixeria.

Apresa la lliçó sobre les desgràcies que l'ortodòxia religiosa pot causar a la gent més innocent i vulnerable, Tyll escapa del poble amb una noia que balla i canta, i tots dos plegats comencen una vida de vagabunderia artística. Viatgen per un continent devastat per la guerra i la pesta, i durant el seu deambular es troben amb gent de tots els tipus: lladres, estafadors, soldats sanguinaris i fins i tot, la reialesa, inclosa la reina Isabel de Bohèmia, la filla del rei James I. Kehlmann aprofita molt bé la connexió de la cort de Londres amb l’èxit i la fama d’un tal Shakespeare per donar un rerefons històric amb referencies als espectacles teatrals de Tyll.

La font dedicada a Tyll Ulenspiegel, obra en bronze de Karlheinz Goedtke a la plaça de l'Ajuntament de Mölln. Fotografia de Hans Weingartz.
La segona i la tercera part del llibre miren de narrar uns mateixos esdeveniments històrics (els de la guerra dels Trenta Anys) adoptant punts de vista diferents, i Tyll desapareix temporalment de la història. Kehlmann sembla molt més interessat en evidenciar la brutalitat ferotge del conflicte bèl·lic, del patiment dels malalts i la fam que el poble passava en aquells temps tan dolents.

El Tyll que crea Kehlmann destaca per la seva capacitat verbal per a l’enginy i la befa, a més de la seva mirada escarnidora de tot el que passa al seu voltant. És un llibre contundent sobre una època de la història europea que no va resoldre els conflictes politicoeconòmics que segles més tard van conduir a dues guerres mundials.

Tyll lo publicó en 2019 en castellano Random House, con traducción de Isabel García Adánez.

11 mar 2024

Reseña: I am Homeless if this is not my Home, de Lorrie Moore

Lorrie Moore, I am Homeless if this is not my Home (Londres: Faber & Faber, 2023). 193 páginas.

Si todavía no has comenzado a leer esta novela, vas a encontrarte cuando lo hagas con lo que parecen ser dos hilos narrativos independientes que resultan difíciles de conjugar entre sí. Es mucho más adelante cuando Moore explicita el nexo que conecta las dos partes. Y aunque esa conexión sea tenue, temáticamente hay duda de que sea válida.

Finn, profesor de secundaria suspendido a causa de las ideas que propaga entre sus alumnos, viaja a Nueva York para acompañar a su hermano moribundo, Max. Los dos rememoran íntimamente y con buenas dosis de humor episodios compartidos en sus vidas, haciendo un pequeño examen de su relación. A medida que vas leyendo esta parte te das cuenta de que la neurosis ha plantado una firme pica en el territorio mental y emocional de Finn. Cuando parece evidente que Max va a seguir vivo poco más de 24 horas, Finn recibe un mensaje en su móvil que le hace regresar inmediatamente a Ohio.

El año es 2016, Trump va a ganar las elecciones pese a perder (no conviene olvidarlo) en número de votos. La razón por la que Finn deja en su lecho de muerte a Max se llama Lily. La mujer con la que ha compartido muchos años de su vida, muchas alegrías y también muchos sinsabores. Le dice a Max: «¿Cómo explicártelo? Lily dice que se quiere morir. Es lo que dice siempre. Pero nunca te lo he dicho. Ha sido su otro yo. Es su secreto, y también mío. Pero su deseo de morir no es ella de verdad. El deseo se convierte en acciones y palabras a causa de su enfermedad. Es una habitación extra en esa casa que es su mente. Es como una araña que tiene dentro que, desde un rincón, le dice que la queme». (p. 28, mi traducción)

Tras un delirante viaje con accidente y rescate incluidos, Finn llega y descubre que a Lily ya la han enterrado. Se ha suicidado, pero Finn es incapaz de aceptar esa realidad, acude al cementerio ecológico y en su exquisita alucinación la encuentra no muerta del todo. Lo que sigue es una road movie en forma de novela. Si crees que una zombi y su exnovio son personajes ridículos para construir una trama, es mejor que lo pienses dos veces.

Es cierto: al principio a Lily le sale tierra de la boca y las lombrices le adornan el cuerpo. Moore disfruta detallando el proceso de descomposición: se le descoloran los ojos, comienzan a marcarse las costillas en su abdomen y la piel se le enverdece en una tonalidad grisácea, como la de un huevo muy cocido.

En una de las paradas que hacen se alojan en una fonda donde Finn consigue darle un baño de agua caliente a Lily. Es allí donde Finn encuentra un cuaderno en el que Elizabeth, poco tiempo después del final de la Guerra Civil, le escribió una serie de cartas a su hermana muerta. Moore maneja diestramente la intercalación de esas cartas en la otra narrativa. El resultado es un libro que nos habla del duelo, que nos presenta una versión amable de esos fantasmas (que pueden sernos tan verosímiles) de quienes nos han dejado sin convertirse en una historia de horror. Es un libro en el que Moore demuestra un enorme talento para combinar el ingenio y la inteligencia que acompañan a la locura que podríamos llamar ‘buena’ por un lado, y la irritación y la amargura de los que sufren la pérdida de un ser amado por el otro. Es brutal, sin duda, pero también hermoso.

I am Homeless if this is not my Home es una sobresaliente adición en la obra de Lorrie Moore, de quien reseñé hace ya diez años el volumen de cuentos Bark.

He seleccionado un fragmento de la primera carta de Elizabeth a su hermana en la que habla de ese país extranjero que llamamos pasado. Espero que te guste.

«Cuando regreso a los lugares del pasado, ya no queda nada en ellos, como si me lo hubiese inventado yo todo. Es como si la vida fuese un sueño, colocado junto la ventana para que se enfríe, como un pastel, y que más tarde, te lo roban. Son esos los momentos en que me siento y te imagino y me pregunto qué dirías. La reminiscencia es un dolor de oídos, afirmarías tú. Aunque supongo que yo misma soy típica: taciturna, remilgada, no tan cristiana como finjo ser, contra las madamas, tal como ha observado el caballero que me corteja. Muchos de mis inquilinos (los jugadores de cartas, los guerrilleros del Sur, los judíos y los indios Shawnee) se han impregnado de la nueva cultura: la electricidad, los ferrocarriles, los globos aerostáticos y el desierto occidental que aún continúa inventándose una fiebre de la plata después de la del oro y luego de nuevo otra de la plata, quizás para que haya más retratos de soldados y guerras, ocasionando que todo el mundo de repente eche a volar como estrafalarios muchachos hacia un lugar cuyo nombre incluya la palabra Dust o Butte o Scratch, ululando y canturreando, acarreando la gran carga de sus lejanos corazones moribundos, y todos van mucho más lejos de lo que debieran. El grito de “¡Hacia el oeste!” de los soldados desengañados. Hay ahora una vereda de madera en la calle principal que es idónea para dirigirlos hasta allí; unas tres manzanas como mínimo. Se nota en el aire un tufillo a despilfarro. Ayer vi a una gran gorrina muy crédula, trotando por el camino marcado por los surcos de las ruedas, como si hubiera oído que se contaba algo y se hubiera comido a su camada para poder estar libre e investigar. Aunque probablemente terminaría atiborrándose con el cuerpo de algún muchacho en algún campo en alguna parte, después de las lluvias. Los cerdos de los granjeros todavía desentierran a los soldados muertos. Y no es que para eso haga falta estar cerca de un campo de batalla. Algunos de los chicos eran desertores o iban rezagados, todos tenían hambre, y los fusilaron, y ahora, años después, escarban sus restos y sirven de alimento para el ganado». (p. 11-12, mi traducción)

Campo de batalla de la Guerra Civil estadounidense en New Market (Virginia).

El libro lo va a publicar en castellano Seix Barral dentro de unas pocas semanas con el título Si este no es mi hogar, no tengo un hogar. La traducción está a cargo de Albert Fuentes Sánchez.

19 feb 2024

Reseña: Instructions for the Drowning, de Steven Heighton

Steven Heighton, Instructions for the Drowning (Windsor, Ontario: Biblioasis, 2023). 217 páginas.

Steven Heighton falleció en 2022 a los 61 años. Este volumen recoge sus cuentos, una estupenda colección de narraciones breves que en su mayoría aparecieron por primera vez en revistas diversas. Además de componer música, Heighton publicó varias novelas y volúmenes de poesía y recibió varios premios y menciones honoríficas. Los temas que trata en Instructions for the Drowning son todo un abanico: el envejecimiento, el dolor (sea causado, recibido o autoinfligido), la muerte y su dignidad, las relaciones familiares y conyugales, o la insondable crueldad del azar y las circunstancias que de repente pueden cambiar una vida.

El libro toma el título del primer cuento: en él, Ray recuerda las instrucciones que le dio su padre respecto a cómo manejar la tarea de rescatar a alguien que se esté ahogando. Durante unas vacaciones junto a un lago, su esposa parece estar pasando apuros en el agua. Sin dudarlo se lanza a rescatarla y sigue las instrucciones que le dio en su momento su padre: «…no tendrías elección, […] a alguien que se esté ahogando le tendrías que noquear en seco. Un puñetazo corto, limpio al lateral de la mandíbula ꟷese sería el golpe preferible. Después de eso, podrás completar el rescate con facilidad y remolcar a la víctima hasta la orilla». (p. 3-4, mi traducción) La reacción de su mujer es de autodefensa y la relación entre los dos empeora como resultado de un consejo equivocado.

En el segundo cuento, ‘Repeat to Failure’, un joven casi se mata cuando en el gimnasio intenta levantar un peso excesivo cuando no hay nadie cerca que pueda ayudarle si comete un error o le cae encima la mancuerna. Que es lo que le ocurre.

En ‘Expecting’, una joven pareja encuentra una billetera al lado de la carretera mientras regresan de un almuerzo dominical. Ella está en un avanzado estado de embarazo y dará a luz muy pronto. Él se obsesiona con devolver la billetera y contacta con el dueño. Tras varias conversaciones, discuten acaloradamente porque han pasado las horas y el hombre que ha perdido la cartera no aparece, pese a haberle asegurado que iba a recogerla enseguida. A mitad de la noche comienza el parto y acuden al hospital. Unos días después encuentra en su buzón una nota escrita en la cara posterior de un folleto publicitario: «TU ME OLVIDAS PERO YO NUNCA TE OLVIDO». Al poco tiempo, se mudarán de barriada.

Uno de los cuentos mejor elaborados es ‘Professions of Love’. En esta historia, un cirujano plástico convence a su mujer, que ha sufrido una embolia, de que ha llegado la hora de que él la opere y le quite algunas arrugas. Ella accede, pero tras despertar de la anestesia ella detesta los cambios. Mientras que como lectores podemos ser testigos de la tragedia que la operación resulta ser para ella, el cirujano demuestra ser un tipo egoísta que sobrevalora sus dotes de cirujano y, por sus aires de superioridad, resulta ser extremadamente condescendiente con todo el mundo. Es un magnífico ejemplo de cómo Heighton ironiza con sus personajes y los despoja de sus máscaras, algo que sucede también con el padre en ‘Desire Lines’, que obliga a su hijo Niko a salir de caminata en medio de una fortísima helada. El hielo del río se rompe bajo sus pies y el chico cae al agua: «No hubo ningún crujido ni ningún chapoteo, solamente el sonido, débil y delimitado, de alguien que traga agua. El chico estaba totalmente inmerso en el río oscuro y se esforzaba por salir de allí. Cuando salió a la superficie, el susto y el escalofriante frío le bloqueaban la garganta y los pulmones. Hizo un intento por soltar un grito, pero apenas le salió un jadeo. Su padre seguía avanzando a grandes zancadas, con la cabeza agachada como si estuviera decidido a alcanzar la orilla más rápido ꟷcomo si también él ahora sintiera el frío y el cansancio» (p. 153-4, mi traducción)

Casi todos los protagonistas de los cuentos de Heighton en Instructions for the Drowning son varones. Todos ellos parecen vivir una lucha en la elaboración de un sentido y unos lazos con quienes comparten el espacio y el tiempo. Y, sin embargo, el subtexto es que se trata de una lucha interna, un conflicto que nunca termina de resolver sus propias contradicciones. Heighton escribe sobre este enorme conflicto tan intrínsecamente humano con una prosa sencilla y sincera en la uno encuentra numerosos destellos de poesía. Tratándose de una publicación póstuma, cabe decir que ninguna de las narraciones del volumen flojea. Todos estos cuentos te aportan algo: esa condición humana que nos hace reconocer que muchos de nuestros esfuerzos vitales se topan siempre con la posibilidad del fracaso. Es lo que nos hace humanos e imperfectos.

Nos dejó su talento: Steven Heighton dirigiéndose al público en septiembre de 2017 en el Festival de Escritores de Eden Mills, Ontario. Fotografía de Dan Harasymchuk.

Un excelente libro de un autor que, por desgracia, no nos legará nada más.

11 feb 2024

Reseña: Monica, de Daniel Clowes

Daniel Clowes, Monica (Londres: Jonathan Cape, 2023). 111 páginas.

El libro se compone de nueve capítulos, algunos de ellos amarrados a la trama central con alfileres. La protagonista es Monica, nacida en la década de los 60. Es la única hija de Penny, muchacha que en su época optó por el estilo de vida hippy, el amor libre y sin ataduras; a los pocos años, deja a Monica en casa de sus abuelos y desaparece para siempre de la vida de su hija.

Años después, tras la muerte de sus abuelos, Monica busca refugiarse en una cabaña a las orillas de un lago. Allí recibe, a través de una vieja radio, los avisos y consejos de su difunto abuelo. Al abandonar el lugar, sufre un grave accidente de coche y queda en coma. Cuando despierta del coma, los facultativos la convencen de que la señal de la radio no fue más que un sueño o una alucinación.

Incluso muerto, su abuelo no puede evitar ser racista...

Gracias a una adinerada mujer a la que conoce, Monica monta el negocio de fabricación de velas que había tenido años atrás su madre: Monica's Candles. Y lo hace con mucho éxito; de hecho, triunfa y gana tanto dinero que con el paso de los años decide dejarlo y con los fondos ahorrados dedica todos sus esfuerzos a encontrar el rastro de su madre.

Descubre que Penny se unió a una bizarra secta, un culto en el que el mito de su creación y dirección se guarda con enorme secreto, y cuyos miembros con esto Clowes claramente disfruta empleando sus excelentes dotes artísticas visten ropas extravagantes y lucen todos cortes de pelo francamente estrafalarios. La búsqueda arroja sus frutos. Encuentra a Penny, quien le hace ver que todas sus fantasías respecto a quién pudiera ser su padre son absurdas y no llevan a ninguna parte.

Las sectas son así. Una vez abras esa puerta, es muy probable que no te dejen salir... 

Finalmente, disfrutando ya de una avanzada edad, Monica se va a vivir a un pueblito de California tras los años de una pandemia. Espoleada por la curiosidad de un hombre con el que establece una cierta amistad, la protagonista regresa a la cabaña del lago y recupera el transistor, del que no emana otra cosa que estáticos ruidos de ultratumba que la encaminan a desenterrar un objeto. Es a partir de ese momento que se transforma en ‘Demonica’, en un ingenioso juego de palabras que se podría traducir como «Demoni(a)ca».

Ya en las dos páginas introductorias del libro, Clowes nos muestra una especie de resumen del apocalipsis que va a provocar que Monica desentierre ese objeto. La primera viñeta es de un organismo protozoario y va seguida de la aparición de los reptiles y dinosaurios, la caída del asteroide que los aniquila y la aparición de la especie humana. Siguen varias viñetas dedicadas a significativos eventos o períodos históricos (incluye una de una representación de Hamlet, en la que el héroe shakesperiano aguanta en sus manos el cráneo de Yorick) hasta el asesinato de JFK.

Si te fijas, Clowes oculta partes del texto que contienen los bocadillos, algo que rara vez se observa en una novela gráfica. Una manera de invitar al lector a poner algo de su parte...  
Si bien a la narrativa quizás le falte algo de coherencia y cohesión, puesto que algunos capítulos no parecen contribuir mucho al todo, Monica cuenta con suficiente material para enfrascar al lector. Los dibujos de Clowes recuerdan mucho a los ejemplares más tradicionales de comic. Hay una rotunda generosidad en el uso de la paleta de colores; Clowes es feroz en la creación de formas humanas y en la atención al detalle en los planos secundarios. Mucho entretenimiento para solamente ciento y pico páginas.

6 feb 2024

Reseña: A doble ciego, de Víctor Sombra

Víctor Sombra, A doble ciego (Barcelona: Penguin Random House, 2023). 275 páginas.

Desde mediados de 2020, todos los días tomo dos pastillas, medicinas recetadas por un médico. Uno no duda en momento alguno de la bondad de un galeno que te receta un determinado compuesto químico (en mi caso, la metformina) para resolver algún problema de salud (en mi caso, diabetes mellitus tipo II). Sin embargo, ¿Cómo puede uno tener la certeza absoluta de que la caja que te dispensan en la farmacia contiene únicamente ese medicamento y no otro? Esta es, esencialmente, la duda que le sirve al salmantino Víctor Sombra para confeccionar un thriller insólito, utilizando un lenguaje que resulta bastante inusual en la narrativa española contemporánea.

La trama no gira únicamente en torno a un misterio, pues la estructura de A doble ciego aborda la cuestión de la metaficción y la convierte en tema mismo de la novela. Y no terminan ahí los elementos que se pueden identificar como temáticos: está la ética de la investigación tanto científica como periodística, el racismo que la primera narradora, Ben, sufre en sus propias carnes, los muchos males que el capitalismo tardío continúa creando en la sociedad contemporánea…

Ben es una sensacional hacker que desea contribuir con su pericia al esfuerzo de un grupo de activistas de vida alegre y despreocupada. Por curiosidad, más que otra cosa, el grupo se decide a presentar una propuesta a un Concurso de Innovaciones en Noruega. No lo ganan, pero atraen la atención de un extraño personaje, Dixon, quien les ofrece un suculento pago a cambio de recopilar datos sobre un medicamento creado en la década de los 80 por una empresa farmacéutica.

El centro de Oslo es donde se sitúa el cabo del hilo del que hay que tirar... Fotografía de Lars Tiede
Naturalmente, tras calcular las numerosísimas noches cerveceras que ese dinero podrá valerles – como estudiante que fui, no deja de ser un comprensible prisma con el que ver el trabajo, el tiempo, la vida, etc. a cierta edad – aceptan el encargo y se ponen manos a la obra. También el capitalismo encuentra los caminos para retorcer hasta las voluntades más firmes…

Revelar si a partir de todos los datos que consiguen mediante sus hackeos desentrañan una conspiración maléfica o no rozaría el spoiler, y por lo tanto no corresponde hacerlo. Solamente diré que al final del hilo vuelve a aparecer la inquietante y opaca Nora Wang, personaje que formaba parte del elenco de otra novela anterior de Sombra.

Como ya hizo Sombra en La quimera del Hombre Tanque, A doble ciego es el instrumento literario que el autor emplea para ofrecer al lector un debate de ideas fundamental en esta primera mitad del siglo XXI. Y porque la trama que teje Sombra te reclama la atención como lector y la construye en una metanarrativa bien ordenada, resulta ser un instrumento literario de alta calidad. La novela se articula en torno a una serie de diarios (el autor prefiere denominarlos «libros») de los personajes. Cada uno de los libros contribuye a desgranar partes del misterio e introduce otros elementos de intriga, pero se deja entrever, a medida que avanzas en la lectura, que detrás de todo hay una fuerza superior que convierte a todos los involucrados en simples juguetes. No en vano, el subtítulo de la novela es Apuntes para un manual de la ignorancia.

Si digo que Víctor Sombra es un escritor político, creo que no debiera considerarse como una censura. Al contrario, pretendo elogiar una manera de entender la literatura que cree en el compromiso ideológico, en principios de justicia social y en la resistencia frente a ambiguas o enmascaradas expresiones del poder económico, que es el que a fin de cuentas rige nuestros (humildes, sí, pero nunca insignificantes) destinos.

Arriba he señalado lo que pienso que es el infrecuente lenguaje de A doble ciego. Siendo ante todo una apreciación subjetiva, releyendo pasajes del libro me reafirmo en lo anterior: en ocasiones me hacía sospechar que quizás estaba leyendo una muy buena traducción al castellano de un texto generado en otro idioma (Sombra ha vivido muchos años en Suiza y domina los principales idiomas europeos). Hay otra posibilidad: el hecho de que la suya sea una prosa tan cuidada, tan magníficamente pulida y atenta al detalle sería el resultado de un encomiable trabajo de relectura y rescritura. Sea lo que sea, A doble ciego es un libro muy recomendable, especialmente para quienes no quieran seguir pecando de esa ignorancia a la que inevitablemente nos aboca un double-blind study.

4 feb 2024

Reseña: The Netanyahus, de Joshua Cohen

Joshua Cohen, The Netanyahus (Londres: Fitzcarraldo Editions, 2022). 239 páginas.
No me disgusta para nada la novela de campus universitario como subgénero, aunque la primera que leí, y de eso hace ya casi cuatro décadas, venía impuesta como lectura obligatoria en el primer o segundo año de carrera: Lucky Jim, de Kingsley Amis. Con The Netanyahus, el estadounidense Joshua Cohen transforma un episodio aparentemente verídico (el encuentro entre Harold Bloom y Benzion Netanyahu, especialista en la historia de los judíos conversos de la España del medioevo tardío, y padre del más conocido Netanyahu, un tal Bibi que es todavía – es increíble, ¿no? – primer ministro de Israel).

Vaya por delante la aclaración de que se trata de una novela. Es ficción. Y es más que divertida: es desternillante, hilarante y jocosa; te hace partirte de risa y supone un espléndido ejercicio de escritura, que navega con pleno aplomo entre la ironía, el sarcasmo y la pedantería. Y eso, a pesar de que el subtítulo (An Account of a Minor and Ultimately Even Negligible Episode in the History of a Very Famous Family, es decir, ‘relato de un episodio nimio y en última instancia insignificante en la historia de una familia muy famosa’) es un guiño maestro al lector que no sabría muy bien qué podría esperar.

El escenario es Corbin College, una ficticia institución universitaria sin brillo alguno en el entorno rural del oeste del estado de Nueva York. Ha llegado allí un joven estudioso de historia económica, Ruben Blum, de familia judía y casado con una mujer también judía. Tienen una hija, Judith, cuya mayor obsesión parece ser “repararse” la nariz. Blum traga con la mediocridad de sus compañeros y soporta las no tan veladas bromas antisemíticas que dejan caer en sus conversaciones el profesorado.

Para la familia Blum, Corbin es tedioso, pero sirve para vivir y pasar mayormente desapercibidos. Cuando el catedrático del departamento, el Dr. George Lloyd Morse, le encarga que presida un comité de selección para un nuevo puesto de profesor en historia medieval, Blum no sabe ni puede negarse. El candidato es Benzion Netanyahu y se presenta en casa de los Blum acompañado de su mujer y tres hijos varones: Jonathan, Benjamin e Iddo, que a los siete años todavía lleva pañales.

Poco antes de la entrevista que va a decidir si lo contratan, el profesor Netanyahu demuestra en pocos minutos que jamás se podrá adaptar a una universidad como Corbin (o ninguna otra universidad norteamericana, en realidad). Es un tipo terco y arrogante que no tiene interés alguno en la enseñanza. Tiene su propia agenda (sionista) y parece sencillamente querer un sueldo para poder vivir en los EE.UU.

Además, está su esposa Tzila, que ni domina el inglés ni tiene intención alguna de aprender a comportarse con cierto decoro en el país que los va a acoger. En las pocas horas que los procaces chicos Netanyahu pasan en la casa de los Blum, consiguen provocar una verdadera hecatombe.

A excepción de dos capítulos en los que Cohen inventa cartas que dos académicos nada afines a Benzion Netanyahu le dirigen para compartir sus puntos de vista sobre el candidato (ambas son un estupendo ejercicio de pedantería y sarcasmo), la novela es sumamente eficaz a la hora de regalarle al lector el relato de un suceso baladí pero repleto de momentos de brillante humor.

No todo el mundo parece compartir las ganas de crear algo tan humorístico como lo que ha escrito un judío de Atlantic City (Nueva Jersey). El autor de esta reseña, Patrick T. Reardon, es feroz en sus crítica negativa de la novela: «No creo que haya “una brillante gracia cómica” en tal escritura ni en tal historia. […] Es, simple y llanamente, ridícula. ¿Y con qué propósito?

El propósito, me parece, es conseguir que los lectores de izquierdas se sientan a gusto y cómodos en su posición de NO A NETANYAHU (o, por extensión, su postura de NO A MARJORIE TAYLOR GREENE y su NO A DONALD TRUMP)». (mi traducción). Como dirían mis hijos: chill, man. ¡Es solo una novela! Y es ciertamente divertida.

La publicó en 2022 De Conatus con el título de Los Netanyahus [sic], traducida por Javier Calvo. Si te apetece reírte, hazte con ella.

27 ene 2024

Reseña: The Little Red Chairs, de Edna O'Brien

 
Edna O'Brien, The Little Red Chairs (Londres: Faber & Faber, 2015). 299 páginas.

A un pueblecito del oeste de Irlanda (Cloonoila) llega un extraño. Es un hombre vestido de negro, luce una llamativa barba blanca y habla con acento del este de Europa. En poco tiempo se granjea la confianza de muchos de los habitantes del pueblo, incluso la del sacerdote local. Se instala y abre tienda como curandero y terapeuta sexual. Con sus dones y habilidades, su negocio atrae especialmente a las mujeres, entre ellas a Fidelma, una mujer casada de reputada belleza que no ha conseguido tener hijos con su esposo Jack, varios años mayor que ella.

El caso es que el extranjero, que se hace llamar Vlad, parece ser un hombre erudito, le sobra carácter y tiene un atractivo carisma para la mayoría de los y las jóvenes de la localidad. Su secreto, sin embargo, se revela mediada la narración. Se trata de un criminal de guerra fugado, un carnicero de la guerra de Bosnia.

¿Las tres caras del mal? Radovan Karadzic, criminal de guerra, cuando fue arrestado en noviembre de 1984. La foto la recuperó el fotógrafo Rikard Larma en 1992, quien la encontró en una papelera. O'Brien se inspiró en su huida de Austria y posterior arresto.
Antes de que la verdadera identidad del terapeuta se haga pública, Fidelma cede a la tentación de que sea el extranjero quien la impregne en un habitación de hotel lejos del pueblo. Es aquí donde la novela da un vuelco inmenso. Durante una excursión en autobús del club de lectores locales, la Garda irlandesa obliga a detener el vehículo y arresta a Vlad. Fidelma se queda atónita y no acierta a entender el riesgo que corre.

Al poco tiempo del arresto, aparecen en el pueblo otros tres extranjeros que buscaban a Vlad. A Fidelma la obligan a salir de casa y la secuestran. Lo que sigue es un episodio brutal, salvaje y horroroso. Fidelma pierde el bebé, pero salva la vida. Para sobrevivir, decide irse de Irlanda y escapa a Londres, donde sale adelante gracias a la bondad y la humanidad de varias emigrantes.

Así, la víctima del criminal de guerra y su pasado se convierte en heroína en Londres, cobrando la fuerza y la conciencia para rehacer su vida y enfrentarse al protagonista que encarnaba el mal y simulaba ser alguien que sanaba a las personas, entendía la poesía y la belleza del arte.

Algunas reseñas de la novela destacan su posible falta de cohesión y estructura porque hay constantes cambios de punto de vista narrativo; incluso se producen alternancias entre la primera persona con la tercera persona para un mismo personaje. Desde mi punto de vista, no obstante, la primera parte de la novela es un excelente compendio de cuentos y narraciones breves que presentan la variada riqueza que esconde un pequeño pueblo irlandés como el de esta historia. La asimetría enriquece antes que resta. Dada la llegada de un extraño al ecosistema humano de Cloonoila, O’Brien comparte las impresiones que causa Vlad en ellos y los ocurrentes intercambios en torno al curandero y sus inusuales costumbres.

Es un hecho innegable. The Little Red Chairs pasa de la comedia al horror en apenas unas páginas; también en la vida real se puede pasar de la completa felicidad al terror en pocos segundos. La novela aguijonea nuestra conciencia moral. Invita a hacerse preguntas difíciles. Por ejemplo: ¿Debemos desconfiar de los extraños? ¿Nos hacemos cómplices de un agente del mal cuando no aprendemos o no sabemos reconocerlo? ¿Hasta qué punto es la inocencia una excusa válida para no admitir la complicidad con el mal? En el caso de la protagonista de esta novela de O’Brien, la inocencia sufre y paga un precio demasiado alto.

Para mí, esta es una excelente novela corta, que vale la pena explorar. La publicó en castellano Errata Naturae como Las sillitas rojas (la traducción a cargo de Regina López Muñoz). Que jo sàpiga, encara no ha estat publicada en català.

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